Saturday, January 9, 2010

Otro dolor




GLORIA AMAYA EN SILLA DE RUEDAS

Angélica Mora
Florida




Esto lo escribo con rabia. Murió Gloria Amaya.
Dicen que odiar es malo, pero que me importa.
La rabia es un sentimiento tan poderoso como el amor y surge también de muy adentro.
Y eso es lo que siento.
Ha muerto otra madre cubana, sin poder tener la alegría de abrazar a sus hijos Ariel y Guido Sigler Amaya encarcelados por el régimen castrista, para quienes pidió la libertad en incansables marchas por La Habana, caminando y luego en silla de ruedas.
Se quedó sin verlos.
Su tercer hijo preso de la ola represiva del 2003, Miguel, está en el exilio.
Doña Gloria murió con el solo consuelo de haber cumplido con su deber de buena cubana y la satisfacción de que su familia ha cumplido con la patria.
La anciana pidió la libertad no sólo de los suyos, sino de los familiares de otras madres y esposas, separadas por desgarradores años de los jefes del hogar.


Mujeres que cuentan cada día lo largo de la separación de sus seres queridos, encarcelados por un régimen déspota que tiraniza sin piedad a su propio pueblo.
Dios nos consuele a todos.

Friday, January 8, 2010

Reacciona violentamente la Seguridad del Estado, por foto de pionera pidiendo limosna.

Víctor E Sánchez
Periodista Independiente

SANTIAGO DE CUBA, 07 de enero, 2010 - La emprende la Seguridad del Estado en Santiago de Cuba contra los integrantes de la Agencia de Prensa Libre Oriental por el reportaje aparecido en su sitio web: www.aplopress.com, sobre una niña vestida de uniforme pidiendo limosnas en el Parque Céspedes, en la víspera de la Fiesta de la Bandera.

El pasado lunes 4 de enero, la Seguridad del Estado, interceptó al Director de nuestra Agencia APLO, Juan Carlos Hernández, a la salida de la Universidad de Oriente y luego fue trasladado a una de las instalaciones de la Seguridad del Estado ubicada en Porfirio Valiente (Calvario) entre Santa Lucía y San Basilio en esta ciudad.

Luego de un breve interrogatorio fue liberado y citado para ese mismo día 4 de enero a las 7:00 PM en las Oficinas de Enfrentamiento de la Policía Política. Allí fue amenazado y responsabilizado como Director de la Agencia por la aparición del artículo en la Internet. Los oficiales lo cuestionaron, alegando la gran repercusión internacional que habían tendido esas imágenes y por tanto lo responsabilizaban directamente con las consecuencias que eso se derivaran.

Algo que también lo molestó mucho, según Juan Carlos, fue la vinculación con los hechos que hace en su narrativa la periodista Evelyn Ramos con Roberto Álvarez Solano, presidente del Poder Popular Municipal, aquí en Santiago de Cuba.

Luego de mostrarle en una computadora el articulo de marras, le prohibieron salir del municipio mientras no se aclare quién y como se envió el articulo hacia el exterior. Juan Carlos le aclaró que cada periodista de la Agencia busca la forma de enviar los trabajos por su vía y se responsabiliza con el contenido de los mismos.

Thursday, January 7, 2010

DOS MÁS DOS, SON 75


Amarse sin fatiga y sin receso

Por Manuel Vázquez Portal
Alfredo Felipe Fuente cayó preso estando tan enamorado como treinta años antes cuando le prometió a Loida Valdés que la haría feliz para toda la vida.
Apenas veintitrés años tenía Alfredo Felipe cuando tomó de la cintura a Loida y la llevó a un hogar que dulcificarían a lo largo de tres décadas. Artemisa, un pueblecito disputado entre Pinar del Río y La Habana, los vio amarse sin fatiga y sin receso. Los vio estudiar, trabajar con ahínco, educar a dos hijos. La primavera de 2003 los sorprendió en la más larga luna de miel del mundo.
Loida quedó como atrapada en una telaraña de penumbras cuando aquella tarde de marzo la policía política cubana arrancó de su abrazo al hombre que ha amado toda la vida. Se sentía como con los ojos vendados, no sabía dónde quedaba el lecho—en su mitad vacío—ni qué hacer con el plato de la tarde.

