Por Carmen Sigüenza
Gracias a Zoe Valdes por el link
Madrid, 22 may (EFE).- El
filósofo Todorov dice que, cuando los totalitarismos no tienen enemigo
enfrente, van tras la gente que viste o baila de forma diferente. Y eso
es lo que destila "Necesidad de libertad", el libro que Reinaldo Arenas
escribió al llegar a EEUU, y que ahora vuelve a resonar por su
publicación en España.
Un libro que es un grito conmovedor lanzado
por Arenas una vez alcanzada la libertad tras salir de Cuba, y una
denuncia de la dictadura militar y la represión contra los
intelectuales.
"Necesidad de libertad" es un relato emocionante,
una pieza de excelente escritura que el autor cubano, al que puso rostro
Javier Bardem en la película "Antes que anochezca", publicó en Miami en
2001, pero nunca en Europa y concretamente en España, donde llega ahora
editado por Point de Lunettes, mientras que en Latinoamérica se podrá
conseguir por internet.
Este sello editorial ya publicó en 2010
"Las cartas a Margarita y Jorge Camacho", donde Reinaldo Arenas
(Holguín, Cuba-1943) agradecía a esta pareja de amigos que visitó Cuba
los esfuerzos por sacar al exterior sus manuscritos, que se convirtieron
en el cordón umbilical de Arenas con el mundo.
Pero "Necesidad de
libertad", una miscelánea de géneros, entre ensayo, poesía, cartas o
recortes de prensa, ofrece un claro y profundo panorama de Cuba desde
1958, cuando Reinaldo Arenas intentó a los 14 años incorporarse a las
guerrillas de Fidel Castro en la provincia de Oriente -"como hijo
natural de unos campesinos pobres, nada que perder, excepto la vida",
escribe- hasta 1983, cuando ya está instalado en Nueva York, una etapa
que terminaría con su suicidio en 1990.
Un panorama de la isla que
tiene grandes capítulos dedicados a la represión intelectual en Cuba, a
todos los escritores que sufrieron la dictadura de Fidel y algunos
otros, muy duros, dirigidos a los que se manifestaron a favor del
régimen de Castro "libres y fuera de la isla".
"Veíamos a escritores verdaderamente libres haciendo también el juego a aquella infamia", dice Arenas.
"Como
ejemplo del cinismo mayor -continúa- debo mencionar a Julio Cortázar,
convertido al castrismo desde los lujosos hoteles cubanos que el
Capitalismo había construido y con residencia y status en París; a
Ernesto Cardenal, tan mediocre e hipócrita como su supuesta doctrina
religiosa, que ni siquiera práctica, a García Márquez, un híbrido entre
la demagogia y el folclor...".
El autor dedica todo un capítulo al
autor de "Cien años de soledad" con el título "Gabriel García Márquez,
¿esbirro o es burro?", y en él dice que es totalmente indignante que un
escritor como él (Márquez) use la libertad que el mundo libre le brinda
"para hacer apología del totalitarismo comunista que convierte a los
intelectuales en gendarmes y a los gendarmes en criminales".
Pero
también Reinaldo Arenas, que, desengañado de la revolución a a la que
apoyó al principio, sufrió persecuciones contantes y estuvo dos años
encarcelado por ser considerado "un peligro social" por su disidencia
política y por su condición homosexual, habla de su apoyo a los
escritores Lezama Lima, Padilla o Virgilio Piñera.
Sentencias
judiciales, cartas irónicas -una de las características de este autor de
poesía, teatro, novelas, cuentos y ensayos, junto con el juego de
palabras-, y el relato completo del viaje de huida en bote desde Mariel a
Nueva York completan este libro.
Destaca la carta que Reinaldo
Arenas manda a Alexandra Reccio, una diputada del Partido Comunista
Italiano, que le había criticado por hablar mal de Cuba y a la que había
conocido en un viaje de ésta a la isla.
Aquí Reinaldo Arenas
destila toda su vena crítica y ácida, fruto de los padecimientos y
experiencias en su vida, como dice a Efe Manuel García, portavoz de la
editorial Point de Lunettes.
En esta carta acusa a la diputada de
no haber querido ver ni las prisiones, ni la represión, ni las colas,
"ni por qué a Virgilio Piñeiro no se le publicaba ni una cuartilla, ni
por qué a Lezama Lima se le censuró su obra en los últimos
años...estando en Cuba no vio usted a Cuba ni preguntó por ella...",
espeta el escritor.
El libro está dedicado a "Los diez mil
ochocientos cubanos que a riesgo de sus vidas se asilaron en la embajada
de Perú en La Habana en 1980, haciendo posible el éxodo de Mariel... la
existencia de este libro y la mía", concluye. EFE
crs/cat/ea
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