Yo Enterré
Al CHE
El Che fue ejecutado a las 13:10 horas del
9 de octubre de 1967.
En julio pasado un equipo multidisciplinario de especialistas cubanos
anunció finalmente el hallazgo de los restos del legendario Ernesto Che
Guevara al lado de la pista de aterrizaje del pueblo de Villa Grande,
Bolivia. Previamente se habían realizado sesenta excavaciones
infructuosas, incluyendo las del afamado Equipo de Antropólogos Forenses
de Argentina. Fue un acontecimiento mundial y de particular repercusión
en Cuba, a donde fueron enviadas las osamentas.
Pero en esta entrevista realizada en una granja en el sur de Florida,
EE.UU., el hombre que estuvo a cargo de enterrar al Che duda que
realmente se le haya encontrado.
Ahora abuelo, el ex agente de la CIA Gustavo Villoldo se dedica a su granja, recuerda y 30 años después duda del hallazgo.
" Yo enterré al Che junto a otros
dos guerrilleros, Willy Cuba y el peruano `Chino' Chang". Habla Gustavo
Villoldo Sampera, persona que estuvo al mando de esa operación.
Hace treinta años, Villoldo llegó a Bolivia como uno de los asesores
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en lo que era la zona de
operaciones contra la guerrilla comandada por Ernesto Che Guevara. Fue
enviado por la CIA en un acuerdo con el gobierno de Bolivia. Villoldo
usó el seudónimo de "capitán Eduardo González".
Todos quisieron posar al lado del cadáver, incluyendo a Villoldo.
Era miembro de un equipo entre los que figuraba Félix Rodríguez,
también cubano-americano. Fue el que se fotografió con el Che justo
antes de su muerte. (Ver CARETAS 1432 del 19 de setiembre de 1996.) Y
había también al menos dos hombres más de la CIA en Bolivia, entre ellos
Julio García, asesor del ministro del Interior Arguedas.
El Che había sido capturado el 8 de octubre y hace treinta años el
presidente boliviano René Barrientos, y el jefe de las fuerzas armadas,
el general Alfredo Ovando Candia, dieron desde La Paz la orden expresa
de ejecutarlo.
Guevara fue muerto a las 13.10 horas del 9 de octubre de 1967 por el
sargento Mario Terán en un aula de la escuelita del poblado de La
Higuera.
Después de treinta años, en una granja al sur del estado de Florida,
EE.UU., conversamos con Villoldo, ahora dedicado a sus paltas, sus
hortalizas y sus nietos.
Retrocedimos en el tiempo y nos trasladamos a Valle Grande, poblado
enclavado entre montañas y a unos 280 kilómetros al sur-oeste de Santa
Cruz de la Sierra, donde se ha ventilado el último secreto del Che: el
misterio de su tumba y sus restos.
¿Qué pasó el 9 de octubre después de la ejecución de Guevara?
"El día 9 por la tarde se da la orden de evacuar a los heridos y
muertos desde La Higuera a Valle Grande. Primero los heridos del Segundo
Batallón de Rangers, después los muertos del Batallón y por último los
guerrilleros muertos. En Valle Grande yo recibo el cadáver del Che
aproximadamente a las 17:30 horas".
¿Sólo del Che?
"Llegaron los cadáveres de tres guerrilleros -Cuba, Chang y Guevara- y
se los llevaron al Hospital Nuestro Señor de Malta. Ahí, en la parte de
atrás, arriba de un lavadero se pone el cadáver del Che. Junto estaban
Chang y Cuba. Fueron expuestos a los fotógrafos y para que los viera
toda la población".
ALGUNOS OFICIALES SUGIRIERON
DECAPITAR
AL CHE Y CREMARLO
¿Qué pasó después?
"Como a las 8 de la noche se cierra al público esa zona y se hace una
evaluación de la situación. La mañana siguiente llega el presidente
Barrientos, el general Ovando y miembros del estado mayor. Además,
alrededor de 150 periodistas del mundo entero. La noticia había corrido
como la pólvora. Se hacen las declaraciones oficiales de rigor y
recibimos la información que venía la familia de Guevara desde
Argentina. También que elementos del Partido Comunista Boliviano
pensaban promover disturbios en el país.
