Friday, December 9, 2011

CUBA: VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS

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El  10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo texto completo figura a continuación. Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera «distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios».

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;
Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;
Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;
LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
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Artículos

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Thursday, December 8, 2011

A Contra Viento. Entrevista con Ernesto Díaz Rodríguez

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Ernesto Díaz Rodríguez es un poeta cubano, que vive en el exilio en Estados Unidos. Su último libro de poesía A Contra Viento acaba de salir publicado en Norteamérica. Pero además, Ernesto Díaz Rodríguez fue condenado en Cuba a 40 años de cárcel por declararse abiertamente en contra del castrismo.
Dentro de la cárcel devino Preso Plantado, que es el preso cubano que se niega a vestir la ropa carcelaria de preso común, y se planta en una férrea protesta mientras no se le reconozcan sus derechos de preso político.
Ernesto Díaz Rodríguez ha vivido toda su vida luchando por la libertad de Cuba, pero jamás ha abandonado a la poesía, ni ella a él. En los momentos más duros de su condena jamás renunció a la inspiración y mucho menos a la escritura.
Está felizmente casado con Alicia Pérez, hija de un expedicionario de Playa Girón a la cual conoció en New York en 1962, durante su primer exilio político, y a pesar de no tener ninguna comunicación entre ellos por más de 18 años, mantuvieron viva la llama del amor y desde su excarcelación en 1991 se casaron y constituyeron una hermosa familia. Desde hace 20 años residen en Ridgefield, Connecticut.
-¿Cuántos años pasaste en una cárcel en Cuba?
Fue un largo tiempo, probablemente demasiado tiempo para un ser humano que no ha cometido crímenes de ninguna índole y cuyo único delito ha sido luchar por la libertad y la felicidad de su pueblo oprimido. Exactamente fueron 22 años, 3 meses y 19 días los que pasé no en una sino en muchas cárceles de Cuba.
-¿Cómo eran tus condiciones de vida en la cárcel? ¿Cómo hacías materialmente para seguir escribiendo?
Las condiciones de vida eran totalmente inhumanas. Sometidos a largos periodos de incomunicaciones. Privados por muchos años de mantener contactos con nuestros familiares. Sin derecho a recibir visitas ni correspondencia alguna. Tampoco asistencia médica, de ninguna índole. Ni una simple aspirina. 

Por épocas recibiendo brutales golpizas, sin ninguna razón, sin ningún sentido. No pocos de mis compañeros de prisión fueron asesinados. Hay una larga lista de ellos. Sus nombres están en mi libro Rehenes de Castro, que escribí clandestinamente en la cárcel de Boniato y logré hacerlo llegar al exterior también en forma clandestina. Allí nos mantuvieron durante varios años, en celdas tapiadas. Sellaron los barrotes con planchas de acero. Calabozos de castigo donde el calor era asfixiante. Apenas tenías espacio para moverte. Recostabas la espalda sobre una de las paredes y las piernas sobre la otra pared. 

Nuestro universo era de menos de 4 metros cuadrados. Nos mantenían desnudos, sólo se nos permitía vestir un mugriento calzoncillos, porque ni de agua para lavarlo disponíamos durante largos períodos. En los calabozos pululaban las ratas. En las noches las cucarachas te caminaban por la cara, te comían los labios. Todo ese periodo de crueldades durante más de 7 años ininterrumpidos. Poco tiempo después de haber salido en libertad tuve la oportunidad de visitar Auschwitz, el tristemente célebre campo de concentración que instalaron los nazis en Polonia. Fue esta la ocasión cuando con más angustia recordé las tapiadas de Boniato.
Para mantenerme escribiendo me valía de todas las artimañas que un prisionero inventa. Conseguía que mis compañeros me pasaran cajetillas de cigarros vacías, donde muchas veces escribía mis poemas; hojas de papel fino que algunos de ellos habían logrado conservar escondidas, lápices y repuestos de bolígrafos. Todo esto a través de pequeños orificios que habíamos perforado en las paredes de las celdas. 

