Saturday, January 16, 2010

CHILE, VITAL EN EL JUEGO



Angélica Mora
Florida

Apuntes de una periodista

La campaña para elegir el nuevo presidente de Chile y esta segunda vuelta, fue seguida con gran atención por los dirigentes comunistas mundiales, especialmente los de Cuba y Venezuela.

El gobierno de Venezuela no quiere perder todo lo ganado con la agrupación de gobiernos volcados hacia la izquierda.

Para "no soltar prenda", envió cientos de expertos a ayudar a Michelle Bachelet a conducir las riendas de la campaña.
La Presidenta, quien sigue al pie de la letra su adoctrinamiento partidista, ha empleado eficaces golpes publicitarios estas últimas semanas.
Entre ellos el repentino dolor demostrado por las víctimas de Augusto Pinochet, especialmente ante la tumba del popular cantautor Victor Jara.
Ahora la mandataria acaba de dar, al cierre de la campaña, públicamente su respaldo a Eduardo Frei, acción que por ética no podía haber llevado a cabo.
Asimismo, giró instrucciones a Marco Enriquez-Ominami, el candidato de izquierda quien quedó en tercer lugar y que obtuvo el 20 por ciento de los votos el 13 de diciembre, para que hiciera un llamado a sus seguidores, a quienes habia dejado libres, y ahora pide que voten por el candidato oficialista de la Concertación

Por su parte, el régimen cubano también muestra su desazón frente a la incertidumbre de los resultados electorales de Chile.
Su inquietud y otras quedaron de manifiesto en su última acusación de que Estados unidos (por supuesto) está "empujando a la derecha a Latinoamérica".
El artículo, aparecido en Cuba Debate este 14 de enero, es tomado de La Jornada, pero es como si lo hubiera escrito el mismo Fidel Castro en sus mejores tiempos de lucidez.

Thursday, January 14, 2010

SE VEÍA VENIR



Angélica Mora
Florida

Apuntes de una Periodista

Sigo atentamente los vaivenes de la política chilena ,especialmente en estos cruciales días en que mi país se enfrenta a la segunda vuelta en las elecciones para elegir al nuevo presidente.

El giro de último minuto del candidato izquierdista que quedó en tercer lugar, coge desprevenidas a las agencias de noticias que hablan de "sorpresa en la campaña chilena".
Para los que conocen la política de mi país, eso es algo que no maravilla a nadie, porque sencillamente esta estrategia "de último minuto" se veía venir.

La izquierda chilena, como la de en todas partes del mundo, es más astuta que el resto de las otras agrupaciones políticas y por eso ha ganado terreno. Tiene normas inflexibles y se rige por parámetros que, desgraciamente, los que luchamos contra el flagelo del comunismo no hemos adquirido: unidad a toda prueba y seguir ciegamente las directivas, por arriba del patriotismo.
Patria está muy abajo en los números y muchas veces desaparece, como es el caso de Cuba y Venezuela. Solo prevalece la doctrina partidista.

En Chile, el disciplinado izquierdista Marco Enriquez-Ominami tuvo órdenes de actuar ahora y así lo hizo.
Acaba de formalizar su apoyo al oficialista Eduardo Frei, "olvidándose" de golpe, que había dejado en libertad a sus seguidores luego de quedar en tercer lugar en las elecciones del 13 de diciembre y haber dicho que ninguno de los candidatos merecía su apoyo por tratarse de "figuras del pasado".
Enriquez-Ominami nunca pensó en dejar en libertad a sus simpatizantes. Todo ha sido un truco publicitario y una espera para moverse en el momento oportuno, que se dio al saberse que el derechista Sebastían Piñera podría ganar las elecciones este domingo.
Marco Enríquez-Ominami formalizó su apoyo al oficialista Eduardo Frei, cuando un sondeo cifró la diferencia entre los dos candidatos en menos de un 2 por ciento.

Wednesday, January 13, 2010

EL DERECHO A DISENTIR QUE EXISTE EN UNA SOCIEDAD ABIERTA COMO USA

Siguiendo el Post ¿CÓMO DIJO?