Los cadáveres del Che, Chang y Cuba fueron
expuestos para que los viera toda la población. Derecha, parte de la
carta que Villoldo dirigió a Aleida Guevara March, hija del Che.
"Tomando esto en consideración, tuvimos una reunión en un hotelito de
Valle Grande, donde estábamos presentes Ovando, el coronel Zenteno, el
teniente coronel Selich, el mayor Niño de Guzmán y el que habla. Se
discutieron varios puntos y algunos oficiales sugirieron decapitar al
Che, cortarle las manos y cremarlo...
"Yo me dirigí al general y le dije que su ejército acababa de escribir
una página hermosa y heroica, y que mutilar el cadáver de un enemigo
mancharía al ejército. El estuvo de acuerdo, dio las instrucciones de
que no se decapitara al muerto pero como concesión al resto de los
presentes accedió a cercenarle las manos y mantenerlas en formol, para
demostrar al mundo entero con las huellas dactilares que Ernesto Che
Guevara había caído. En cuanto a la cremación les dije que eso era un
error, que no tenían las facilidades y que lo que se iba a hacer era una
horrible barbacoa".
Colocamos los tres cadáveres a 4 ó 5 metros de profundidad y tapamos el área con montacargas.
Lo de las manos es historia. Están en Cuba y son las del Che Guevara.
En lo que no hay un ciento por ciento de seguridad es en los restos del
guerrillero y sobre las osamentas encontradas junto a la pista aérea
rural de Valle Grande. No hay seguridad pese a los geólogos y
antropólogos forenses que estuvieron trabajando en siete esqueletos
desenterrados. No hay seguridad, dice Villoldo, porque los excavadores
son cubanos a las órdenes Fidel Castro y no se cuenta con la prueba de
ADN.
Y Gustavo Villoldo, el hombre que asegura enterró al Che, tiene más información para atizar las dudas.
"El general Ovando dio instrucciones precisas de que yo me encargara
de enterrar el cadáver del Che. Le ordenó al coronel Zenteno para que me
dieran el apoyo necesario. Eso nos pone ya como a las 6 de la tarde del
día 10 de octubre. Procedo a pedirle a Zenteno un volquete, un pequeño
camión y un tractor. También un tractorista, un chofer y un cabo de
seguridad. Se hace la coordinación para salir del hospital a las 2 de la
mañana del día 11 de octubre. Yo me retiro a mi casa de seguridad a
descansar y me levanto como a la 1:30. Después voy con el cabo al
Hospital de Malta y allí doy las instrucciones a los soldados que
recojan los tres cadáveres".
"EL ENTIERRO SE EFECTUO ENTRE
LAS 2 Y LAS 2:45 DE LA MADRUGADA..."
¿Seguro que sólo tres cadáveres?
"Tres cadáveres nada más. No veo otros. Y cargando los tres cadáveres
procedemos hacia la zona de la pista de aterrizaje de Valle Grande, lo
que es hoy la antigua pista, hacia el cementerio. Mando parar el
volquete en un lugar adyacente a la pista, el más abrupto. Me apeo del
volquete y hago llamar al tractorista, que se encontraba a 500 metros.
El sale caminando hacia el tractor, y en lo que él arranca la máquina,
yo procedo a tomar los azimut (los ángulos medidos sobre el plano
horizontal en relación a la latitud) y cuento los pasos de donde iba a
enterrar en una fosa común a los tres guerrilleros para poder
localizarlos el día de mañana si fuera necesario".
¿A qué hora los entierra?
"Entre las 2 y 2:45 de la madrugada del 11 de octubre de 1967, estando
presentes conmigo el chofer del volquete, el cabo de seguridad y el
tractorista. Fueron tres cadáveres, repito: Ernesto Che Guevara, Willy
Cuba y el chino Chang. Terminando yo de proceder con el azimut y tomando
los inversos, le doy instrucciones al chofer para que dé marcha atrás
hacia el declive. Inspecciono el lugar, veo que no hay nada abajo, y
procedemos a situar los tres cadáveres..."