-¿Quiénes son tus padres poéticos?

Tengo muchos padres poéticos: Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rabindranath Tagore, Ángel Cuadra, que cumplió 15 años de prisión en las cárceles del régimen comunista de Cuba, de acuerdo a sus propias palabras por "negarse a poner a su poesía de rodillas". Y también tengo una madre poética: la inolvidable Gabriela Mistral.

-Eres una persona muy activa además en la lucha por los derechos humanos en Cuba.
Desde el año 1987 me incorporé al Comité Cubano pro Derechos Humanos, donde por mi labor, a pesar de encontrarme en prisión me asignaron uno de los cargos de vice-presidente. Con los años he llegado a descubrir que desde mi más temprana adolescencia era ya un ferviente defensor de los derechos humanos. Desde mi excarcelación he viajado a diversas partes del mundo, a más de 20 países, en función de dar a conocer, desde mi experiencia, el sufrimiento, las humillaciones y las espantosas miserias que durante más de 52 años les han sido impuestas al pueblo de Cuba. Pero también sufro las injusticias y los atropellos que padece todo ser humano en cualquier parte del mundo.
-Eres el secretario general de Alpha 66, del exilio una de las organizaciones más atacadas por el castrismo. ¿Puedes hablarme más de esa organización, podrías explicarle al público europeo de qué se trata?
Alpha 66 es una organización totalmente desvinculada de influencias externas ni de ayuda que no sea la que proviene de exiliados políticos cubanos, regularmente de las clases más pobres. Gente trabajadora, personas humildes en su posición económica, pero que aman a Cuba y anhelan, al igual que nosotros, su liberación y la reconstrucción que la salve de las ruinas del castrismo. Nada tenemos que ver con gobiernos ni con instituciones foráneas. Se trata de una organización de cubanos conscientes de su responsabilidad histórica, dispuestos a luchar por que Cuba sea libre. Eso sencillamente.
Soy uno de los fundadores de Alpha 66, una organización que fue fundada hace 50 años, en el afán de que el pueblo de Cuba pueda gozar de los mismos derechos y las mismas libertades que disfruta el pueblo francés. Y los pueblos de España, Alemania, Suecia, Bélgica, Italia y todas las naciones libres del mundo. Es un derecho que nos corresponde también a los cubanos: el derecho a la democracia, a la libertad de expresión, a la prosperidad, a que no se nos imponga de la manera que tenemos que pensar, a que no se nos exija vivir de rodillas. Sin el disfrute de esas libertades no hay paz en la conciencia del ser humano, ni puede haber felicidad. Eso es Alpha 66, ese conjunto de anhelos e ilusiones que tanto necesita alcanzar el pueblo de Cuba. Por eso luchamos. Todo lo demás es pura propaganda, distorsionadora de la realidad, instrumentada por el régimen comunista de Cuba.
Cierto es que durante algunos años utilizamos prácticas de acciones militares contra la tiranía castrista. Fue la experiencia que heredamos de la lucha de Fidel Castro contra la dictadura militar de Fulgencio Batista. Desde luego, excluyendo la utilización de acciones terroristas que el Movimiento 26 de Julio liderado por Castro, sí utilizó. Llegaron al poder a base de prácticas de lucha brutales, inhumanas, poniendo bombas en instalaciones civiles, en comercios, en teatros. Secuestrando a personas ajenas a la política, a deportistas, como fue el caso del famoso piloto de autos de carrera, el argentino Juan Manuel Fangio, en 1958. No, definitivamente el terrorismo no sólo no ha sido práctica de Alpha 66, ni un solo día, sino que lo condenamos, lo condenamos en todas sus manifestaciones, incluyendo el terrorismo de Estado que los hermanos Castro han venido utilizando durante más de 50 años contra el indefenso pueblo de Cuba, para imponerles su filosofía de odio y su política de obediencia irreflexiva.
-El castrismo ha dicho que Alpha 66 es una organización terrorista, resulta curioso que el castrismo, que se precia y se vanagloria de haber sido y de ser excelentes terroristas, se dedique a acusar a los exiliados de terroristas, ¿podrías añadir algo al respecto?
El régimen de La Habana puede decir lo que quiera. No sienten ninguna vergüenza en mentir. Tienen una poderosa maquinaria propagandística para crear en las mentes de quienes no han sufrido ni conocen la trágica realidad de esa Cuba atrapada en las redes del castrismo una idea distorsionada de sus adversarios políticos.
-¿Por qué te has decantado por la poesía habiendo podido escribir historias de la cárcel, en cualquier otra forma de género literario?
La poesía es la manifestación más sublime del pensamiento humano. Y está en todas partes: en las ramas de un árbol, en el canto de un pájaro, en las olas que bañan los arrecifes. Está en el viento, en el cielo, en el zureo de las tórtolas o el ladrido de un perro. Está en una lágrima y en la espontánea sonrisa de los niños. La poesía es eso y todo lo que nos salva y reconforta el espíritu. Las historias de la cárcel duelen, anudan el pecho y se van postergando para un después que se repite cada día. Pero te prometo que alguna otra obra testimonial vendrá, por ser de una necesidad vital de mi conciencia compartir esas experiencias del presidio político cubano. Sí, definitivamente llegará, tal vez con el alba de ese año nuevo que está pronto a empinarse por el horizonte.
La Editorial Review describe así la naturaleza de su obra literaria:
"Tiene esta obra literaria como primer ingrediente básico ese irradiante amor, que aún en las peores circunstancias es capaz de sublimizar un recuerdo, un anhelo, una ilusión. Como poeta y ser humano de aguda pupila, ha tenido el autor la oportunidad de ver más allá de ese universo diminuto y sombrío que le impuso el destino, lo maravilloso de otro mundo, vibrante de luz, que reconforta y agiganta el espíritu.
El segundo ingrediente que conforma este conjunto de poemas, son las propias adversidades que la fe y la poesía le ayudaron a vencer durante los más de 22 años de ensañada prisión que sufrió, paradójicamente, por defender su derecho, y el de su oprimido pueblo a vivir en libertad. Son los poemas que dan vida a este libro vigorosas palomas mensajeras, o simples gaviotas que vuelan en libertad contra la espiral del viento.
'Lo que suele ocurrir, es por lo regular lo mejor que pudo haber ocurrido', es una creencia filosófica muy bien arraigada en la cultura de las tribus de Pigmeos en el África Central. Esa misma filosofía ha sido práctica constante en la vida de Ernesto Díaz Rodríguez."