Alfredo Felipe Fuentes había estudiado economía y desde su mesa magra hasta su ciudad hambreada sabía que la economía andaba mal, pero también sabía que la economía andaba mal porque la política del país era quien peor andaba. Lleno de amor, quijotesco tal vez, quiso defacer el entuerto. Le costó la cárcel. A 26 años de prisión fue condenado por desear que el plato de las tardes se llenara en todos los hogares y la gente volviera a ser feliz.

Cuando aquella tarde de marzo lo separaron a la fuerza de Loida, la única manera en que se separaría de ella, Alfredo Felipe era delegado del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos en la provincia de La Habana y miembro del Comité Ciudadano Gestor del Proyecto Varela en Artemisa, pero lo acusaron de mercenario y no lo dejaron siquiera defenderse.
Hace casi siete años no disfruta de la mitad de su cama ni de su silla en la cabecera de la mesa hogareña, no puede acariciar a su hija cuando es asaltada por un ataque de epilepsia, ni aconsejar a su hijo cuando escribe poemas desolados. Pero dice que en mayo, cuando cumpla 61 años, su amor por Loida y sus dos hijos será tan juvenil como al comienzo.




Firmaba Pedro del Sol

Por Don Alternán Carretero

Firmaba Pedro del Sol. Sus despachos llevaban claridad. Iluminaban el silencio de un pueblo amordazado. Se sabía hijo de la luz. Pero también conocía, como José Martí, que como un monstruo de crímenes cargado, todo el que lleva luz se queda sólo y el 18 de marzo del 2003 sintió como nunca la soledad de una celda.

Después de revolcar su casa, husmear entre sus papeles y sus libros, la policía política castrista lo llevó a su cuartel en Ciego de Ávila y sin culpas ni confesiones el 4 de abril lo condenó a 20 años de cárcel. Comenzaba la más honda de las soledades. Mirar en silencio las paredes de una celda de castigo.
Pero qué había hecho Pedro Argüelles Morán para merecer tal pena. Sólo llevar luz, decir, sin miedo, sus verdades, y por eso quisieron convertirlo en un monstruo y cargarlo de culpas. Había estudiado Geodesia y Cartografía y quizás soñaba con un nuevo mapa de Cuba donde la libertad y el respeto a las ideas ajenas fueran los accidentes geográficos más sobresalientes de la isla.

Se inició en la oposición en 1992 como activista del Comité Cubano por los Derechos Humanos. En enero de 1995 se unió a 11 organizaciones opositoras de las provincias de Camagüey y Ciego de Ávila, para formar el Frente Unido Democrático Camagüey-Ciego de Ávila.

En 1995 colaboró en la fundación de la agencia de prensa Patria, la primera fundada en el interior del país. Pero Pedro era un adelantado. Desde 1993 enviaba noticias al exterior de forma directa bajo el seudónimo de Pedro del Sol.
Fue corresponsal en Ciego de Ávila de la agencia de prensa independiente CubaPress. Formó parte de la Cooperativa Avileña de Periodistas Independientes desde 1999. Sólo eso fue, un cartógrafo que dibujaba párrafos de amor sobre las áridas sabanas de una patria arrasada por la censura, el odio y el autoritarismo.

Si quisieron convertirlo en un monstruo y que lo dejáramos solo se equivocaron. No se puede abandonar a un hombre que desde una celda escribe: Me enterraron en un hueco húmedo y frío y lo rellenaron de mentiras e injusticias pretendiendo secuestrarme de la luz, pero la verdad rompe la intolerancia y denuncia la demagogia. Me confinaron el cinismo y la hipocresía, pero la razón se rebela y abre candados y derrumba rejas de odios y venganzas. Me encerraron para silenciarme, pero el amor que todo lo espera me inunda de solidaridad. Las ergástulas no pueden con lo eterno, y lo infinito y lo trascendente son la verdad y el amor.