El ex agente de la CIA dibujó este croquis para CARETAS. Asegura que
fueron cuatro los testigos que participaron en el entierro de sólo tres
cadáveres en el lugar indicado.
¿A qué profundidad?
"Yo diría que entre 4 y 5 metros de profundidad. Le doy instrucciones
al tractorista para que tape la fosa común. Me voy cuando se ha
terminado de tapar la fosa y lo dejo dándole pisón a la tierra, para
evitar de que se pudiera señalar como un área recién excavada. En ese
momento empezó a lloviznar, dejando la zona sin indicio ninguno de un
lugar de enterramiento".
¿Dónde es exactamente el lugar?
"Cerca del cementerio y de la pista antigua".
"YO ENTERRE A TRES Y LOS MUERTOS
NO SE REPRODUCEN"
El área a la que se refiere Villoldo es básicamente la misma donde en
julio fueron desenterrados huesos correspondientes a siete cadáveres,
algunos presumiblemente del Che. Pero si Villoldo asegura que enterró a
tres guerrilleros, ¿de dónde salen las otras cuatro osamentas? Y en
otras palabras, ¿son realmente los restos de Guevara los que hoy están
en Cuba?
"Esa es la gran interrogante -prosigue Villoldo- porque yo enterré a
tres y los muertos no se reproducen. También quiero decirte que en este
esfuerzo de recuperar al Che, por mi parte existían dos motivaciones. La
primera humanitaria. Considero que la familia de Ernesto Guevara, sus
hijos, tienen el mismo derecho que pudieran tener los míos si me
hubieran matado en Vietnam o en Bolivia, de recuperar los restos del
padre. Independientemente de las ideas y de lo que él representaba en su
relación conmigo. Yo mantengo las mismas convicciones que me impulsaron
a buscarlo en Africa en 1965. Siguen siendo mis enemigos políticos y
seguiré combatiéndolos a todos ellos mientras físicamente pueda. Por
otro lado, quería negarle a Fidel Castro el lucrar con el encuentro de
los huesos del Che. Para Fidel sería una deshonra que el hombre que
siguió al Che desde 1965 y lo enterró en 1967, lo devolvió a Cuba".
Según Villoldo, hizo llegar de forma clandestina una carta fechada el
23 de abril de este año a la hija del Che, Aleida Guevara, que se
encuentra en Cuba. Allí Villoldo le ofreció desenterrar los restos de su
padre por razones humanitarias. Aparentemente, la carta de Villoldo
aceleró la carrera sin precedentes por encontrar los restos del Che. Los
cubanos querían y quieren hacer un mausoleo como homenaje a la
revolución. Por otro lado están los bolivianos que explotan al Che como
atracción turística. Y, por otro lado, Villoldo, que quiere aplicar otro
golpe a Castro desenterrando el cuerpo del legendario guerrillero que
él mismo enterró.
Quizá la única forma de cerrar el capítulo de la vida, muerte y rescate
de los restos del guerrillero argentino sea viajando a Valle Grande con
Gustavo Villoldo y, con los datos que él tiene, confirmar si los restos
del Che fueron desenterrados o no. Además, exigir una prueba de ADN.
Dicen que al lado de la pista aérea rural de Valle Grande fueron
enterrados 32 cadáveres, pero hasta ahora se han encontrado sólo 12. En
el cementerio de Valle Grande se encuentra sepultada Támara Bunke, o
`Tania', guerrillera y espía germanoriental.
En todo caso, el Che sigue agitando al continente, aunque ahora se encuentre en el mundo de los mitos y los fantasmas.
