FLORES CUBANAS FLORECIENDO EN MI CASA EN NY
Foto Angélica Mora
Angélica Mora
Apuntes de una Periodista
Nueva York
A fines de la década de los 80, durante la época del éxodo de los
balseros, Radio Martí me envió a realizar un reportaje a la Base Naval
de Guantánamo.
Allí, en mi primera visita en medio de la desolación, el polvo, el calor
y la incertidumbre me encontré con los opositores cubanos, con quienes
había tenido largas relaciones por teléfono.
Como esto es solo un Apunte no entraré en detalles de lo que esto significó para mí.
Levantando los ojos fuera de las rejas de la base contemplé el resto de
Cuba y vi, muy cercana, una montaña roja. Pregunté a qué se debía el
color y me contestaron que era una planta que crecía todos los años por
esa época en el lugar.
En mi segunda ida a la Base Naval Guantánamo encontré todo cambiado.
Los cubanos, con ese espíritu de no dejarse amilanar que los caracteriza
y los hace triunfar, habían limpiado el lugar, habían barrido el polvo y
sus carpas estaban limpias y acogedoras.
Y me tenían un regalo:
Además de las réplicas de las frágiles embarcaciones que me dieron, me
entregaron con mucha ceremonia una pequeña planta que uno de ellos, a
riesgo de su vida, había ido a buscar a la montaña. (no me pregunten
cómo).
Hoy -en vísperas de celebrar el Día de las Madres- quise compartir esta
historia, recordar a estos cubanos con quienes he seguido en contacto, ,
mis flores y este gesto de amor, con todos ustedes.
Angélica Mora en la Base Naval de Guantánamo.
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