Sunday, December 1, 2013

Punto y Contrapunto: Chivo que rompe tambor….con su pellejo paga…..




FELIZ CUMPLEAÑOS, COMANDANTE HUBER MATOS 

Desde

NetforCubaIntl


1.      Gabriel Matos shared a link via Cuba Independiente y Democrática.
Nació el 26 de noviembre de 1918 en el pueblo de Yara. Se graduó de maestro en Santiago de Cuba y alcanzó un doctorado en pedagogía en la Universidad de la Habana. Su primer trabajo como educador fue en las estribaciones de la Sierra Maestra y luego en el caserío de Pozo Prieto en la costa norte de Oriente. Fue profesor en la Escuela Normal para maestros de Manzanillo y vicepresidente del Ejecutivo Nacional del Colegio de Maestros de Cuba...
Cuba Independiente y Democrática: Huber Matos cumple hoy 95 años de edad

 

ARTÍCULO ESPECIAL EN EL THINK-TANK DE CUBANÁLISIS

HUBER MATOS



Roberto Luque Escalona
 
FRAGMENTOS:


"Húber Matos, que llegaba a la Sierra Maestra con un año de retraso, quería pelear. Almeida no se mostró dispuesto a acompañarlo en la pelea, pero tampoco le puso obstáculos. Y allá fue Matos, acabado de llegar, sin experiencia ni entrenamiento, a batirse con  el coronel Ángel Sánchez Mosquera. “Échaselo al tigre”, parece haberle dicho Fidel Castro a Juan Almeida, pues nadie de la guerrilla castrista había chocado con Sánchez Mosquera sin que el choque terminase en huida. Increíblemente, el maestro de escuela devenido en guerrillero se enfrentó con relativo éxito al temido y temible coronel."

"Nunca se sabría el balance final del enfrentamiento entre aquellos dos hombres. Húber Matos llegó en abril a la Sierra Maestra y en agosto una bala alcanzó en la cabeza a SánchezMosquera y puso fin a su vida útil. Moriría en Miami, olvidado, medio siglo después."


Para Camagüey se va Húber Matos. Lleva órdenes de fusilar esbirros batistianos. Órdenes que cumplió. Pocos fueron los ejecutados en comparación con las masacres perpetradas por el Che Guevara en La Habana y Raúl Castro en Santiago de Cuba, pero el número no exime de responsabilidad. Esos fusilamientos fueron la única culpa importante en la vida de Húber Matos, agravada por el hecho de que nunca ha mostrado arrepentimiento por ella. Alega que, bajo su mando en Camagüey, no se fusiló a ningún inocente. Seguramente es cierto, pero si esos fusilamientos, todos, son una mancha en nuestra historia no es porque fueran inocentes los fusilados, sino porque, en el Código Penal vigente en Cuba entonces sólo se podía aplicar la pena de muerte a espías, y eso en tiempos de guerra. Los cubanos mostraron su desprecio por la ley al aceptar… ¡Qué digo aceptar! Al aplaudir que se aplicase un castigo no establecido por la legislación vigente en el país. La llamada Ley de la Sierra Maestra, en base a la cual se aplicó la condena de muerte, valía lo que un cagajón de mulo en un trillo serrano, que solamente sirve para ensuciarle los zapatos al que por el trillo camine. ¿Acaso un grupo de hombres tienen  derecho a dictar leyes sólo por estar armados? “La Revolución genera derecho”, me dijo un día Húber Matos. He ahí un concepto profundamente enraizado en mentalidad de los cubanos. No sólo en la del comandante Matos.

Si queremos ser amables, y yo intento serlo, a esa manifestación de  desprecio por la ley se le puede llamar “cubanía”. Los cubanos son así. Si lo dudan, busquen en la prensa de la época, que todavía era libre, expresiones de condena a los fusilamientos. Las encontrará en el Diario de la Marina, pero se referían a la falta garantías en los juicios contra los batistianos. Claro que no las había, claro que hasta los jerarcas nazis fueron juzgados con todas las de la ley; sin embargo, ese no era el asunto. No se trataba de los procedimientos judiciales, sino de que, con garantías o sin ellas, era ilegal condenar a muerte a alguien en un país cuyo código penal no incluía dicha pena.

En fin, que casi todo el mundo aprobó aquellas muertes, que quienes las desaprobaron pasaron por alto la falla fundamental y que aquellos que no estuvieron de acuerdo y comprendieron la ilegalidad de aquellas condenas, callaron. Como yo, que ni siquiera expresé mi repulsa en conversaciones privadas, a pesar de estar en el extranjero, fuera del alcance de la naciente represión. Y es que los fusilados eran esbirros, asesinos, torturadores; en fin, hombres malos. Más de 30 años después dije, por boca de un personaje de mi primera novela: “La maldad no anula la condición humana. A cualquier hombre, sólo por serlo, le corresponden ciertos derechos”. Para entonces, ya había hecho mía una expresión americana: “All suspects are innocent until proven guilty in a Court of  Law”. Todos los sospechosos son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en una Corte de Justicia”. Todos. Los buenos y los malos. Los que cometieron crímenes y los acusados de cometerlos sin haberlos cometido. Los jerarcas nazis tuvieron un juicio con todas las de la ley."
  

Más le hubiera valido al comandante Húber Matos oponerse a los fusilamientos. De todos modos, su permanencia en el gobierno revolucionario estaba condenada a una vida breve. Apenas nueve meses y unos días después de entrar en La Habana renunció a su cargo. No se rebeló; simplemente renunció. Más le hubiera valido rebelarse. Cuando se enfrentan dos hombres destinados por sus respectivas naturalezas a ser enemigos, el que mejor conozca a su adversario juega con ventaja. Fidel Castro sabía lo peligroso que era Húber Matos. Húber ignoraba lo perverso que era Fidel. Todos lo ignoraban. Yo también. Pero el que se enfrentaba a la fiera era él, no yo.


----------------------------------------
 LINKS:


 LIBROS, HISTORIA Y FOTOSQUE PUDIERAN INTERESARLES:


LA TRAGEDIA DE CUBA:









 

No comments:

Post a Comment