Friday, June 22, 2012

Los malos duermen bien


 
Después de conocer como viven numerosos victimarios y los privilegios que disfrutan a pesar de sus depredaciones, a los cínicos nos les es difícil arribar a la conclusión de que los malos duermen bien y que el crimen paga con los mejores intereses del mercado.

Desde hace muchos meses se ha podido apreciar, gracias a la libertad de prensa y el talento de algunos periodistas y productores, de los privilegios que disfrutaron y que disfrutan, a pesar del cambio de dueño y escenario, muchos de los muchísimos cancerberos que ha tenido el infierno cubano.
Los hay de toda laya. Militares, ex oficiales de los servicios de inteligencia y seguridad, funcionarios, profesionales de todas las ramas, intelectuales, cortesanas, en fin, un muestrario de todos los tipos de individuos que han servido al totalitarismo por décadas.
Estos personajes reniegan de sus compromisos pero pocas veces repudian su pasado. Justifican sus actos más macabros con el argumento de que defendían un ideal, pero casi nunca tienen argumentos para sostener en un debate las razones que le asistían para sus abusos. Admiten con una desfachatez inaudita que conocían los más oscuros actos del sistema pero que no podían hacer nada para cambiarlo, porque para sobrevivir se tenían que convertir en victimarios.
Salvo contadas excepciones un denominador común les identifica: están orgullosos de los roles protagónicos que interpretaron sin detenerse a pensar en las penas, injusticias y víctimas que sus acciones directa o indirectamente causaron.
Cuando describen sus aventuras lo hacen con jactancia, se pavonean de sus relaciones con la cúpula del poder castrista y se regocijan de conocer los chismes más exclusivos de sus antiguos amos, porque en verdad eran servidores, esclavos de lujo del olimpo antillano.
Paradójicamente muchos de estos renegados tienden a servir a los gobiernos e instituciones que en algún momento trataron de destruir.
El espíritu mercenario que les caracteriza no pone reparo cuando les ofrecen seguridad personal y económica, convirtiéndose en fieles devotos de quienes fueron sus enemigos mortales. Pero lo peor no es eso, sino que hasta ciertos sectores de la oposición en el exterior les confiere reconocimientos y honores porque consideran que ganan preeminencia al asociarse a quienes después de haber sido arquitectos y albañiles de la destrucción de un país, mutan vertiginosamente a expertos en la reconstrucción, o en teóricos de las soluciones posibles de la tragedia cubana.
Pero entre esos renegados que en otros tiempos habrían tenido el rechazo más contundente hay unos ejemplares que merecen el mayor de los desprecios y son aquellos que justifican sus acciones pasadas responsabilizando a las víctimas de su conducta.
Estos individuos con extremo cinismo justifican complicidades y abusos y en un vil intento por escamotear su responsabilidad en el pasado colectivo, niegan valores morales, razones y derechos a quienes enfrentan el proyecto que ellos defendían.
El cinismo, la arrogancia y la prepotencia son sus atributos más conspicuos. Son egoístas porque solo piensan en su entorno más directo. La frustración les induce a justificar los crímenes individuales en que participaron y obviar su complicidad en la destrucción de una sociedad, de una economía, de un país. Desprecian a las víctimas del sistema y a la nación en la que cometieron sus tropelías, no respetan a los que han tenido el valor de luchar por sus convicciones ni a los infelices que han padecido los abusos del régimen.
Por otra parte, es justo puntualizar que muchos de los que renegaron del totalitarismo han asumido sus nuevos compromisos ideológicos y políticos con dignidad, coraje y dedicación. Demuestran estar estrechamente asociados a su nuevo pacto social. Trabajan arduamente por el cambio y promueven soluciones lo menos traumática posible para nuestra tragedia.
Errar es de humanos, pero las lesiones que derivan de esos actos no pueden quedar impunes, aunque sea en el aspecto moral, y si existe un mandato ético de que se debe comprender y perdonar la falibilidad humana, esa conducta no es posible si falta un arrepentimiento que transite por la rectificación de los errores.
La prepotencia, el justificar las malas acciones nos aleja de la tan promovida reconciliación. Si los ex verdugos siguen convencidos de que sus crímenes estaban justificados, ¿qué se puede esperar de aquellos que todavía siguen encarcelando, reprimiendo y matando, si se hace necesario?
Que reflexionen los que solo ven entre los que se oponen al totalitarismo ánimos de vendetta, porque las evidencias indican que a los que hay que demandarles comprensión, entendimiento y tolerancia es a los que usaron el garrote y a los que lo siguen esgrimiendo todavía.