Publicado por Manuel Vázquez Portal

Wednesday, January 6, 2010

“Confesiones tras el muro”


RICARDO GONZÁLEZ ALFONSO

Condenado a 20 años de prisión: Prisión Kilo 8, en Camagüey (a 533 kilómetros al este de La Habana). Director de la biblioteca independiente "Jorge Manach", Presidente de la Asociacion de Periodistas Manuel Marquez Sterling y director de la revista De Cuba, corresponsal de Reporteros sin Fronteras en Cuba.
Dir.: Calle 86 No 712 e/ 7ma y 9na, Playa, Ciudad de la Habana.
Esposa: Alida Viso Bello



RECADO DESDE LA PRISION
“Confesiones tras el muro”

Enviado por la esposa Alida Viso


1- Trilogía maldita para una procesión mortuoria de la carne

PARTE PRMERA

(Premeditación)

Tendré que parir el tintazo
Al fin,
(empujan los siglos de un gallo
que en duelo con su madrugada de anillos de sol
gestó la estrategia, sin éxito, del alfarero,
y vino posar su garganta en diana olvidada que
empeñada, entre otras cosas, tras las rutas de Cy Young
- galácticas e inalcanzables - como tanto lo quiso abuelo;
trocase en madeja de matices en plumilla:

Legiones de aparatosas damas trasnochadas
-que ofrecieron sus favores a los afortunados
y han venido a exitar a un lanzapeloticas de mierda
para tenerle después en una cama céntrica,
de un cuarto blanco
al centro de una casa azul, muy bien arregladito
esperando gladiolos en mano y ansioso de no defraudar
a aquel mísero gallo inconforme de su antiguo empleo-
persistieron desde el tiempo aquel,.
desde el otro tiempo por el siempre tiempo. Pero
aún siendo como es,
así,
y no de soñadas vanaglorias; la señorita mía
pasó de juergas en otra historia silbando:
“Gallo, gallo, gallo
yo te devuelvo al gallinero.
Gallito travieso, pollín majadero,
tres grillos felices
cantaban en guillotinado cuello,
cantó a deguello el hacha de un posadero.
Gallo, gallo, gallo
yo te devuelvo al gallinero”.

Y fue más de tantas recetas prohibidas por el olimpismo,
aprobadas por el Olimpo, que jamás
pudo alcanzar a Cy Young).

Tendré que parir el tintazo
al final.
Se lo debo a un viejo inquilino del alba
que se enamoró, estando quieto en el recio hombro
de un árbol,
de una mujer apresurada y con serias marcas de azote
que volaba por la puerta trasera
de la casa de Lord Byron.


PROLOGO
¿Desocupado Lector?

