RICARDO GONZÁLEZ ALFONSO
Condenado a 20 años de prisión: Prisión Kilo 8, en Camagüey (a 533 kilómetros al este de La Habana). Director de la biblioteca independiente "Jorge Manach", Presidente de la Asociacion de Periodistas Manuel Marquez Sterling y director de la revista De Cuba, corresponsal de Reporteros sin Fronteras en Cuba.
Dir.: Calle 86 No 712 e/ 7ma y 9na, Playa, Ciudad de la Habana.
Esposa: Alida Viso Bello
RECADO DESDE LA PRISION
“Confesiones tras el muro”
Enviado por la esposa Alida Viso
1- Trilogía maldita para una procesión mortuoria de la carne
PARTE PRMERA
(Premeditación)
Tendré que parir el tintazo
Al fin,
(empujan los siglos de un gallo
que en duelo con su madrugada de anillos de sol
gestó la estrategia, sin éxito, del alfarero,
y vino posar su garganta en diana olvidada que
empeñada, entre otras cosas, tras las rutas de Cy Young
- galácticas e inalcanzables - como tanto lo quiso abuelo;
trocase en madeja de matices en plumilla:
Legiones de aparatosas damas trasnochadas
-que ofrecieron sus favores a los afortunados
y han venido a exitar a un lanzapeloticas de mierda
para tenerle después en una cama céntrica,
de un cuarto blanco
al centro de una casa azul, muy bien arregladito
esperando gladiolos en mano y ansioso de no defraudar
a aquel mísero gallo inconforme de su antiguo empleo-
persistieron desde el tiempo aquel,.
desde el otro tiempo por el siempre tiempo. Pero
aún siendo como es,
así,
y no de soñadas vanaglorias; la señorita mía
pasó de juergas en otra historia silbando:
“Gallo, gallo, gallo
yo te devuelvo al gallinero.
Gallito travieso, pollín majadero,
tres grillos felices
cantaban en guillotinado cuello,
cantó a deguello el hacha de un posadero.
Gallo, gallo, gallo
yo te devuelvo al gallinero”.
Y fue más de tantas recetas prohibidas por el olimpismo,
aprobadas por el Olimpo, que jamás
pudo alcanzar a Cy Young).
Tendré que parir el tintazo
al final.
Se lo debo a un viejo inquilino del alba
que se enamoró, estando quieto en el recio hombro
de un árbol,
de una mujer apresurada y con serias marcas de azote
que volaba por la puerta trasera
de la casa de Lord Byron.
PROLOGO
¿Desocupado Lector?
Estos fueron mis primeros versos “urgentes” y sin muchos afeites.
En los ochentas solíamos entusiasmarnos con las ¿últimas? grabaciones de los Rolling Stones; las sagas de Indiana Jones. Nos enamoramos de Ana Belén y de Cher. Íbamos atentos y admirados con las luchas de Havel, Walesa, Dalai Lama y Mandela. Quedamos cautivados por Juan Pablo II. “Cantábamos” y “componíamos” poemas que eran incinerados una vez terminada su lectura primera. De algún que otro pude memorizar fragmentos e incluirles a mediado de los noventa en estas “Confesiones tras el muro”.
Originalmente, escrito entre mis años de “paro forzoso” y la vorágine absorbente de la lucha cívica, “Confesiones” fue concebido como un poemario a dos manos entre mi amigo y compañero de luchas, el poeta Félix A. Rojas y yo.
Cada uno por separado teníamos nuestro propio “bloque” de versos. Algo así como una menorisima personal versión del legendario “Let it be” que termino más cercana y a fin al no menos legendario “Let it be”.
Llegamos a “diseñar” la carátula. Encargamos a nuestro amigo pintor Luís Torres Fernández de Velásquez las ilustraciones. Nos hicimos una fotografía con la fachada de la casa No. 63 de la calle Santa Teresa en el Cerro como telón de fondo.
Las hordas hacía poco, entonces, pintarrajearon con sus peculiares jeroglíficos, algunas frases entupidas y criminales con chapapote en esas paredes el día que invadieron de hogar de Oswaldo Payá y su familia, destruyendo a su paso cuanto encontraron. Eran momentos muy tensos y difíciles como ahora y no solo nuestras musas andaban tricolor.
A Joseito Sánchez Lara, el talentoso premio Julián del Casal 2004 quedo encargado un “no prologo” que desde su metódica aplicación a las lecturas debates y minuciosas repeticiones buscando el verso depurado, (más cierta dosis crítica y por tanto necesaria en mi opinión, sobre nuestros intentos “literarios”), podría emitir juicios introductorios definitivamente alejados de la complacencia.
Al final nada resulto como fue planificado. No se planifica en poesía.
