Wednesday, February 29, 2012

Por qué es Prohibido Olvidar……..

 Desde Baracutey Cubano:

Una verdad.....

Nota de Aldo Rosado-Tuero, Director de Nuevo Acción.com,


Cuando se lee la carta enviada por Nestor Campanería Angel a la periodista de los Heralds, Ana Veciana (publicada esta mañana en Nuevo Acción) se elevan los niveles de patriotismo que cargamos dentro y que a veces descienden peligrosamente por las traiciones, los desencantos, las porquerías y las faltas de ética de algunos que hasta ayer creíamos amigos y luchadores sinceros, que de repente se destapan en toda su pobredumbre y descubren sus verdaderas intenciones, que no tienen nada que ver con la real libertad de Cuba, sino con la búsqueda del bienestar personal.

Si no existieran razones--y existen muchas--para no abandonar la lucha, pese a todo y a todos, posiciones y gestos dignos como este del hermano de un verdadero heroe y mártir de nuestra epopeya (Virgilio Campanería), bastarían para empinarnos cada día más frente a los enemigos abiertos, los solapados; y los aprovechados y trepadores tapiñados como patriotas, que tanto daño le hacen a la causa y que tanto contribuyen a que cada día haya patriotas de verdad que cansados y frustrados abandonen la lucha.

En esta larga lucha nos hemos ido acostumbrando a ver como se caen altaritos, como se descubren los que vienen a esta brega en busca del triunfo fácil y faltando a la ética más elemental enseñan sus verdaderos colores a la menor oportunidad en que creen sacarán provecho personal.

Quien es incapaz de demostrar fidelidad a un compromiso y no tiene el digno y varonil gesto de hablar claro, y sobre todo no muestra la mas elemental ética, ni consideración hacia sus compañeros de lucha, no será jamás digno de ser considerado un patriota sincero.

Los que van por la vida utilizando a otros de escalones para subir en busca de posiciones y después de usarlos los abandonan sin ofrecer una explicación y van en busca de beneficios personales, usando la sagrada causa de la patria, no merecen más que el desprecio de los verdaderos patriotas.

Por esas y otras cosas yo no creo en la unidad total, porque es imposible unir a hombres y mujeres que han luchado toda existencia, sacrificando sus vidas, sus familias y sus fortunas, por ser fieles a un ideal, a los arribistas que solo se arriman a quien creen que pueden favorecerlos en su búsqueda por escalar posiciones o convertirse en prima donnas que se venden al mejor postor.

La unidad que hay que buscar, y se va a lograr más temprano que tarde, es entre los que luchan por ideales, no ponen los intereses personales por encima de la causa y saben lo que es ética, compañerismo y patriotismo, aunque discrepen en alguno aspectos de como llevar la lucha.

Miami, Fl
Feb. 21 de 2012

Estimada Ana Veciana-Súarez:

Mi nombre es Nestor Campanería Angel; soy cubano y llevo viviendo en Miami desde 1962. Salí de Cuba en Octubre de 1961 rumbo a Colombia,despues de permanecer asilado en la Embajada de ese país en la Habana por 5 meses.

El 18 de Abril de 1961, el mismo día de la invasión de Girón, mi hermano Virgilio (foto), de 23 años, estudiante de Leyes de la Universidad de La Habana y de la Universidad Católica de Villanueva, fue condenado a muerte y ejecutado en el paredón de fusilamientos de La Cabaña. Desde que lo cogen preso el 27 de marzo a que lo ejecutan, el 18 de Abril, pasó menos de un mes. El juicio duró una hora. La apelación le fue negada después de muerto. Virgilio era 5 años mayor que yo. Su delito, oponerse al régimen tiránico de Cuba.

El cuerpo de Virgilio no le fue entregado a mis padres ni le permitieron verlo, tan solo enterrar el ataud donde supuestamente él estaba. Tiempo después, cuando fallece mi padre, al exhumar los cuerpos de Virgilio y de otro hermano menor que habia muerto muchos años antes, mi madre descubre que lo que habia en el ataud de Virgilio eran... tres grandes piedras. Mi madre estuvo años rezando ante una tumba que solo contenía TRES PIEDRAS!!

La familia (yo ya estaba asilado POLÍTICO en Miami) logró conocer que a los fusilados los enterraban, a todos, en una fosa COMÚN y SIN MARCAR.

Como la mayoria de los cubanos, no se me olvida el día en que abandoné Cuba por última vez... salía en compañía del embajador de Colombia y otros compañeros que se encontraban asilados en la casa del embajador. NO me permitieron despedirme de mis padres!!! Esa fue la última vez que vi a mi padre... delante de los milicianos, que burlándose me gritaban... DILES ADIOS POR QUE NO LOS VOLVERÁS A VER JAMÁS.

Yo sé que te podrás imaginar cuanto deseaba darles un beso, un abrazo ese día!!! Años más tarde, el mismo día que muere mi padre, le permiten a mi madre salir de Cuba. Tan solo por quedarse con la casa de la anciana viuda.

