¡LIBERTAD Y VIDA!
Por Zoe Valdés
Por Zoe Valdés
Durante una semana varios opositores
cubanos mantuvieron una huelga de hambre pidiendo la excarcelación del
preso Jorge Vázquez Chaviano. La prensa internacional por fin se hizo
eco de su huelga aun cuando los huelguistas, siendo opositores
reconocidos, como es el caso de Martha Beatriz Roque Cabello y Jorge
Luis García Pérez Antúnez, no son desde hace algún tiempo los más
atendidos por esta prensa, bastante amiga del dislate, del espectáculo
barato, cuando a la disidencia cubana se refiere.
Los periódicos en sus sitios webs anunciaron que estos opositores habían decidido llevar a cabo una huelga de hambre exigiendo la excarcelación de un preso, y ahí se quedaron. En verdad, otras fuentes, han afirmado que al menos Martha Beatriz y Antúnez pedían cambios radicales en la isla. No lo hemos oído con sus palabras, porque no han hecho declaraciones conjuntas, pero sabiendo cómo piensan ambos, no lo dudo.
Yo no apoyo las huelgas de hambre, y así lo he manifestado. En cuanto me enteré de esa huelga les pedí, a través de mi blog, que cesaran ese intempestivo empeño que sólo los fatigaría, los enfermaría todavía más, y los conduciría a la muerte, como ya ha sucedido en Cuba y en Venezuela (recuerden a Franklin Brito). Ellos la mantuvieron, secundados por otros que se hacen llamar opositores, pero que sólo piden cambios cosméticos bajo el Raulato y no la libertad, la justicia y la democracia, mediante huelgas y malabares, numeritos histriónicos que han sembrado sospechas en una parte de la disidencia, y sobre todo en el exilio, que son los que los apoyan genuinamente.
La huelga finalmente ha sido depuesta tras la excarcelación del preso en cuestión, y yo los felicito por haber cesado semejante esfuerzo inútil. Los felicito por haber parado, pero no creo que el supuesto logro haya sido una victoria frente al castrismo. Mis felicitaciones se detienen en cuanto al supuesto triunfo de esa acción, que para mí no es pacífica, porque va en contra de la vida de los que se arriesgan. Y no estoy de acuerdo con que personas que todavía tienen mucho por hacer dentro de la oposición expongan sus vidas por nada.
Y digo por nada, porque creo firmemente, que de todos modos a Vázquez Chaviano la dictadura lo iba a liberar, y que esa huelga sólo ha servido para hacer creer en el extranjero que la dictadura ha cedido frente a la oposición, y por lo tanto, este gesto, que no es tal, que es sólo el producto final de la burocracia y de la maldad del castrismo, sea visto e inclusive hasta sea apreciado, como una acción de buena fe y de buenos sentimientos por parte de Raúl Castro. Lo que todos sabemos que es falso.
El correo email de una buena amiga, que apoya a los cubanos desde el extranjero, me terminó de confirmar mi posición, que ya dejó de ser duda para plasmarse en realidad: "La foto de Martha Beatriz y Fariñas en comandita me acaba de aclarar las ideas. Nunca más voy a hacerme eco de huelgas de hambre de disidentes cubanos. Por respeto a Boitel, a Zapata, y por aquellos que hicieron huelgas de 30, 35 días en las prisiones castristas y sirvieron para engrandecer a los Plantados. Pero, estos ayunos de tres o cuatro días retransmitidos por teléfono y por Internet hacen un daño tremendo a la credibilidad de la oposición. Lamento que no se den cuenta o, ¿si dan cuenta? Conmigo que no cuenten."
Conmigo que tampoco cuenten, ya lo he dicho mil veces. Francamente, no esperaba una acción semejante de Martha Beatriz y de Antúnez, ellos están en su derecho de actuar como mejor convenga. Pero me temo que no están siendo bien aconsejados, o que, como acostumbra a hacer la policía infiltrada castrista, los están conduciendo por los más peligrosos y enmarañados trillos. O sea, los está aconsejando la misma policía, enmascarados en disidentes.
Me huelo lo peor. Espero que no, pero ojalá que no les suceda nada después de estas visitas y esas fotos (que no sé si fueron robadas a Martha Beatriz, puesto que ella misma pidió, y eso me consta, que no le sacaran fotos en ese estado, acostada en una cama, frágil, durante la huelga), y esas visitas tan mediáticas, que invariablemente viran la tortilla y enfocan a los visitantes de "tercer tipo", y no a los huelguistas. Por cierto, en las fotos se ven muy pocos, seis en la casa de Martha Beatriz. Se ha dicho que eran treinta en todo el país, ¿y por qué sólo hicieron fotos en la casa de Martha Beatriz?
La disidencia cubana, la de verdad, tiene que tener muy claro que se encuentran en un momento crucial, que los dos tiranos están en el fin de sus vidas, y que sus hijos han ido ocupando puestos importantes. Por el momento no deberían darle la opción a Castro II de un Raulato o Muerte (valga la redundancia), porque a ese paso podrían entrar en una especie de conga futura e infinita, a continuar con un Marielato o Muerte, o Alejandrato o Muerte, apoyando sin querer a la herencia familiar que ahora más que nunca necesita de una oposición domesticada trabajándoles a su favor. Bueno, eso, si es que la verdadera oposición llega al final y no los exterminan a todos, como se vio que ha sucedido con Laura Pollán, Oswaldo Payá y Harold Cepero, más recientemente.