UNA PROMESA A REINALDO ARENAS


Angélica Mora

Apuntes de una Periodista

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Arenas se suicidó el 7 de diciembre de 1990

"Antes que me hagas la entrevista, tengo que decirte algo: tengo sida..."

Con esta advertencia se inició mi extraña entrada, hace veinte años, fines de la década de los 80, en el sobrecogedor mundo del escritor cubano Reinaldo Arenas. Arenas había acudido a las oficinas de Radio Martí, no para promocionar sus libros, que comenzaban a ser famosos en los Estados Unidos tras haber triunfado en Francia y otras naciones europeas, sino para hablar del único tema que le importaba: "la falta de libertad en Cuba", y para denunciar a Fidel Castro.

Había una urgencia especial en el escritor. Quería dejar un testamento oral para sus compatriotas y el mundo. Pero antes de entrar a una pequeña cabina de grabación, en la que sólo cabíamos él y yo, -su compañero se quedó afuera- se volvió y me miró. Muy serio y en tono grave me advirtió: "tengo sida. ¿Te importa entrar a un lugar tan chiquito conmigo? ¿No tienes miedo de que se te pegue?. No pude dejar de reÍrme por lo solemne de la advertencia. "Te lo digo en serio", agregó, sin entrar todavía en el mini estudio. Me encogí de hombros y le dije que no.