Estos fueron mis primeros versos “urgentes” y sin muchos afeites.
En los ochentas solíamos entusiasmarnos con las ¿últimas? grabaciones de los Rolling Stones; las sagas de Indiana Jones. Nos enamoramos de Ana Belén y de Cher. Íbamos atentos y admirados con las luchas de Havel, Walesa, Dalai Lama y Mandela. Quedamos cautivados por Juan Pablo II. “Cantábamos” y “componíamos” poemas que eran incinerados una vez terminada su lectura primera. De algún que otro pude memorizar fragmentos e incluirles a mediado de los noventa en estas “Confesiones tras el muro”.
Originalmente, escrito entre mis años de “paro forzoso” y la vorágine absorbente de la lucha cívica, “Confesiones” fue concebido como un poemario a dos manos entre mi amigo y compañero de luchas, el poeta Félix A. Rojas y yo.
Cada uno por separado teníamos nuestro propio “bloque” de versos. Algo así como una menorisima personal versión del legendario “Let it be” que termino más cercana y a fin al no menos legendario “Let it be”.
Llegamos a “diseñar” la carátula. Encargamos a nuestro amigo pintor Luís Torres Fernández de Velásquez las ilustraciones. Nos hicimos una fotografía con la fachada de la casa No. 63 de la calle Santa Teresa en el Cerro como telón de fondo.
Las hordas hacía poco, entonces, pintarrajearon con sus peculiares jeroglíficos, algunas frases entupidas y criminales con chapapote en esas paredes el día que invadieron de hogar de Oswaldo Payá y su familia, destruyendo a su paso cuanto encontraron. Eran momentos muy tensos y difíciles como ahora y no solo nuestras musas andaban tricolor.
A Joseito Sánchez Lara, el talentoso premio Julián del Casal 2004 quedo encargado un “no prologo” que desde su metódica aplicación a las lecturas debates y minuciosas repeticiones buscando el verso depurado, (más cierta dosis crítica y por tanto necesaria en mi opinión, sobre nuestros intentos “literarios”), podría emitir juicios introductorios definitivamente alejados de la complacencia.
Al final nada resulto como fue planificado. No se planifica en poesía.
Los “implicados” cada uno por su lado dimos tantas vueltas como el propio cuaderno de poesías. Félix llegó a España invitado tras la publicación de un poemario suyo, “La Isla Maldita”, y allá quedo exiliado. Otro, el prologuista frustrado, hace algunos meses desertó en México mientras hacia un Tour como baterista de acompañante de Haydee Milanes y se fugo a Estados Unidos. Torres sigue en Lawton, La Habana, pintando sus impresionantes paisajes naturales de la campiña cubana. Mis queridos amigos, los heroicos antiguos inquilinos de Santa Teresa No. 63, continúan (bajo el acoso constante de los miserables tártaros), pero no cejan tratando de apurar el momento de la matutinal luz en nuestra isla bendita.
Mi primer poemario publicado resulto ser el segundo escrito (diez años después, desde “las húmedas mazmorras de los pictos”), aunque desafortunadamente además de mis propias limitaciones, tratadas generosamente tratadas por ese “desconocido”, aun, amigo querido Jaime Navarrete desde París, se edito con la estructura trocada de algunos versos y cambios de palabras; y si asume que un guaguanco montuno de de mi propia autoría cuando es Ramón Morales Pérez (el meme) compañero de celda en Ariza. Pero no me quejo.
Mala fortuna es la del aprendiz de poeta empeñado en transformar la tosca y pobre labriega de olores infaustos en hermosa señora sin par de dulces maneras y aromas de lavanda. Pero mi pupila se dilataba con esas lecturas apasionadas y cual entusiasta y desatinado hidalgo quijada (o quejana según algunos autores), no podía detener la entintada lanza embistiendo terribles gigantes; altivos caballeros y pérfidos encantadores.
No he podido resistir impávido “los roces” de esos númenes que de vez en vez me abrazan dejándome “llagado por sus cuitas”. Así comenzó todo.
De eso cuentan estas primeras “Confesiones tras el muro” más de hoy, gracias a mis amigos se llegan a publicar. De eso y de un tiempo ¿pasado ya? Y de esos lugares que siempre conservare en mi memoria.

Monday, January 4, 2010

LA UNIDAD DEL EXILIO CUBANO DE MIAMI Y OTRAS IES SIN PUNTO

por Osvaldo Raya

Pongamos el punto: Lo que está dividido es la nación cubana. No el exilio. El exilio es ‒¡gracias a Dios!‒, como cualquier otro grupo humano inteligente, muy heterogéneo. Y eso no es problema. Siendo así, no perdamos la perspectiva ni tanto tiempo en esa autocrítica constante que tan sólo sirve para que alguien, camuflado en carita refrescante y renovadora, haga al fin ese sucio trabajo al servicio ‒ya no muy inteligente‒ de la Inteligencia Cubana y convoque a la unidad del exilio cubano y al entendimiento entre viejos y jóvenes: ¡Ojo con eso!