Por cierto, la huelga habría tenido más sentido si se hubiera llevado a cabo exigiendo al castrismo y a la comunidad internacional una exhaustiva investigación sobre estas extrañas muertes.
Los periódicos en sus sitios webs anunciaron que estos opositores habían decidido llevar a cabo una huelga de hambre exigiendo la excarcelación de un preso, y ahí se quedaron. En verdad, otras fuentes, han afirmado que al menos Martha Beatriz y Antúnez pedían cambios radicales en la isla. No lo hemos oído con sus palabras, porque no han hecho declaraciones conjuntas, pero sabiendo cómo piensan ambos, no lo dudo.
Yo no apoyo las huelgas de hambre, y así lo he manifestado. En cuanto me enteré de esa huelga les pedí, a través de mi blog, que cesaran ese intempestivo empeño que sólo los fatigaría, los enfermaría todavía más, y los conduciría a la muerte, como ya ha sucedido en Cuba y en Venezuela (recuerden a Franklin Brito). Ellos la mantuvieron, secundados por otros que se hacen llamar opositores, pero que sólo piden cambios cosméticos bajo el Raulato y no la libertad, la justicia y la democracia, mediante huelgas y malabares, numeritos histriónicos que han sembrado sospechas en una parte de la disidencia, y sobre todo en el exilio, que son los que los apoyan genuinamente.
La huelga finalmente ha sido depuesta tras la excarcelación del preso en cuestión, y yo los felicito por haber cesado semejante esfuerzo inútil. Los felicito por haber parado, pero no creo que el supuesto logro haya sido una victoria frente al castrismo. Mis felicitaciones se detienen en cuanto al supuesto triunfo de esa acción, que para mí no es pacífica, porque va en contra de la vida de los que se arriesgan. Y no estoy de acuerdo con que personas que todavía tienen mucho por hacer dentro de la oposición expongan sus vidas por nada.
Y digo por nada, porque creo firmemente, que de todos modos a Vázquez Chaviano la dictadura lo iba a liberar, y que esa huelga sólo ha servido para hacer creer en el extranjero que la dictadura ha cedido frente a la oposición, y por lo tanto, este gesto, que no es tal, que es sólo el producto final de la burocracia y de la maldad del castrismo, sea visto e inclusive hasta sea apreciado, como una acción de buena fe y de buenos sentimientos por parte de Raúl Castro. Lo que todos sabemos que es falso.
El correo email de una buena amiga, que apoya a los cubanos desde el extranjero, me terminó de confirmar mi posición, que ya dejó de ser duda para plasmarse en realidad: "La foto de Martha Beatriz y Fariñas en comandita me acaba de aclarar las ideas. Nunca más voy a hacerme eco de huelgas de hambre de disidentes cubanos. Por respeto a Boitel, a Zapata, y por aquellos que hicieron huelgas de 30, 35 días en las prisiones castristas y sirvieron para engrandecer a los Plantados. Pero, estos ayunos de tres o cuatro días retransmitidos por teléfono y por Internet hacen un daño tremendo a la credibilidad de la oposición. Lamento que no se den cuenta o, ¿si dan cuenta? Conmigo que no cuenten."
Conmigo que tampoco cuenten, ya lo he dicho mil veces. Francamente, no esperaba una acción semejante de Martha Beatriz y de Antúnez, ellos están en su derecho de actuar como mejor convenga. Pero me temo que no están siendo bien aconsejados, o que, como acostumbra a hacer la policía infiltrada castrista, los están conduciendo por los más peligrosos y enmarañados trillos. O sea, los está aconsejando la misma policía, enmascarados en disidentes.
Me huelo lo peor. Espero que no, pero ojalá que no les suceda nada después de estas visitas y esas fotos (que no sé si fueron robadas a Martha Beatriz, puesto que ella misma pidió, y eso me consta, que no le sacaran fotos en ese estado, acostada en una cama, frágil, durante la huelga), y esas visitas tan mediáticas, que invariablemente viran la tortilla y enfocan a los visitantes de "tercer tipo", y no a los huelguistas. Por cierto, en las fotos se ven muy pocos, seis en la casa de Martha Beatriz. Se ha dicho que eran treinta en todo el país, ¿y por qué sólo hicieron fotos en la casa de Martha Beatriz?
La disidencia cubana, la de verdad, tiene que tener muy claro que se encuentran en un momento crucial, que los dos tiranos están en el fin de sus vidas, y que sus hijos han ido ocupando puestos importantes. Por el momento no deberían darle la opción a Castro II de un Raulato o Muerte (valga la redundancia), porque a ese paso podrían entrar en una especie de conga futura e infinita, a continuar con un Marielato o Muerte, o Alejandrato o Muerte, apoyando sin querer a la herencia familiar que ahora más que nunca necesita de una oposición domesticada trabajándoles a su favor. Bueno, eso, si es que la verdadera oposición llega al final y no los exterminan a todos, como se vio que ha sucedido con Laura Pollán, Oswaldo Payá y Harold Cepero, más recientemente.
Por cierto, la huelga habría tenido más sentido si se hubiera llevado a cabo exigiendo al castrismo y a la comunidad internacional una exhaustiva investigación sobre estas extrañas muertes.
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