Saturday, March 27, 2010

"Lo que piensa un Cubano de a pie,Militante del PCC de la inmolacion de Zapata"


Desde El Blog de Agustin Miranda Roduiguez

Me llamo Daniel y vivo en Cárdenas, Matanzas. Trabajo en turismo y por eso he podido ver en estos días todo el debate que se ha levantado a raíz de la muerte del preso Orlando Zapata. Lo he visto en CNN en Español y Televisión española. También he leído algunos periódicos porque en los hoteles tenemos internet. He leído artículos escritos por intelectuales extranjeros, disidentes cubanos, amigos de la revolución, enemigos. A raíz de todo eso, y de las cartas que andan circulando por ahí, me gustaría compartir una reflexión con ustedes. Yo no soy nadie, ni actor ni cantante ni figura pública, tampoco intelectual, pero si sirve de algo, antes de dedicarme al turismo hice la carrera de sociología, soy militante del Partido y miembro de la asociación de Combatientes de la Revolución por haber cumplido misión internacionalista en Etiopía.

Lo primero que quiero contarles es que la muerte de Zapata me ha dejado muy confundido. Al margen de que Amnistía Internacional diga que era un preso de conciencia y nuestro gobierno insista en que era un preso común, Zapata ha muerto por una huelga de hambre. Porque se negó a comer. He pensado mucho en eso. ¿Qué le pasa por la mente a una persona para hacer algo así? Yo no lo sé, pero reconozco que en este país ningún disidente había llegado tan lejos. Al menos que yo tuviera noticia. El Granma ha dicho que Zapata hizo la huelga porque quería un televisor, un teléfono y una cocina en su celda. Que alguien muera por eso sólo admite dos lecturas, o Zapata estaba loco o el Granma miente. Ciertamente la locura podría explicar todo esto, pero si Zapata tuviera antecedentes psiquiátricos, no tengo duda de que el Granma los habría publicado. Así que no me queda más remedio que asumir que este señor no murió por un televisor. Murió por otra cosa. No sé cuál. Dicen que lo manipularon, y seguramente haya algo de verdad en eso, pero convencer a alguien para que se deje morir no debe ser fácil. Ni es tan simple.

Aquí siempre nos han dicho que los disidentes son mercenarios, pero un mercenario no hace eso. Los mercenarios cobran y viven. Los mercenarios no se inmolan por una idea (por muy ridícula que sea), por eso los terroristas de Al Qaeda no usan mercenarios sino fanáticos. ¿Era Zapata un fanático? ¿Un fanático de qué, de la contrarrevolución? No sé qué pensar, porque un fanático no surge de la nada, necesita un caldo de cultivo. ¿Existe en la Cuba de hoy ese caldo de cultivo que genera fanáticos? Sería realmente preocupante. Y una señal muy grave del estado de las cosas. Ya sé que la muerte de un solo hombre no tiene por qué significar nada. Puede ser un hecho aislado. O no. Mientras escribo esto hay otros dos disidentes que también se han declarado en huelga. Y uno de ellos está ingresado. ¿Qué pasará si mueren? ¿Serán otros dos mercenarios aislados, dos pobres víctimas manipuladas?

Lo bueno de hacerse viejo (yo tengo 44 años) es que uno tiene una memoria enorme de las cosas que ha visto. Yo estos días me acuerdo mucho de algo que pasó hace casi treinta años… En 1981 diez presos del ejército republicano irlandés (IRA) se declararon en huelga de hambre en sus cárceles de Gran Bretaña. Muchos cubanos no se acordarán, pero entonces el tratamiento que se le dio en la televisión nacional fue de respeto y admiración. Desde que falleció el primero; Bobby Sands hasta que murió el último; Mickey Devine, todos sus nombres fueron mencionados en el noticiero de las ocho como una forma de mostrar la represión política que entonces ejercía Margaret Thatcher sobre Irlanda del Norte.

No intento comparar Cuba con Irlanda. Pero sí me llama la atención que aquellos huelguistas (algunos de ellos condenados por delitos de terrorismo en los que fallecieron inocentes) merecieran tanta gloria, y los que tenemos aquí sólo desprecio. ¿Por qué? ¿Porque supuestamente son delincuentes comunes, porque son cubanos, porque están contra el gobierno? Soy consciente de que el mero hecho de plantearme esto me coloca en el bando del enemigo. Pero yo no soy el enemigo. Cuestionar la versión oficial de quién era Orlando Zapata no significa que comparta sus ideales (que desafortunadamente ni siquiera conozco). A mí la revolución no me educó para convertirme en una persona insensible, ni en una máquina de repetir consignas (aunque lo han intentado). Yo creo que si un cubano muere de huelga de hambre tengo derecho a exigir respuestas claras y convincentes.

