Monday, November 21, 2011

Carta de renuncia de Manuel Vázquez Portal a Radio y Tv Marti

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Miami, 18 de noviembre de 2011.


Honorable Presidente Barack Obama.

Honorable Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Honorable Senador Bob Menéndez.

Honorable Senador Marco Rubio.

Honorable Congresista Ileana Ros-Lehtinen.

Honorable Congresista Mario Diaz-Balart.

Honorable Congresista David Rivera.

Honorable Congresista Albio Sires.

Coordinador del programas para las Américas del Comité de Protección a los Periodistas Carlos Lauría.

Director de la División de las Américas de Human Rights Watch José Miguel Vivanco.

Presidente de la Junta de Gobernadores Walter Isaacson

Director de IBB Richard Lobo

Director de la Oficina de Transmisiones para Cuba, Radio y Televisión Martí, Carlos García.

Medios de comunicación, prensa independiente cubana y organizaciones política y de derechos humanos dentro y fuera de la isla.

Les hago saber que yo, Manuel Vázquez Portal, exprisionero político del Grupo de los 75, condenado en la Primavera Negra de Cuba en 2003 a 18 años de cárcel por ejercer en periodismo independiente durante casi una década dentro de la isla, he renunciado a mi contrato como periodista (El cual he ejercido por cerca de seis años dentro de la Oficina de Transmisiones para Cuba, y por más de 35 años en diferentes medios de prensa) en el departamento de internet (martinoticias.com) por sentir que el actual patrón de Radio Martí es absolutamente inconsistente con la Misión establecida por el Congreso de los Estados Unidos.

Mi renuncia es innegociable porque, como miembro activo de la disidencia interna, a mi llegada a Estado Unidos vi en Radio Martí la puerta para seguir en contacto con mi pueblo y ayudarlo en su lucha por la libertad, pero todo lo contraio, me he sentido utilizado, hostilizado y discriminado por la nueva administración de la Oficina de Transmisiones para Cuba, hechos que se han repetido con otros contratistas y empleados federales de la institución, todos de alta reputación profesional y reconocida trayectoria en la lucha por la democracia, la libertad de expresión y respeto a los derechos humanos, y los cuales he rechazado públicamente, y que a continuación detallo.

1-: En franca violación de los establecido por el Congreso de los Estados Unidos en cuanto a la creación y funcionamiento de la Oficina de Transmisiones para Cuba (Radio y televisión Martí), la actual administración ha convertido la institución en un instrumento de entretenimiento, frivolidad y olvido de la misión para la que fue creada (información veraz y confirmada por más de dos fuentes acreditadas y programas informativos referentes a Cuba y el mundo), y espacios con una programación de bajo perfil en la defensa de la democracia, la libertad de prensa y expresión y el respeto a los derechos humanos que va desde programas de música popular, novelas obsoletas, fútiles y divorciadas de la realidad cubana actual, por demás enlatadas desde hace más de dos décadas, hasta espacios que ensalzan irresponsablemente el tráfico y comercio de objetos que son productos de la pobreza nacional en que el gobierno cubano ha sumido a la nación.

2-: También en flagrante violación de la política de empleo que establece la institución (un contratista no puede trabajar sin la supervisión de un empleado federal) y poniendo en riesgo la seguridad de la misión, contratistas han ejercido, y ejercen, la conducción de programas y la supervisión de otros contratistas y hasta empleados federales.

3-: En una muestra ostensible de desmesura en el ejercicio del poder la actual administración ha cerrado sus contratos, sin razones meritorias para ello, a prestigiosas figuras profesionales y con un sólido y reconocido historial en la lucha por la libertad, la democracia, la libertad de expresión y prensa y los derechos humanos (Excomandante Huber Matos, Raúl Rivero, Alberto Muller, Silvia Font, Orlando Fondevila, entre otros), mientras contrata, aúpa y protege a advenedizos sin aval profesional ni reconocimiento entre la oposición interna cubana, ha ejercido la censura por razones nebulosas a expresiones como “policía política” “dictadura” o “tiranía”, ha clausurados programas de alta audiencia, respetabilidad dentro de la isla y elevado nivel en la defensa de la democracia y la libertad de expresión como Sin censores ni censura, ha impedido la difusión de documentales de rigurosa factura profesional, estética, política y humana como Los hijos de la primavera, del realizador Joe Cardona, entre otras irregularidades inadmisibles.

Por ello, y otros asuntos que estoy dispuesto a debatir en cualquier espacio de respeto y transparencia, y de los que adelanto en algunos anexos, no puedo permitirme permanecer en la Oficina de Transmisiones para Cuba, mientras la disidencia interna se queja de desatención y los ejecutivos de la actual administración permanezcan en el ejercicio de sus cargos.

Cordialmente,

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