Ya veo que van dando tumbos, como desesperados, los castristas, allá en La Habana, en las oficinas de Línea y A; a ver cómo hacen para ocupar nuestros espacios y nuestras plazas aquí en Miami ‒¡e, incluso, nuestro Versailles!‒ y se los puede imaginar muy deseosos de agrupar, malintencionadamente, bajo un unitario ‒pero oscuro‒ manto, a muchos buenos cubanos de la diáspora confundidos y avergonzados de la supuesta desunión. Hasta hay quienes andan proclamando a toda voz ‒o a toda internet‒ lo urgidos que debemos estar los exiliados de lograr cambios en la presunta mala imagen del exilio ‒como si alguna vez algún refugiado político de cualquier país ‒o luchador por la libertad‒, a lo largo de la historia del mundo, quisiese lucirle bien a su enemigo o como si fuesen bonitas la claudicación y el repliegue.

¡Cuidado, cuidadito, eh, y que no vayan a crecerle demasiado las alas a esos que arguyen por ahí la necesidad de nuevas caras y nuevas estrategias que atraigan a la mocedad de los cubano-miamenses! Es que todo esto ‒lo de hacer atractiva entre las juventudes la causa cubana‒ me hace recordar el estilo decadente ‒o las tácticas cantinflescas‒ de Robertico Robaina, cuando era el secretario general de la U.J.C. (Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba). Me acuerdo que, por aquellos días de Robertico, el gobierno pretendía hacer más atractivo su discurso revolucionario y, de paso, asegurarse de que los jóvenes olvidasen el hambre y los insoportables apagones; para lo cual la U.J.C. hasta llegó a interrumpir muchas clases en las escuelas secundarias y preuniversitarias; con tal de que la muchachada participase de un gran tinglado de consignas y bailes, con globos y matracas, en medio de una plaza o de un parque. Y todo muy animado con la lambada o la música de la Charanga Habanera.

¡Huy… huy… huy!: ¿Megáfonos, en Miami, con la Charanga Habanera; para atraer a los jóvenes? ¿Tan estúpida es la juventud cubana del exilio y tan poco patriótica? Yo sé de muchísimos jóvenes ‒casi todos los que conozco y con los que me relaciono todos los días‒ que no precisan escuchar la flauta de Hamelin para conminarlos a luchar por Cuba. Creo que so pretexto de exaltarla y darle un papel preponderante en el exilio, ofenden a nuestra juventud; a la que sí no hay que convencer ‒porque ya está firmemente convencida‒ de la urgencia de liberar a Cuba. ¡Entonces, ahora, que cambie la estratagema la trasnochada KGB cubana; porque el tiro le ha salido por la culata! (Quizá van a tener que enviar a la Florida agentes mejor entrenados y mejor pagados). ¡Ah… y a otros con el cuentito de que Castro traicionó la Revolución y que por acá debemos ser algo así como los verdaderos revolucionarios! ¡Que convenzan a su abuela! Yo no soy ‒ningún otro patriota querrá serlo‒ un revolucionario sino un restaurador.

No, no son tan inteligentes los de la Inteligencia Cubana. Ni somos tan tontos por acá. Ni yo soy el único que está sobre aviso acerca de este tema.

Y que quede claro ‒clarito‒: que el exilio no es quien tiene que cambiar sino la sociedad cubana allá en la isla. Y es que sólo una fecha de vencimiento tendrá nuestro ardiente deseo de ver a Cuba libre; por lo que no hay nada envejecido aquí, en el exilio, ni nada que cambiar y sí muchísimo para conservar o restaurar, como lo son la pasión y el patriotismo y esa rabia sagrada que tanto atacan nuestros detractores pero no es otra que aquella misma que mantuvieron invariablemente, sin acomplejarse por ella y sin pretender modernizarla o refrescarla, los guerreros independentistas en el siglo XIX.