Además, no es la primera vez que me cuestiono una versión oficial. Ni la primera vez que la rechazo. Antes he contado que pasé dos años en Etiopía, en la brigada que apoyaba al gobierno de Mengistu Haile Mariam. Los que estuvimos allí sabemos quién era ese señor, y las barbaridades que hacía en su país. Era obvio que aquello no tenía nada que ver con el socialismo sino con prácticas de un gobernante feudal, pero aunque todos en la brigada éramos conscientes de lo que pasaba (incluidos los jefes de misión) la versión oficial siguió insistiendo en que apoyar a Mengistu era bueno para la causa revolucionaria, pero poco después de que Cuba retirara sus tropas (no el apoyo político) Mengistu huyó de Etiopía en un avión cargado de dinero. Hoy vive en Zimbawe y está acusado en su país de genocidio. Repito: GENOCIDIO. Cuando lo supe, en 1991, me dio rabia por tantos compañeros que fueron a Etiopia a luchar por una causa justa y murieron apoyando a un genocida que hoy vive de su cuenta en Suiza .

Aquella vez mi gobierno se equivocó. Como se ha equivocado muchas veces. Por eso tengo que decirlo; soy cubano, soy revolucionario, pero apoyo incondicional no. Me niego a confiar ciegamente en un sistema que a veces dice la verdad, a veces sólo media verdad, y a veces miente. Como todos los gobiernos del mundo, dirán algunos. Pero éste es el mío, éste es el que me exige cerrar filas sin hacerme preguntas, sin cuestionar qué está pasando en la sociedad cubana para que un preso muera de huelga de hambre.

A mí me enseñaron que en Cuba las huelgas de hambre las hacían los revolucionarios contra Batista. ¿Qué está pasando aquí para que ahora hagan huelga los gusanos? ¿Qué tendría Zapata en la cabeza para que no le baste con ser mercenario, para que elija morirse? Yo creo que para responder a eso tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y ser autocríticos.

Hay que cuestionar las cosas, compañeros, porque eso es lo que hace un revolucionario. Y no se le puede llamar mercenario a todo el que lo haga. Algunos lo son, no tengo dudas, pero todos no. Yo no tengo buena opinión de los disidentes porque, en primer lugar, sólo sé de ellos lo que me cuenta el Granma, y segundo porque me siento lejos de personas que defienden posturas conservadoras que llevarían este país a un extremismo de derechas, justo aquello contra lo que siempre he luchado, pero tengo que reconocer que algunas de las cosas que dicen tienen razón. ¿Eso me convierte en disidente? Rotundamente no. Entonces, ¿Dónde está la línea? Por ejemplo, exigir responsabilidades políticas porque en Mazorra han muerto de frio treinta enfermos mentales de los que nadie se ocupó, ¿Eso es hacerle juego al enemigo? Quejarnos de que en los hospitales no haya higiene, o que no podamos salir del país sin permiso ni tener acceso a internet, ¿eso es de revolucionarios o de mercenarios? Lamentar que en mi país exista una ley de peligrosidad, copiada del régimen fascista de Franco, que condena a las personas “proclives” a cometer un delito (sin haberlo cometido aún), ¿Eso es de gusanos o de comunistas? Sinceramente no lo sé.

No sé dónde quejarme, dónde lamentar, dónde exigir. No sé con quién tengo que hablar. ¿Con mi núcleo del partido, con mi presidente del CDR, con el delegado de mi circunscripción? ¿Con el Granma? Créanme que ya lo he hecho y no ha servido para nada. Entonces, ¿Dónde canalizo mi vergüenza? ¿En el Miami Herald? Les voy a contar de qué se habló en la última reunión de mi núcleo del partido; de retirarle el carné a un compañero porque había pedido la nacionalidad española. De eso se habló.

Cuando veo el noticiero me indigno porque siento que me tratan como si tuviera diez años y viviera en la luna. Yo no vivo en la luna. Yo vivo en Cuba y sé lo que pasa. Y me indigna que me digan que un preso ha muerto porque quería un televisor.