Thursday, June 21, 2012

No quedará nada por ver

"Los Castro, ya que no pudieron hacer polvo al mundo en los sesenta, decidieron vaciarle los bolsillos al mundo y al capitalismo en su misma jeta y muertos de la carcajada, robarles hasta el alma."

 

 

A los cubanos no nos quedará ya más nada por ver. En 53 años, francamente, ¿qué no hemos visto? Empezando porque el mundo estuvo a punto de hacerse cenizas en manos de los soviéticos y de Fidel Castro, allá por los lejanos sesenta con los misiles rusos apuntando desde la isla hacia Estados Unidos, y todavía hay quienes aplauden semejante barbaridad; y siguiendo por la célebre frase de Raúl Castro, también allá por los sesenta, cuando afirmó que soñaba con volar en pedazos a Nueva York entero, regalo que en buena medida le hizo el finiquitado Ben Laden, y miren, ahí está Raúl, todavía dando por el sainete póstumo, y recibido y recibiendo a jefes de estado elegidos democráticamente.

El día que en Cuba se puedan hacer películas enlatadas en el peor estilo hollywoodense tendremos temas hasta para hacer rosquillas. Proliferarán los biopics, hoy tan a la moda, sobre los peores personajes de nuestra historia más reciente, encabezando la lista los dos tiranos, sin duda alguna, que aparecerán como héroes mundiales. Todo lo que hemos vivido y padecido en carne y huesos propios lo verán y disfrutarán nuestros hijos y nietos en la gran pantalla. Eso sí, si antes no se acaba el mundo, por cuenta de una graciecita de algún arrebatado inspirado en los locos que dominaron el mundo desde una pequeña isla del Caribe.
De todo habrá en temas como en botica. Desde aquellos interminables discursos excesivamente teatrales y dramáticos del Orate en Jefe que duraban siete horas y media, hasta los mensajes cortos o tuits que hoy escribe a diario con su mente ya diluida más que perdida en las batallas más insólitas, contra los enemigos más improbables: el imperialismo yanqui, el mosquito Aedes Aegypti, la moringa y la morera, el yoga y los yoguis; en fin, que el Coma Andante no tiene quien le escriba, ni siquiera su amigo el Gabo, que al parecer también anda por los celajes o finge, y por lo tanto, ha decidido atropellar y torturar al mundo, a un paso del más allá, con su diarrea cerebral. 
Entretanto, su hermano, todavía a la sombra, continúa enfrascado en acabar con los cubanos, de preferencia pobres y negros, y en destruir lo poco que queda de la Perla de las Antillas que ya no es más que un trozo machacado de falsa y reseca roca salitrosa, ¡qué digo, si hasta la sal la han aniquilado!
Lo dicho, inclusive todo este esperpento devendrá un día no muy lejano, material literario y filmográfico. Literario no sé, he empezado a dudarlo, porque no sé si nuestros hijos y nuestros nietos conseguirán perpetuar la... –especie iba a decir, pero la mujer seguirá insistiendo, empecinada en embellecer el mundo–, en perpetuar la literatura y a los verdaderos autores. El cine, por el camino que va, tan jodido como la literatura, aunque algo quedará de casero para colgar en You Tube, porque está cercano el día en que cada uno de los ciudadanos del planeta sea considerado cineasta por traficar un video casero de un asesinato real tornado en obra artística. Bueno, ya lo hemos visto con el descuartizador de Montreal, aunque ya lo verán, muy pronto, en breve, en lugar de ser extraditado con la intención de ser juzgado, por el contrario será invitado a un Festival de Cine de gran prestigio o a los Oscar a recoger el primer premio de dirección y actuación. Pues fíjense qué bonito se nos pinta el futuro a los cubanos, que tendremos material de sobra para producir los filmes de horror y de terror que ni siquiera podríamos ni calcular en la actualidad.