Los “implicados” cada uno por su lado dimos tantas vueltas como el propio cuaderno de poesías. Félix llegó a España invitado tras la publicación de un poemario suyo, “La Isla Maldita”, y allá quedo exiliado. Otro, el prologuista frustrado, hace algunos meses desertó en México mientras hacia un Tour como baterista de acompañante de Haydee Milanes y se fugo a Estados Unidos. Torres sigue en Lawton, La Habana, pintando sus impresionantes paisajes naturales de la campiña cubana. Mis queridos amigos, los heroicos antiguos inquilinos de Santa Teresa No. 63, continúan (bajo el acoso constante de los miserables tártaros), pero no cejan tratando de apurar el momento de la matutinal luz en nuestra isla bendita.
Mi primer poemario publicado resulto ser el segundo escrito (diez años después, desde “las húmedas mazmorras de los pictos”), aunque desafortunadamente además de mis propias limitaciones, tratadas generosamente tratadas por ese “desconocido”, aun, amigo querido Jaime Navarrete desde París, se edito con la estructura trocada de algunos versos y cambios de palabras; y si asume que un guaguanco montuno de de mi propia autoría cuando es Ramón Morales Pérez (el meme) compañero de celda en Ariza. Pero no me quejo.
Mala fortuna es la del aprendiz de poeta empeñado en transformar la tosca y pobre labriega de olores infaustos en hermosa señora sin par de dulces maneras y aromas de lavanda. Pero mi pupila se dilataba con esas lecturas apasionadas y cual entusiasta y desatinado hidalgo quijada (o quejana según algunos autores), no podía detener la entintada lanza embistiendo terribles gigantes; altivos caballeros y pérfidos encantadores.
No he podido resistir impávido “los roces” de esos númenes que de vez en vez me abrazan dejándome “llagado por sus cuitas”. Así comenzó todo.
De eso cuentan estas primeras “Confesiones tras el muro” más de hoy, gracias a mis amigos se llegan a publicar. De eso y de un tiempo ¿pasado ya? Y de esos lugares que siempre conservare en mi memoria.
Un hombre noble, alegre, inteligente, que conoci a traves del telefono cuando yo era periodista en Radio Marti.
ReplyDeleteIncansable en su lucha y en tratar de encontrar un telefono seguro. Esa era su mision en Cuba Press, y pasar las noticias al exterior.
Hoy paga esa culpa, que en cualquier otro pais libre se llama periodismo.
Dios lo proteja a él y los otros comunicadores encerrados en las cárceles cubanas y a todos los presos en la Isla.
Asi es Angelica...
ReplyDeleteHay que tener valor y entereza.
Esos son los que hoy estan pagando las consecuencias de su valor.
Que Dios los ampare!
La esposa de este periodista está muy agradecida por la publicación...
ReplyDeleteComunica que Ricardo está siendo hostigado por los guardias en la prision: aqui está lo ultimo que envió a los amigos fuera de Cuba:
La Seguridad del Estado ha tomado represalias por el ayuno que realizó el escritor y prisionero de conciencia Ricardo González Alfonso, quien se encuentra sin asistencia médica y sin medicamento en la prisión capitalina Combinado del Este.
El 19 de noviembre de 2009 correspondía que le realizaran a mi esposo el examen de Glaucoma, en el Hospital Especializado en Oftalmología "Ramón Pando Ferrer", en el municipio de Marianao. La Seguridad del Estado no lo ha llevado. El día 4 de ese mes, fue a la última consulta que asistió Ricardo. El especialista orientó examinarlo cada 15 días.
Por otra parte, a mi esposo se le agotó el medicamento para la presión ocular que tiene inestable y que le recetó el oftalmólogo. En la prisión hay el fármaco y no se lo quieren suministrar.
La Seguridad del Estado está utilizando una sutil tortura sicológica y física. Esta represalia se debe al ayuno (ingerir sólo alimentos líquidos) que Ricardo realizó durante 25 días (del 15 de noviembre al 10 de diciembre de 2009) con las demandas siguientes:
- Que el gobierno cubano reconozca la categoría de prisioneros de conciencia a aquellos cautivos en la Isla que Amnistía Internacional haya clasificado como tales.
- Que el gobierno de La Habana libere inmediata e incondicionalmente a todos los prisioneros de conciencia cubanos.
- Que las autoridades cubanas le otorguen los beneficios establecidos en el sistema penitenciario de Cuba, a todos los presos políticos (aunque no sean prisioneros de conciencia)
La madre de González Alfonso se quedó ciega por ésta enfermedad (Glaucoma). Por este antecedente sus familiares estamos consternados y alarmados con esta situación que está sucediendo.
Rogamos a todas las organizaciones internacionales, tanto periodísticas como de derechos humanos, que soliciten al gobernante cubano Raúl Castro Ruz la asistencia médica a Ricardo González.
Ricardo González Alfonso, de 59 años de edad fue sentenciado a 20 en la Causa de los 75.
Muchas gracias
Ricardo la última vez que hablamos(1997) yo estaba siguiendo la huelga de sta. clara, y siento mucho que hoy sea a través de un mensaje, la comunicación, fuerza hermano a tí y los otros. alida te acuerdas de mí?, cuando mantenía contacto con tu hermano, cómo está él y donde? un abrazo cubano. y en especial a la madre de Ricardo.Aida rosa Jimenez
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