"Yo Enterré Sólo a Tres"
En la página 38 de CARETAS 1432 del 19 de setiembre de 1996,
Félix Rodríguez, el otro agente principal de la CIA destacado en la zona
de operaciones de la guerrilla del Che en Bolivia, aseguraba
textualmente: "Allá estaban los cadáveres de por lo menos 7
guerrilleros, entre ellos el del Che Guevara". Villoldo, sin embargo,
señala que la confusión puede surgir a raíz de que en la quebrada del
Yuro cayeron 7 guerrilleros, pero a él sólo le tocó enterrar en Villa
Grande a tres: Ernesto Che Guevara, Willy Cuba y al peruano Juan Pablo
Chang.
En otros puntos cercanos a la pista aérea de Valle Grande fueron enterrados más de dos docenas de insurgentes.
El Agente de la CIA
En Bolivia fue el "capitán Eduardo González"
GUSTAVO
En 1967 asesoró al Segundo Batallón de Rangers bajo el nombre de
"capitán Eduardo González" en Bolivia. En la madrugada del 11 de octubre
de 1967 enterró a Ernesto Che Guevara en Valle Grande. Gustavo Villoldo
se retiró de la CIA en 1970. Actualmente vive en el sur de Florida y
asegura que mientras no le falle el físico seguirá luchando contra Fidel
Castro.
El Che S.A.
EL
En Cuba los turistas tienen ahora una gama amplia de diversiones. En
estos días, la posibilidad de una bomba en el hotel se ha convertido en
parte del foclore de un país que exportaba subversivos. También, las
famosas "jineteras" o prostitutas. Hacen que miles de turistas veteranos
cuando no decrépitos se crean el cuento de que los hombres son como el
vino; mientras más viejos mejores.
Están las playas y lo que queda de un país que alguna vez fue bello por
todos lados. Obviamente está Fidel Castro, que se aferra hace 38 años
al poder, y que pese a todo ejerce un magnetismo especial para muchos.
Pero la figura más vista en la Cuba de hoy es la del Che. El comandante
Guevara es parte del paisaje y es un símbolo de la revolución que se
pinta en murales en toda la isla.
En la Plaza de la Catedral, en el corazón de La Habana Vieja, se puede
comprar todo tipo de souvenirs con la imagen del guerrillero. Lo mismo
sucede en el mercado al aire libre del famoso Malecón, y en otros
establecimientos comerciales. La variedad es impresionante: ceniceros,
libros, billetes, camisetas, tazas, afiches y pinturas con el laqueado
de cuadros chinos.
Villoldo participó en operaciones en Vietnam, Africa, Guatemala y también Perú.
¿Qué se hubiera imaginado el Che que su destino sería generar divisas
con su imagen? ¿Quién se habría atrevido a pensar que Guevara sería
convertido en un artículo de consumo para la revolución por la que él
murió?
Ernesto Guevara fracasó en la mayoría de sus aventuras guerrilleras,
pero el Che está teniendo éxito después de muerto, en lo único que no
creía: capitalismo.
En Bolivia, las agencias de viajes venden paquetes turísticos de "La
Ruta del Che". Ahí se incluyen paradas en la escuela de La Higuera donde
fue ejecutado, un rápido vistazo a la quebrada del Yuro donde fue
apresado y ahora, como oferta especial, la pascana en la que se supone
fue su tumba durante 30 años al lado de la pista de aterrizaje de Valle
Grande. No se ha confirmado si hay o no recargo por misa en el lugar de
los hechos.
En todo caso, en la zona donde operó y murió Guevara, se le venera como
un santo. San Che es utilizado para mandas especiales y sobre todo para
atraer turistas.
El mundo entero le rinde un culto especial en materia de artefactos que lleven impresa su imagen, incluso relojes suizos.
En Cuba los escolares inician las clases cada día con la siguiente
consigna:
"Pioneros por el comunismo: seremos como el Che".
¿Qué puede
significar este grito de batalla para la nueva generación? Seremos como
el Che repiten lo niños a diario. Sólo queda esperar qué es lo que
quieren ser: ¿camisetas, monedas, libros, ceniceros, documentales,
billetes, afiches, tazas?
Admirado o despreciado, ahora hay que dar al Che lo que es del Che: vende.
Gracia a Miriam Mata por el Link
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