Distinguida Angélica Mora gracias por tus lineas. Me parece positivo saber convivir con tácticas y opiniones distintas porque ello -con toda seguridad- fortalecen la estabilidad, balance y civilización de la sociedad. Te confieso que en lo personal no me afecta que mis criterios sean rechazados. Los emito, sin pensar en las reacciones que puedan causar porque son el producto de mi libre albedrío, libertad y buenas intenciones. Son mis valoraciones y acciones que estoy seguro, algunos creen erróneos, pero soy feliz de convivir con otros que no necesariamente piensan exactamente igual que yo. Por esta razón respeto los criterios como el tuyo, aunque te reitero que me siento bien con mi acción. Ha sido un placer intercambiar contigo. Saludos, Oscar Peña

Oscarpena.CUBA@att.net p/d:  Rodolfo Gonzalez ya envió tu nota a todos los contactos

Respuesta de Angelica Mora


Estimado Oscar:
Te agradezco esta respuesta.
En realidad con todo lo que ocurre en Cuba, pienso que no están dadas las condiciones de una reconciliacion, mientras no existan cambios reales en la conducción del país.
En otras palabras, mientras no hayan elecciones libres.
Tú mencionabas que en otros países se han producido reconciliaciones. Efectivamente, Chile, sin ir mas lejos, está teniendo este domingo la llamada segunda vuelta en el proceso electoral para elegir su nuevo presidente. Para eso -y la reconciliacion- se produjeron antes cambios que abrieron al país a elecciones libres, luego del plebiscito del 5 de octubre de 1988.
Con respecto a tu envío de dinero a Robaina, creo que la ayuda habría sido mejor empleada en la disidencia cubana que en un ex funcionario del régimen, quien hasta que fue afectado por la purga de Raúl Castro, poco hizo por la reconciliación y mucho por la división de los cubanos. Pero eso es lo que yo pienso y puedo estar equivocada.
Te agradezco su respuesta. Siempre te he conocido como un gran luchador. Y tienes razón en que estás en tu derecho a pensar diferente y también respeto tu criterio.
Te agradezco de nuevo tu respuesta y también ha sido un placer
 intercambiar criterios que ayuden a buscar soluciones a la problemática cubana. Cuba, como sabes, no es mi país de origen, pero lo quiero como propio y lo deseo libre como hoy está Chile. Esa es mi lucha.
Cariños

Angélica Mora.

Tuesday, January 12, 2010

¿CÓMO DIJO?

Reconciliación nacional
By OSCAR PEÑA


La reconciliación nacional cubana será ver --a corto plazo-- a cada cubano sabiendo asumir una actitud de amor y sensatez con su nación. No es un gobierno, régimen, partido, persona o institución. La nación cubana está conformada por todos los nacidos en su territorio y sus descendientes, por nuestra historia, costumbres, lengua y cultura. Nación es una propiedad común de todos los cubanos, piensen como piensen y estén donde estén. Reconciliación es una cuota final de deber espiritual que debíamos entregar --a título personal y por voluntad propia-- los cubanos de ambas esquinas después del grave y largo accidente político de más de medio siglo. El perdón personal no implica una impunidad frente a las decisiones de justicia que corresponderá mañana a todos los cubanos en un sistema de libertades, derechos y deberes. Es un comienzo del proceso y parte fundamental de la refundación de la patria, de su desarrollo futuro. Un país de
odios se autodestruye.

Si el lector es prudente y juicioso no pierda su tiempo en preguntarle o escuchar a un extremista de las filas del régimen qué es reconciliación nacional porque rápidamente le devolverá ``un enlatado discurso'' confeccionado por el departamento de orientación revolucionaria que afirma que ``Cuba es libre, democrática y soberana desde 1959 y que la sociedad cubana no necesita ninguna Reconciliación Nacional porque desde el 1ro de enero de ese año el pueblo cubano ha estado identificado y reconciliado como nunca en su historia''. El embuste oficial es tal que hasta presentan las tradicionales fiestas de los cubanos los 31 de diciembre esperando el año nuevo como ``fiesta nacional del pueblo jubiloso celebrando un año más del triunfo de la revolución''. Mentiras mayores son difíciles de encontrar.