Yo no sé lo que quería Orlando Zapata con su huelga, pero sé lo que quiero yo: soluciones a los problemas de mi país. Y podemos buscarlas o decirle al mundo que la culpa de todo la tienen los yanquis y los mercenarios, podemos intentar arreglar esto entre nosotros o mentirnos diciendo que no pasa nada, que la juventud está comprometida, que nuestro pueblo cada día es más heroico y viril, que somos la referencia del mundo, que la calle es de Fidel…

Y sí, mi calle hace cincuenta años que es de Fidel, y no tiene bombillas porque se las roban los de la empresa eléctrica (esos sí son mercenarios), se inunda siempre que llueve y necesita asfalto.

Así que ustedes dirán,

Revolucionariamente,

Daniel

MARTHA BEATRIZ



Herman Beals
Nueva York


Este es un caso desesperado para las feministas del mundo.
Hace siete años, cuando el gobierno de Fidel Castro ordenó una batida contra los opositores al régimen, Martha Beatriz Roque Cabello fue la única mujer entre los 75 detenidos ilegalmente que fueron enviados a las abominables mazmorras del régimen.
¿Su delito?
Pensar en voz alta o por escrito.
Desde sus comienzos, el gobierno castrista ha sido implacable contra el puñado de valientes que se le oponen de manera abierta. La inmensa mayoría del resto de los cubanos tampoco apoya a los hermanos Castro, pero lo hace en silencio, lo cual, en cierto modo, lo hace cómplice de la dictadura.
Lo mismo sucede ahora en Venezuela con los que se oponen a Hugo Chávez.
Cuando Martha Beatriz llevaba tres años en la prisión de Manto Negro fue examinada por un médico quien descubrió que tenía nódulos cancerosos en un seno.
Esta mujer no puede estar en la cárcel, advirtió el médico, quizás exponiéndose a la ira del régimen. “Necesita ser tratada de cáncer”.
La disidente, quien es experta en economía, recibió una licencia extra penal para abandonar la cárcel y someterse a tratamiento. El cáncer entró en remisión.
Fiel a sus convicciones, Martha Beatriz siguió manifestando sus ideas de libertad y democracia para todos los cubanos.
Hasta esta semana cuando, seis años después de recuperar la libertad, recibió una comunicación ordenándole que debía presentarse a un médico del régimen para que éste determinara si el cáncer estaba en remisión.
Cualquiera sea el pronóstico, las consecuencias para la disidente son espeluznantes.
Si la enfermedad ha vuelto, tendrá que enfrentar nuevamente el horror del cáncer.
Si la remisión se mantiene, deberá volver a la cárcel.
Martha Beatriz ha estado en comunicación constante con Angélica, mi esposa, ingeniándoselas para enviarle mensajes cuando está en la cárcel y ahora en su activismo como disidente. Para enviarle el último mensaje, le dijo que tuvo que tomar dos “guaguas” (autobuses) para encontrar un medio de comunicarse.
El mensaje no puede ser más terrible:
“El pasado día 16 de marzo de 2010, a las 7 pm, se presentó en mi casa un oficial que se identificó con un carné del Ministerio del Interior, dijo llamarse Pedro y pertenecer a la Prisión de Mujeres de Occidente, más conocida como “Manto Negro”.
”El objetivo de la visita fue comunicar que la Licencia Extrapenal que me mantiene fuera de la cárcel, está a término y que debo presentarme en Medicina Legal, para ser objeto de un chequeo médico, con el fin de determinar si sigo siendo incompatible, o debo ir nuevamente a la prisión. El resultado de este chequeo deberá ser comunicado al Tribunal que me juzgó”.
”Finalmente, dijo que volvería para puntualizar la forma y fecha de presentación en Medicina Legal”.
”Debo señalar que en julio se cumplirán 6 años que me sacaron de prisión con la Licencia Extrapenal, nunca había recibido una citación semejante, e incluso, tengo un expediente abierto con la abogada Amelia Rodríguez, para que determine mi situación jurídica, ya que esta Licencia es un limbo, del cual no se sabe algo en concreto. La Dra. Amelia no ha tenido ninguna respuesta oficial al respecto”.
”Mientras miles de personas en el mundo claman por la libertad de los presos políticos, el Gobierno trama como volverme a encarcelar”.
El mensaje esta fechado en “Ciudad de La Habana, 18 de marzo de 2010”.
Las feministas y los gobiernos libres del mundo –¿Barack Obama en Estados Unidos?—están conscientes de la desesperada situación de Martha Beatriz. ¿Harán algo?
En el caso de los gobiernos, y a juzgar por lo que ha sucedido frente a Cuba durante más de medio siglo, las posibilidades para la valiente mujer son escasas.
En el caso de las feministas, que por conciencia y obligación deberían defender a la asediada opositora, las posibilidades de que ello suceda son aún menores.
Es una realidad que las feministas, por lo menos en Estados Unidos, son rápidas para actuar cuando las víctimas son izquierdistas pero no vacilan en ignorar los casos en que los asediados se oponen a tiranías como la de Cuba.