"Creo que me voy a morir", me dijo simplemente.

"Todos nos tenemos que morir", le contesté.

No, en serio, siguió diciendo. "Quiero que me entrevistes. Estoy luchando... (contra el sida), pero no estoy seguro de que ganaré la pelea. Me gustaría dejarte algo para que lo comuniques ahora y lo repitas cuando no esté presente. "Me duele Cuba...Me duele ¿a ver?, me duele como fuego. Y te tendría que contar tantas cosas...pero no tenemos tiempo".

Arenas se había instalado en una de las dos sillas del mini estudio y movía unos papeles, que al final de la entrevista me dejó "para que saques datos". Era Un plebiscito a Fidel Castro, donde se pedían elecciones libres en Cuba, como la consulta que hizo el General Augusto Pinochet en Chile. La carta de Arenas, redactada en España junto con el pintor Jorge Camacho y su esposa Margarita, fue firmada por intelectuales, presidentes y premios Nobel. Después de todas sus peripecias en Cuba, su salida de la Isla, su vida en EU. Reinaldo Arenas se había percatado de algo terrible: los males que sentía ahora que había triunfado tenían un nombre: sida. Debía apresurarse en cumplir lo que se había fijado como meta: su lucha por Cuba.

Para Arenas el plebiscito era su legado, su amor. Y era su odio infinito hacia el hombre que consideraba el culpable de todas sus desgracias, incluso del sida que lo estaba matando: Fidel Castro.

"En realidad no voy a decir que quisiera morirme, pero considero que cuando no hay otra opción que el sufrimiento y el dolor sin esperanzas, la muerte es mil veces mejor... Siempre he considerado un acto miserable mendigar la vida como un favor. O se vive como uno desea o es mejor no seguir viviendo. En Cuba había soportado miles de calamidades, porque siempre me alentó la esperanza de la fuga y la posibilidad de salvar mis manuscritos. Ahora la única fuga que me quedaba era la Muerte".

De regreso de una de sus múltiples estadías en el hospital subió a duras penas las escaleras hacia su piso en Nueva York. Estaba solo, lo acompañaba su gato de dos colores, Tony. (De día lo acompañaba Lázaro, quien pese a su buena voluntad sufría sus propios fantasmas, aquejado de múltiples problemas nerviosos originados en Cuba, según Arenas).

En medio de su soledad decidió escribir su auto biografía Antes que Anochezca. La había titulado así para, mediante un juego de palabras, sintetizar sus penurias cuando, prófugo en los bosques, escribía urgentemente antes de que anocheciera, para aprovechar la luz del día... Y ahora también, en forma apresurada, escribía antes del crepúsculo, antes de que anocheciera. "Ahora la noche avanza de nuevo en forma más inminente. Es la noche de la muerte".

Arenas reunía las tres condiciones más idóneas para convertirse en un paria en el "Infierno" de la "Divina Comedia" del castrismo. El primer escalón descendente era el ser escritor, el segundo ser homosexual y el tercero ser disidente.

Mantuvo pocos amigos, casi todos fuera de la isla. En algunas oportunidades tuvo la suerte de poder enviar algunos manuscritos con turistas y visitantes de confianza, entre ellos el matrimonio Camacho. Y fue así como se hizo célebre fuera de su patria. Ganaba premios en el exterior, mientras corría de un escondite a otro, perseguido por un sistema que se sentía burlado al saber que el escritor estaba publicando fuera de Cuba. Fue encarcelado varias veces. Cuando salió de la prisión decidió escapar para conocer "como es el sabor de la libertad".

Llegó a EU. Estuvo un tiempo en Miami y luego se residenció en Nueva York. Pero fue muy poco lo que pudo gozar de su recién adquirida calma espiritual.