Imagínense la historia que recién estamos leyendo en El Nuevo Herald, El Nuevo Granma –lo llaman ya una enorme cantidad de algunos–, ese periódico de Miami, acerca del robo al Medicare de millones y millones de dólares desviados hacia bancos castristas por falsos exiliados cubanos. O sea, seamos concretos, los Cinco Espías (otro tema de película de las que interesarán, porque olvídense de que la gente querrá ver algo heroico sobre los cuatro cubanos asesinados en las Avionetas de Hermanos al Rescate, no, los cubanos romperán las puertas de los cines para deleitarse con los crímenes cometidos por los Cinco hijos de mala madre terroristas que entre sus muchos asesinatos cuentan con el de los Cuatro jóvenes exiliados de verdad), los Cinco Espías, les comentaba, son niños de teta comparados con los involucrados en este robo, un defalco cometido al Gobierno de los Estados Unidos en sus mismas narices y desde el mismo corazón del imperio. 

Porque la cosa es que los Castro, ya que no pudieron hacer polvo al mundo en los sesenta, decidieron vaciarle los bolsillos al mundo y al capitalismo en su misma jeta y muertos de la carcajada, robarles hasta el alma, como en esos filmes donde los vampiros chupan y chupan y dejan a la víctima flotando en el aire como una telita de cebolla, o como esos edificios que explotan desde el interior, y primero vemos una tremenda polvareda, y luego, ¡zas! Nada por aquí, nada por allá, no queda nada. Nada por ver, como en un show de Houdini o de David Coperfield. Dos magos como todos los magos, de dudosa reputación. Aunque comparados con los dos brujos satánicos de Aquella Isla, tampoco se les puede achacar nada en contra, como no sea que dejan inextricablemente la impresión de que somos verdaderamente Nada fugaz.

Sunday, June 17, 2012

¿DONDE ESTÁ MI PADRE?