Friday, March 26, 2010

PROHIBIDO OLVIDAR.......Y marchamos.........


UNA VENTANA PARA EL MUNDO



Los Hermanos de Julita


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Anisia Cid gran activista comunitaria, Ginny y Osvaldo Raya

Iliana Curra, Osvaldo Raya y Julita
 
NUESTRAS BANDERAS



PERIODISTA COLOMBIANA QUE MARCHO CON PROHIBIDO OLVIDAR

UN ABRAZO DE LAS DOS GRANDES:
Cary Roque y Olga Guillot

EL EXILIO HISTORICO

PROHIBIDO OLVIDAR

DESDE LA CURRA DE CUBA


Gloria Estefan, realmente conmnovida ante la multitud de cubanos exiliados pidiendo la libertad de Cuba y apoyando a las Damas de Blanco.

Ni el perro se quedó en casa. Esta perrita también salió a la marcha en la calle 8 llevando un pañuelo blanco.

Uno de los varios helicópteros de la prensa que tomaban filmación aérea de la marcha.

Ecuatorianos en Miami apoyando la marcha de los cubanos.


Enorme cartel con la imagen del Dr. Oscar Elías Biscet, prisionero de conciencia, condenado a 20 años de cárcel por el régimen castrista.

Remedios Díaz-Oliver, el Dr. Alberto Hernández y Ninoska Pérez Castellón, directores del Consejo por la Libertad de Cuba, en la marcha.


Ramón Reynaldo y su esposa Odalys con la foto-dibujo del mártir Orlando Zapata Tamayo.

Ana Navarro, joven nicaragüense ex embajadora ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra junto a Hellen Aguirre, del Diario Las Américas.


Diego Suárez, director del Consejo por la Libertad de Cuba, en la marcha.

Mirta Iglesias, directora del Consejo por la Libertad de Cuba (izq.), detrás Magda Orta, exiliada cubana y a su lado, Hellen Aguirre, del Diario Las Américas.

Ramón Reynaldo, exiliado cubano portando un dibujo del mártir, Orlando Zapata Tamayo.

Ex presas políticas cubanas luego de terminar la marcha.


Ninoska Pérez Castellón y Olga Guillot, la Olga de Cuba en un abrazo fraternal cubano.


Nuestra Olga de Cuba (Olga Guillot) cuando pasaba entre la multitud de exiliados para llegar a la tribuna.


Mauricio Zeilic en la marcha de apoyo a las Damas de Blanco


El ex preso político Reinaldo Alfaro junto a su querida madre en la marcha

Ninoska Pérez Castellón entre la gente en la multitudinaria marcha


Junto a Manuel Pozo, ex preso político cubano antes de comenzar la marcha.


Mi hermano, Iván Curra, en la marcha


Pablo Reyes Martínez, ex preso político y Orlando Pedrera, exiliado político, en la marcha.

Enrique Padrón, joven exiliado cubano.


Ex presos políticos cubanos esperando por el comienzo de la marcha.

Manuel Pozo y Miguel Angel Aldana, dos ex presos políticos esperando por el comienzo de la marcha.

A partir de esta intersección (Calle 8 y 27 Ave. del SW) comenzaría la marcha en favor de las Damas de Blanco y la libertad de todos los presos políticos. Innumerables exiliados desde horas tempranas ya se encontraban en el lugar.

Vista aérea dos horas y media antes de comenzar la marcha cuando los exiliados se iban congregando en la calle 8 y la 27 Avenida del SW.


CONTINUARA

MARCHA DEL EXILIO CUBANO EN APOYO A LAS DAMAS DE BLANCO FOTOS