"Veo que llego casi al final de esta presentación, que es en realidad mi fin, y no he hablado mucho del sida. No puedo hacerlo, no sé que es {...} Cuando yo llegué del hospital a mi apartamento, me arrastré hasta una foto que tengo en la pared de Virgilio Piñera, muerto en 1979, y le hablé de este modo: 'Óyeme lo que te voy a decir, necesito tres años más de vida para terminar mi obra, que es mi venganza contra casi todo el género humano'.

Creo que el rostro de Virgilio se ensombreció, como si lo que le pedí hubiera sido algo desmesurado. Han pasado casi tres años de aquella petición desesperada. Mi fin es inminente. Espero mantener la ecuanimidad hasta el último instante. Gracias Virgilio".

El 7 de diciembre de 1990, en fase terminal del sida, Reinaldo Arenas se suicidaba en Nueva York.

"Queridos amigos, debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida...Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión.

"Sólo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.

"Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la isla los exhorto a que sigan luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy".

Tuesday, December 6, 2011

A 115 años de su muerte.......Se busca Un Titán de Bronce para el SigloXXI



El Titán de Bronce

Nacimiento 14 de junio de 1845
Majaguabo, San Luis, Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento 7 de diciembre de 1896
El Cacahual, Bandera de Cuba Cuba
Nacionalidad Bandera de Cuba Cuba
Ocupación Mambi
                                                                                      

El Titán de Bronce en la historia de Cuba 
Tomado de Diario de Las America


Este 7 de Diciembre de 2010 se cumplen 114 años de la muerte en el campo de batalla (1896) del legendario Titán de Bronce, el Mayor General Antonio Maceo y Grajales, quien en unión de José Martí y Máximo Gómez, diera comienzo en Cuba a la Guerra de Independencia.

El valor del general Maceo durante toda su vida, puesto siempre al servicio de su patria, lo llevó al triunfo de innumerables batallas contra la dominación colonial, llegando a ser una de las figuras más sobresalientes y relevantes de la historia de Cuba.

El 7 de Diciembre se conmemoraba en Cuba no solamente la muerte del Titán de Bronce, sino también la de todos aquellos que a través de la Historia dieron su vida en aras de la libertad de la patria de Maceo. DIARIO LAS AMERICAS reitera, una vez más, su admiración y respeto a la gloriosa memoria del Titán de Bronce y se une al dolor que embarga a todos los cubanos en cada 7 de diciembre.



EL SILENCIO DEL MUNDO ES ESTRUENDOSO



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Angélica Mora

Nueva York

Apuntes de una Periodista

A estas alturas de mi vida nada me debería sorprender.
Sin embargo, todavía me admiro del silencio de la comunidad internacional frente a la represión que se ejerce estos días contra la oposición en Cuba.

En el último mes se produjeron 257 arrestos de opositores al gobierno de Raúl Castro.
A estos opositores se les allana sus hogares, se les golpea, se les arrastra hasta los carros patrullas, se les encarcela.
Se les secuestra, como es el caso de la Dama de Blanco Ivonne Malleza y su esposo Ignacio Martínez, desaparecidos desde hace casi una semana, luego de los sucesos del Parque de la Fraternidad...
Y el mundo sigue sin protestar.

Esa impasibilidad enerva.
¿Qué esperan los gobiernos democráticos para reclamar ante este sistemático abuso del Régimen de La Habana?
Acaso ¿que se produzcan más víctimas mortales detrás de Orlando Zapata y Laura Pollán?

Esa inercia e indiferencia de los poderosos, de las organizaciones destinadas a "proteger" a los que son castigados por pedir libertad, no podrá disculparse con un "yo no sabía lo que ocurrría..." como pasó luego del nazismo.

La hora de actuar de la Comunidad Internacional es ahora, cuando se llevan a cabo los abusos de un régimen cobarde, que descarga de preferencia su furia contra las mujeres opositoras.

Si hay fuertes reclamos internacionales estén seguros que Raúl Castro lo pensará dos veces, antes de seguir ordenando la feroz represión que hoy se lleva a cabo impunemente contra los indefensos activistas cubanos.