Obviamente sí hace falta en todos los cubanos individualmente una entrega, un sacrificio y una verdadera voluntad de reconciliación nacional porque existen en las diferentes partes del drama cubano heridas, golpes, desgarramientos, daños y resentimientos que tienen que sanar para salvar al país. Admito que es un tema muy delicado y difícil y que todos no tienen la capacidad de perdonar a quienes nos han hecho daño, pero los cubanos estamos ante una encrucijada y un dilema que sólo entre nosotros tenemos que resolver y no hay milagros para ello. Rompimos el país y tenemos que arreglarlo. No hay alternativas: para edificar una nueva Cuba --donde todos tengan cabida-- tenemos que cerrar las heridas. ¿Qué hacemos con un abultado expediente de violaciones de derechos humanos del régimen imperante? ¿Qué hacemos con el pasado de una facción de la oposición castrista que también utilizó métodos criminales y terroristas?

El proceso de la reconciliación nacional es una responsabilidad de todos y comienza con nuestras decisiones personales. Inevitablemente tenemos que saber buscar entre cubanos alivio, equidad, justicia, lecciones, arreglos y consuelo nacional. No es un proceso fácil que se resuelve por ley o decreto oficial. Todo lo adverso. Es difícil y lleno de complejidades, pero que no podemos tener miedo abordar para buscar restaurar el buque nacional cubano --léase patria-- y poder navegar sus tripulantes de manera sostenida en las aguas de la democracia, la libertad y el desenvolvimiento. Si otros países han podido tener una reconciliación nacional, ¿por qué los cubanos vamos a ser inferiores?

Por mi parte ya comencé a hacer mi aporte y sacrificio individual a esa vital necesidad de la nación cubana. ¿Cómo? Una amistad común del ex canciller cubano Robertico Robaina y mía me acaba de visitar con dos pinturas hechas por el defenestrado dirigente en La Habana, rogándome alguna cooperación para ver cómo se podían vender en el exterior y ayudar al hombre, que está en crisis en La Habana. Esa nueva amistad mía no conocía que RB personalmente nos hizo en La Habana el 8 de marzo de 1990 (calle H llegando a Línea en el Vedado) uno de los actos de repudio más grandes que conoce la penosa historia de los últimos años de Cuba. Camino a La Habana va mi ayuda, mi primer aporte a la reconciliación nacional: hoy en la pared de mi apartamento cuelga el cuadro ``Así son ellas'', de Robertico Robaina.

Oscarpena.CUBA@att.net

La respuesta de Angélica Mora a un Email

MI RESPUESTA:


NO, JAMAS...COMO ESTÁ LA ACTUAL SITUACION.
NO ESTOY DE ACUERDO Y CREO QUE ESE DINERO QUE LE ENVIASTE A ROBAINA PODRIA HABER IDO MEJOR A UN POBRE DISIDENTE, QUE ESTA LUCHANDO SIN MEDIOS PARA LOGRAR LIBERAR LA PATRIA DE ALIMAÑAS COMO EL EX CANCILLER DE CUBA.
MIENTRAS EL REGIMEN NO CAMBIE, NO PUEDE HABER RECONCILIACION Y NO PUEDE HABER RECONCILIACION SIN UN PROCESO ELECTORAL EN QUE TODA CUBA ELIJA LIBRE Y DEMOCRATICAMENTE A SU GOBIERNO.
ADEMAS HABRIA QUE JUZGAR A LOS CULPABLES DE LOS CRIMENES COMETIDOS DURANTE MAS DE CINCUENTA AÑOS.

TE PIDO QUE LO PUBLIQUES
SALUDOS
ANGELICA MORA

Corría el año… 1970 (Y Van Van)


Por Manuel Prieres

Refrescándole la memoria a Juan Formell, director de la agrupación Los Van Van: Cuba, 1ro de enero de 1970, Año de la Zafra de los 10 Millones. Me vi sobre la cama de un camión militar Zil Soviético rodando por la calle Aguilera frente al Parque José Martí en mi oriental ciudad de Guantánamo. Estábamos siendo movilizados hacia los campos de caña. Ibamos como “sardinas en lata”. Mi madre casi no había podido prepararme la mochila. El llamado militar “para la caña” era para todos los ciudadanos aptos y en condiciones físicas y “revolucionarias” para ello. Todo se presentaba de súbito como consecuencia de un Raúl Castro militarizando la Zafra de los 10 Millones, donde el “honor de la Revolución estaba en juego”.

Iba yo rodeado de todo tipo de gente. De entre las personas que íbamos en la cama del camión, algunos gritaban amenazadoramente a pobladores que a esa hora estaban sentados en los bancos de granito rosado del parque José Martí, departiendo entre amigos como tradicionalmente se hacía en dicha plaza desde tiempos de la colonia.