Como verás, mi estimada Ana, no me faltan las razones para ir a Cuba en busca de la tumba de mi hermano. Pero... nada ha cambiado, el cuartico está igualito. Siguen los actos de repudio, sigue la opresión... sigue la dictadura... con diferente nombre quizás, pero lo mismo de siempre.

YO NO voy a Cuba por que soy un EXILIADO POLITICO que sigue con las mismas razones, Ideales y Principios por los que abandoné Cuba hace mas de 50 años.

Si a eso llamas INMADUROS...soy, y seré un "VIEJO INMADURO"

Nestor Campanería Angel.


PROHIBIDO OLVIDAR

“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!”-José Martí




Con motivo de la celebración del Año Jubilar en el 400 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en la Bahía de Nipe, Su Santidad Benedicto XVI tiene programado viajar a Cuba entre los días 26 y 28 de marzo.

Nuevamente enfrentamos las acciones de una jerarquía católica en Miami -representada por el Arzobispo Wenski- que se empeña en servir como agente de viaje y catalizador de la falsa proyección de normalidad en un país donde nada es normal, donde nada esencial ha cambiado y donde el poder permanece arbitrariamente en manos de un ilegítimo régimen comunista que continúa violando todos y cada uno de los derechos humanos de sus ciudadanos.

Anteriormente, cuando la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, lanzaron la iniciativa del “crucero”, finalmente cancelado luego de que numerosas voces católicas de nuestro exilio –entre ellas, las nuestras- se alzaran con argumentos irrefutables, y algunos de nosotros sostuviéramos reuniones con el Cardenal O’Connor en Nueva York, entre otros, ante lo incongruente que resultaba dicha peregrinación.

Hoy, catorce años después, el ahora Arzobispo Wenski, máxima autoridad de nuestra Iglesia en Miami –ciudad de víctimas que alberga el dolor y el decoro de la nación cubana exiliada- se ha volcado de lleno en la promoción y organización de la mal llamada “peregrinación de reconciliación” a la isla para coincidir con la visita del Papa, fomentando una vez más la división entre católicos de nuestro exilio.

La aceptación de las condiciones de la peregrinación constituye una humillación y una falta de respeto a la dignidad del cubano. El régimen castrista controla y aprueba a aquéllos que pueden visitar la isla. Obviamente no caben dentro de la “peregrinación” cubanos abiertamente críticos de la dictadura de los hermanos Castro, como tampoco actividades de solidaridad hacia los prisioneros políticos, Damas de Blanco, o activistas de derechos humanos. Todos los que van necesitan una visa de entrada al país donde nacieron, y tienen que someterse a la agenda oficial impuesta por el régimen ante la mirada complaciente del Cardenal Jaime Ortega y Alamino.

El nombre dado a la gestión -“peregrinación de reconciliación”- constituye de por sí una distorsión de la triste realidad cubana, cuyo problema no radica en la “reconciliación” entre cubanos del exilio y de la isla –que somos un solo pueblo– sino que emana de la imperiosa necesidad del establecimiento de un estado de derecho, con justicia y libertad, que tenemos el deber de defender y el compromiso de lograr.

Mientras esto sucede de este lado del Estrecho de la Florida, allá en la isla, bajo un clima de brutal represión, la actitud de la jerarquía eclesiástica, con honrosas excepciones, ha sido una de acomodo con los victimarios y no con las víctimas de la dictadura más longeva de nuestro Hemisferio.

A cambio de algunas concesiones que ratifican precisamente la naturaleza totalitaria del régimen, han antepuesto intereses por encima de sagrados principios. Resulta incompatible con los valores cristianos de la religión por la cual murieron tantos mártires cubanos ejecutados en el paredón de fusilamiento exclamando “Viva Cristo Rey”, la forma en que autoridades eclesiásticas se han pronunciado o dejado de pronunciar en la isla, prefiriendo el silencio cómplice a la proclamación de la verdad.

La jerarquía eclesiástica ha emprendido una campaña mediática avalada por un pequeño grupo, encaminada a que los cubanos se “reconcilien” con sus verdugos y transiten en el camino que señala el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y Arzobispo de Santiago, Dionisio García, en declaraciones recientes a un medio europeo, de que ve necesario fomentar una actitud de “aceptar al otro, aceptar lo que piensa, lo que dice, lo que es, cómo ve la realidad de las cosas”…

¿Aceptar a los asesinos que continúan asesinando impunemente? ¿Aceptar a los torturadores que continúan torturando a prisioneros políticos cubanos y a los agentes de seguridad del estado que continúan golpeando salvajemente a las Damas de Blanco y mujeres de la resistencia? ¿Aceptar la infamia del mal que continúa avanzando sin arrepentimiento alguno a lo largo de una tierra sedienta de derechos y libertad? ¿Aceptar la mordaza y la esclavitud? ¿Aceptar la realidad de una dictadura totalitaria que por más de medio siglo ha reprimido y continúa reprimiendo al pueblo cubano? ¿Aceptar viajar a nuestra Patria renunciando a ser parte de ella y renunciando al encuentro con nuestros hermanos víctimas de la opresión?

Parafraseando a Martí: ¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!