LA TRIBUNA DE TITO
Por Tito Rodríguez Oltmans.
TRIBUTO PÓSTUMO A LOS PADRES QUE LUCHANDO CONTRA EL CASTRO-COMUNISMO SACRIFICARON SUS VIDAS POR LA LIBERTAD DE CUBA
Esta pregunta se la han hecho, y todavía se la hacen miles de cubanos hijos de mártires que han muerto luchando contra de la tiranía castro-comunista que impera de forma despiadada en “tu Cuba”, en “nuestra Cuba”, desde hace más de cincuenta y tres años.
La lucha contra la tiranía comenzó desde el mismo año de 1959, cuando Fidel Castro y su pandilla comunista, disfrazados de revolucionarios redentores tomaron el poder. Las situaciones políticas, económicas y sociales cambiaban rápidamente tomando un rumbo claro y bien definido hacia un sistema totalitario comunista.
Y por eso comenzó la lucha.
En tu caso, como huérfano, hijo de mártir es muy normal que en el transcurso de tu vida te hallas preguntado más de mil veces:
¿Por qué mi “Padre” se fue a luchar? ¿Qué lo motivó para que se fuera a luchar? ¿El se fue a la guerra, y me dejó solo con mamá y la familia?..¿Por qué? - ¿Por qué? - ¿Por qué?.......
Primero, la lucha se trató de forma racional persuasiva, pero de esta forma duró muy poco tiempo. Entonces se cambió el método de La Lucha de razones, escritos y discursos. Porque el régimen no escuchaba, seguía destruyendo a “tu Cuba”, a la Cuba decente, la de “tu padre”, de tu abuelo, de tu familia, y de todos los cubanos dignos y decentes.
Y, entonces comenzó “La Guerra” declarada por los cubanos dignos contra la tiranía comunista”.
Antes de comenzar la guerra, ya había comenzado “la represión barbárica comunista” por parte del régimen. El sistema represivo comenzó funcionando como una máquina destructiva e implacable con fuerza demoledora, asesinando, torturando, abusando, y arrollando bestialmente a su paso, a todos, y a todo lo que ellos creían, no solo que estaban luchando en su contra, también lo hicieron por simples sospechas, o venganzas personales.
Los cubanos decentes como “tu Padre”, que optaron por quedarse para combatir la tiranía, pagaron caro su lucha. Estos  combatientes carecían de suministros y logística; ellos fueron los patriotas cubanos que formaron las guerrillas urbanas, y los alzados, tanto los del Escambray, como los de otros lugares montañosos, inclusive hasta los alzados que hubo en los llanos de La Isla. Al igual les ocurrió a los miembros de La Brigada 2506 que pelearon en Girón, a los que miembros de Los Grupos de Misiones Especiales, y a  muchos otros Patriotas Cubanos que dejaron el exilio, y se fueron a Cuba en pequeñas embarcaciones a luchar por su cuenta con las pocas armas que tenían y escasos avituallamientos. Fueron muchas las batallas desiguales. “tu padre” y sus compañeros lucharon con valentía, dignidad y heroísmo por una causa “justa y necesaria”, mientras que el régimen castrista era entrenado, y ayudado  militarmente por la ex URSS y todos sus países satélites de la otrora Europa Oriental. Estaban destrozando a La nación cubana pedazo a pedazo. Eran y son, unos monstruos, mercenarios con una ideología basada en la envidia, y el odio.
La lucha fue desigual, pero digna, honrosa y justificada por los todos cánones normales de la moral cristiana, hecha con la dignidad y la decencia de los cubanos como “tu padre”.
Entre los patriotas como “tu padre”, había cubanos y también cubanas, de todas las edades, pertenecientes a todas las clases económicas, y sociales del país, siendo mayoría  la clase media, y la campesina. Allí estaban presentes, los ricos y los pobres, los profesionales, los técnicos, los obreros, los guajiros, los blancos, los negros, los mulatos, los chinos, y los jabados; “todos cubanos”.
Entre ellos, estaba tu padre, papá, papi, pipo o viejo, como cariñosamente lo llamastes, y todavía al recordarte de él, así lo llamas en tus pensamientos.
“Tu padre” optó por combatir al régimen para que tú te pudieras criar en una Cuba libre y soberana, no en una gran prisión cuyo suelo por causa directa de la tiranía estaba y está, anegado de sangre, lágrimas y luto.
Puedes estar seguro, de que “tu padre” al hacer la decisión de salir a combatir al comunismo pensó mucho en ti, y en tu futuro. Es probable que tú en aquella época eras muy pequeño, y no sabias lo que estaba pasando, o quizás no, y te acuerdas de él cuándo te llevaba al parque, cuando jugaba contigo, cuando te besaba en la frente y te daba la Bendición y las buenas noches al arroparte en tu cama. En fin, puede que tengas muchos recuerdos de “tu papá”, recuerdos íntimos de amor filial que son solo tuyos, y los atesoras en tus recuerdos.
“Tu padre” que ofrendó su vida en la guerra justa y necesaria, hoy te mira desde el Cielo junto al Altar de la Patria Cubana, donde él se encuentra por derecho propio, y se siente orgulloso de tí, de tus logros, de tu decencia, de tu moral y de tu cubanía.
Este domingo 17 de junio del 2012, recuérdalo con amor y cariño, por el sacrificio que hizo por ti, tratando de lograr la libertad de tu Cuba, tu Patria, la tierra donde tu naciste.
Es muy posible que este domingo “Día de Los Padres” te preguntarás una vez más: ¿Dónde estarán enterrados los restos de "mi padre”?
Lo más probable es que en la actualidad nadie sepa el lugar específico donde están sus restos mortales, pero si puedes estar seguro(a), de que sus restos ya están mezclados con su tierra cubana, formando parte de ella.
Tú puedes decirle al mundo con orgullo, mi padre luchó por la libertad de Cuba, murió por Cuba, y hoy, él es parte de Cuba. De mi Cuba.
Recuérdalo con amor y orgullo, como “Padre”, como buen “Cubano”, como “Patriota” y como combatiente Mártir por La Libertad de esa bella Isla llamada Cuba.
En un futuro no lejano, todos los cubanos exilados volveremos al suelo patrio con dignidad y justicia, para arrancar de raíz  la tiranía comunista, y sus secuaces, y así, todos unidos poder lograr los objetivos de justicia, libertad y paz, por los cuales murió “tu padre”.
Que Dios te Bendiga a ti, y a toda tu familia.
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PROHIBIDO OLVIDAR

El día en que Nureyev dio el mayor salto de su vida.

El bailarín ruso del Kirov escapó corriendo en la pista del aeropuerto parisino de La Bourget para evitar volver a Moscú y para convertirse en leyenda.




  Desde Zoé Valdés ¡Libertad y Vida!