-¡Gusanos! ¡Para la caña! ¡Sacude la mata, Fidel ¡Los Diez Millones Van! Me sentí mal mezclado entre aquella miasma revolucionaria que estaba echando para alante a todo aquel que no estuviera sobre la cama de un camión movilizado para la caña: “Y de que van van. Los diez millones van”.

Tiempo después dejábamos atrás la ciudad comenzando así para nosotros “los movilizados” un calvario. Primero el vehículo cogiendo temerariamente las curvas de la carretera de forma que en cualquier momento la treintena de reclutados seríamos despedidos del mismo contra el duro pavimento.

Después, subiendo y bajando por estrechos y peligrosos canarreos. Era de noche cuando finalmente llegamos a lo que parecía un albergue pre-fabricado. La cama del Zil soviético olía a demonios, debido a que algunos no acostumbrados a los bandazos del vehículo, vomitaron. El albergue, a diferencia de los “barracones” en tiempo de la República, era totalmente de concreto, no de madera como en el pasado. En su interior dos barandas levantadas de un extremo a otro de un bungalow donde colocar las hamacas individuales con un pasillo en el centro. Escasas y pequeñas ventanas; bombillas de poco wattaje manteniendo así una sempiterna penumbra en el interior del local; hedor y hacinamiento humano golpeando nuestras fosas nasales no acostumbradas todavía.

-¡Ateenn Hooo! (¡Atención!) Nos daban la bienvenida dos Sargentos del MINFAR al tiempo que uno de ellos mordía unas palabras:

-Reservistas. Nuestro Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Raúl Castro) ha ordenado militarizar la Zafra de los 10 Millones. Por tanto, la disciplina, las tácticas y los esfuerzos a seguir, serán como si estuviéramos en una guerra y no en cañaverales picando caña. Ya es muy tarde, de manera que no hay tiempo para encender los fogones ahora. Mañana será otro día.

Éramos cerca de sesenta personas dentro del Albergue. El amontonamiento humano palpable y molesto. Casi nadie se conocía. Los presentes significábamos una especie de corte seccional de la sociedad imperante en la Cuba comunista de a comienzos de los 70s. Las edades oscilaban entre los veinte y los cincuenta años. Una buena parte habíamos sido llevados a los cortes de caña víctimas de sofisticados métodos coercitivos.

Tirado con ropas y todo sobre la hamaca no podía yo conciliar el sueño. Cuando se tiene hambre no puede uno dormirse. Ronquidos, expulsión de gases corporales con sus corespondientes tufos. Cucarachas, ratones, mosquitos, acompañándonos en la penumbra. Éramos unos extraños cobijados por el mismo techo. Y cometí el grave error humano de prejuzgar a aquellos que me rodeaban:

“El movilizado a mi lado me pareció un fanático del castro-comunismo vestido de miliciano, revólver a la cintura y medalla de la Virgen de la Caridad del Cobre al pecho; en la hamaca del frente un señor desdentado y actuando camo casi nada ocurriera a su lado, me pareció alguien de quien yo no debía confiarme; al fondo del albergue estaban dos amigos míos del Parque Martí, pensando que con ellos “no habría problemas”. El hijo de un Teniente del MINFAR movilizado por la Reserva Militar para salvarlo su padre del Servicio Militar Obligatorio. Me pareció un soplón entre nosotros. Y así, etc. etc.”

Pero me equivoqué de plano. Y una vez más en éste mi caso particular se puso de manifiesto que “las apariencias engañan”. Tres de la madrugada en el albergue cañero.

-¡De pie! ¡De pie! Eran los dos Sargentos que masticaban las palabras al hablar. Prácticamente sin haber pegado los ojos, se nos sacaba de las hamacas y se nos conminaba a formar en el patio del albergue. Sin lavarnos la cara ni la boca, sin ir a las letrinas de cementado hueco turco.

Después de la formación, ir a vestirnos con ropas para la caña, hacer una cola para tomar café, cholote ruso, pan duro, y después subirnos a los camiones que nos llevarían a los cañaverales. Eran como las cinco de la mañana cuando me ví en el interior de un tupido cañaveral. Aún de noche. En mis manos dos rústicos guantes y una mocha búlgara con casi nada de filo. Su calidad: ¡Malísima! Qué diferencia a las Collins de antes.