Sépase, además, por todo ello, que ninguna generación de auténticos exiliados está en conflicto con la otra y que los viejos no están en contra de los nuevos. Es que… ¿para quiénes lucharon en su tiempo y siguen luchando, aún con sus setenta y ochenta años, sino para la juventud, para los hombres del mañana? ¿Para quién es la Cuba nueva que soñamos sino para los nuevos cubanos? ¿Qué otro sentido tienen nuestras rabietas de hombres heridos en el cuerpo y en el alma sino el deseo de que las nuevas generaciones disfruten de la libertad? Yo mismo no la quiero para mí, que voy por los cincuentitantos; porque ya tengo vida aquí y no tengo demasiadas fuerzas como para reubicarme y reinstalarme nuevamente. Tampoco sé yo que ningún señor del primer exilio cubano ‒del que un grupo de ingratos se mofa de su ganado titulo de historico y al que llamaintolerantes y desfasados‒ quiera la libertad de Cuba para sí o para, una vez destronado el tirano, ir con esta mucha edad a recuperar la casa destartalada y mustia de La Habana ni a reconstruir una vida que tienen más que consolidada aquí, cerca de la calle ocho, en su querido Miami. Todos ellos bien habrían podido desentenderse de la lucha cubana y disfrutar de las comodidades y beneficios que consiguieron con mucho esfuerzo en tierra extraña y, sin embargo, encabezan la lista de los más esforzados y ejemplares luchadores.

Empero ‒y sonrío con sorna‒ he oído ya, en estos días y por estos lares ‒o he leído en algún blog‒, cierto discursito predeterminado, como de agentito al que no le completaron el entrenamiento ni la paga, pedir la colaboración y, sutilmente ‒pero no muy sutil‒, la contrición de nuestros mayores. Y lo peor no es el discurso sino los incautos que lo aplauden. Pero ¡habráse visto cosa igual!: ¡Dios mío… qué falta de respeto! Más bien los más jóvenes deberían pedir a los más viejos que no, que no cambien, que mantengan esa nobleza y esa solidaridad con los que sufren en la isla y afinquen aún más ese evidente amor y esa consideración con los más jóvenes y esa compasión y entrega. Es que todos sabemos que, a la larga, es la juventud ‒más que nadie‒ la que acaso podrá disfrutar, a plenitud, de una sociedad mejor. Más bien los de todas las generaciones deberían honrar y bendecir, con profundo agradecimiento y con el respeto que merecen, a esos veteranos que todavía no han tirado la toalla en esta guerra de más de cincuenta años.

Entonces… ¡que no jodan más con la cantaleta de que hay que unir al exilio y de que hay que cambiarlo! No perdamos ‒como ya dije‒ la perspectiva, que no se nos vaya el patín aceptando excesivamente las críticas o pasándonos de autocríticos. Tengamos en cuenta que, al revés y al derecho ‒comoquiera que lo pongan‒, quien tiene que cambiar o rejuvenecerse no es el exilio ni es la unidad una táctica de lucha sino el propósito de la lucha. E insisto ‒porque urge insistir‒ en que desde hace mucho tiempo ‒y todavía‒ el exilio histórico y todos los exilios somos fervientes colaboradores de la juventud y que es precisamente para ella para quien trabajamos por la libertad y la democracia.

Y si a alguien se le olvidó; pues que recuerde que lo que divide a los cubanos en los de allá ylos de acá es el tirano y que ésta es ‒y no otra‒ la única división de la que debemos preocuparnos, tal vez ‒y acaso‒ podemos reclamar o sugerir mayor coordinación entre todas las organizaciones de exiliados para llevar a cabo acciones o actividades conjuntas; perocoordinación no es homogeneidad sino respeto de nuestras hermosas y válidas heterogeneidades. En tanto, recordemos siempre que, como fue el tirano el que dividió a los cubanos, debemos emprenderla contra el tirano ‒si es que de veras nos interesa la unidad. La lucha por la libertad no es otra cosa que una lucha por la unidad definitiva de nuestro pueblo. Y dígase bien y afírmese mil veces que lo que nos divide no es la heterogeneidad de nuestras opiniones ni las fantasmagóricas diferencias entre una generación de cubanos y la otra sino la tiranía comunista. Y repito: no se trata de luchar con unidad sino por la unidad. Unirnos es el fin y no la vía. Sólo la libertad unirá a los cubanos. Enfoquémonos en ella. Ese es el punto.

http://osvaldo-raya.blogspot.com/

Sunday, January 3, 2010

Nuestra meta en el 2010

Diseño guillemaro

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