Rudolf Nureyev era un prometedor bailarín del Kirov cuando el 17 de junio de 1961 dio una doble pirueta a su vida al desertar de la Unión Soviética y pedir asilo político en Francia. «Quiero ser libre» gritó en inglés mientras se escapaba corriendo por la pista del aeropuerto parisino de Le Bourget para refugiarse detrás de dos policías franceses.
Al joven bailarín, que tenía entonces 23 años, le había comunicado poco antes el director del Ballet Kirov que él no iba a continuar la gira que tanto éxito había cosechado con «La bella durmiente» en París. El resto de la compañía viajaría a Londres, pero él debería regresar a Moscú en un Tupolev. «Lo comprendí todo en el acto: jamás me dejarían volver a Europa, yo era una cabeza muy dura impropia para la exportación y tendría que quedarme en Rusia, castigado y oscurecido», recordaba Nureyev. 



El día en que Nureyev dio el mayor salto de su vida
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Nureyev, en 1961, una semana antes de desertar



El artista no solo había destacado hasta entonces por sus cualidades. Su interés por aprender inglés, por asistir a representaciones de compañías de danza extranjeras y frecuentar a los artistas que viajaban a la Unión Soviética, su ausencia en los cursos de instrucción política le originaban continuos problemas con las autoridades. Por su rebeldía e inconformismo había sido sancionado con no poder bailar ante los miembros del Gobierno ni viajar al extranjero... hasta aquel junio de hace 50 años en que pasaría a convertirse en un símbolo de la libertad. «Fue el salto más grande de toda mi vida», afirmó después el bailarín.
«Abandoné mi país sencillamente por falta de oxígeno, para redescubrir el sentido de la perspectiva que todo artista necesita si pretende continuar dando lo mejor de sí mismo», comentó Nureyev años después de su cinematográfica huida.
Aquel día su nombre fue borrado de la historia de la danza rusa y nació un mito en Occidente, donde está considerado como el bailarín más relevante del siglo XX junto a Nijinski. Hasta 1987 no se le permitió volver a Rusia cuando gracias a una invitación personal de Gorbachov pudo visitar a su madre enferma y hasta 1989 no volvió a pisar el escenario del Kirov para bailar «La Sílfide».

Una figura irrepetible de la danza

Solo tenía 36 francos en el bolsillo cuando «volvió a nacer» en París, pero apenas una semana después volvía a bailar en la compañía del marqués de Cuevas. Después viajaría a Dinamarca y conocería a su admirado Erik Bruhn y a Margot Fonteyn, la gran estrella de la danza británica que entonces tenía 42 años. Con ella formaría la pareja más relevante del ballet mundial de 1962 a 1977. «Él no era simplemente un bailarín, sino la danza misma», dijo Fonteyn de él. La pareja escribiría algunas de las mejores páginas de la historia de la danza con su «Margarita y Armando», su «Romeo y Julieta», su «Lago de los cisnes» o el paso a dos de «El corsario».
Nureyev trabajó con coreógrafos como Roland Petit, Maurice Béjart, Martha Graham o George Balanchine, llegó a protagonizar una película de Ken Russell sobre Rodolfo Valentino y se dejó seducir por la música en su última etapa como director de orquesta. Su difícil carácter le acompañó hasta el final y le provocó sonoros enfrentamientos en su etapa de director del ballet de la Ópera de París.
El día en que Nureyev dio el mayor salto de su vida
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Nureyev
El genial artista nacido en 1938 en un vagón de tren a quien su severo padre quiso convertir en militar como él falleció de sida en París el 6 de enero de 1993 dejando un hueco insustituible en la danza clásica.
«Tal vez sea a Nureyev a quien más le debamos los bailarines la posibilidad de ser algo más en el escenario que el «partenaire» de la primera bailarina. Rudolf nos dio esa posibilidad, no solo a través de su enorme talento, sino también por su personalidad y carisma sobre el escenario. ¿Qué bailarín no se ha mirado alguna vez en ese espejo y ha deseado tener una carrera tan brillánte? Rudolf es un símbolo para todos nosotros. Todavía me emociona su corajuda decisión de traspasar toda frontera geográfica, política e ideológia y su ansia de libertad. Esa misma libertad que lo hacía un pájaro sobre el escenario», escribió el bailarín Julio Bocca en ABC tras conocer su muerte. Tenía 54 años. Está enterrado en el cementerio de Sainte-Geneviève-des-Bois, a las afueras de París.