Estar dentro de un cañaveral picando caña para mí era piece of cake por haber nacido y criado en ese mundo de las grandes extensiones rurales. Pero, al mismo tiempo y de igual forma, la mayoría de los movilizados para la caña alrededor mío nunca o casi nunca habían estado dentro de un cañaveral para picarlo.

La pica de caña de azúcar es uno de los trabajos más enredados y extenuantes del mundo. Se requiere una constitución física fuera de lo común, con mucha destreza y maña además. El cañaveral se nos antoja un mar de largos y delgados troncos con sus correspondientes hojas cortantes como filo de navaja, pelusas que se te adhieren a los guantes, a las ropas, a la piel. Lo primero a realizar es abrir un descampado para poco a poco ir manejando mejor la mocha. Cortando primero el cogollo, después la caña a dos o tres trozos, e ir levantando una pila para que sea recogida y llevada al central cañero a procesarse. Al mediodía un “alto” sobre el ya descampado cañaveral cortado para ingerir un frugal “rancho de campaña”, y después seguir cortando caña hasta que la noche sorprenda.

De regreso ya de noche al albergue, no todos podíamos tener el privilegio de ponernos desnudos bajo un tubo que derramaba agua que no corría y por tanto se ancharcaba en el piso. No tuve la suerte de bañarme en los primeros días porque al llegar ya se había cortado el agua. Señores, comer el rancho de campaña sin haberse uno bañado y después tener que ir a dormir totalmente sucio resulta una verdadera tortura; además por tener el cuerpo lleno de peluzas de caña. Lo juro.

Pasaron los días y los meses para mí movilizado en la Zafra de los 10 Millones en forma permanente. Tiempo suficiente para ser testigo de tantas cosas feas como, por ejemplo, aquel señor de más de cincuenta años que nunca había picado caña y su falta de destreza con la mocha le hizo darse un terrible tajo en la pierna izquierda que le hacía salir la sangre a borbotones. Fue sacado del cañaveral casi moribundo. O el movilizado que tenía su esposa al dar a luz, y el Sargento le prohibía ir a la ciudad a verla. Mirar como los militares y los jefes del Partido Comunista se iban por las noches para sus respectivas casas en la ciudad y nosotros, los movilizados, totalmente incomunicados de nuestros hogares y seres queridos. Se pasaba tanta penuria y hambre que teníamos que “inventar” yendo a bañarnos por las noches a un río muy distante, recogiendo calabazas dentro de los cañaverales para hervirlas nosotros mismos y así mitigar nuestra hambre y debilidad.

El domingo era el único día que no íbamos a los cañaverales . Era el tiempo que teníamos para lavar nuestras mugrientas ropas y tener un poco de esparcimiento oyendo la radio y viendo el único televisor en la oficina del Partido Comunista. Fue la primera vez que ví tocando música a esa agrupación que nos tenía locos a los movilizados al tener que ser escuchada obligatoriamente en los amplificadores del pequeño poblado. Era como el himno musical oficial que conminaba a todos los cubanos a participar en la Zafra de los 10 Millones, donde el “honor de la Revolución estaba en juego”.

Se llamaban Los Van Van. Su Director Juan Formell le había puesto el nombre en honor a esa Zafra de los 10 Millones. Los Van Van, amenizadores a convicción de ese engendro del que fui testigo, donde se mandó a los cubanos a hacer trabajos forzados a los cañaverales del país.


Sunday, January 10, 2010

Elegía a Gloria Amaya



por Osvaldo Raya

Una gota de lluvia no es la lluvia pero cada gota de lluvia contiene sus propios relámpagos y ya basta para anunciar hermosos aguaceros a lo largo y a lo ancho del universo humano. Y una gota de llanto ‒una lágrima‒ no es llanto; pero es como gota de lluvia y contiene también sus propios relámpagos, sus truenos, sus redobles de tambor para la próxima batalla. Y basta una sola gota iluminada con sus propias bengalas para celebrar, muy pronto, a lo largo y a lo ancho de la patria, nuestra victoria y la muerte rotunda del tirano.

No podemos decir que hemos llorado por ti, querida Gloria ‒Madre Mártir‒; porque una sola lágrima no es llanto. Pero con cada gota nuestra ‒que no es llanto ni lluvia‒ hemos llenado el cielo de todos nuestros relámpagos: Únicamente la luz puede ser tu homenaje.

Gracias por todo, Gloria Amaya, Madre Mártir!

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