Saturday, January 9, 2010

Otro dolor




GLORIA AMAYA EN SILLA DE RUEDAS

Angélica Mora
Florida




Esto lo escribo con rabia. Murió Gloria Amaya.
Dicen que odiar es malo, pero que me importa.
La rabia es un sentimiento tan poderoso como el amor y surge también de muy adentro.
Y eso es lo que siento.
Ha muerto otra madre cubana, sin poder tener la alegría de abrazar a sus hijos Ariel y Guido Sigler Amaya encarcelados por el régimen castrista, para quienes pidió la libertad en incansables marchas por La Habana, caminando y luego en silla de ruedas.
Se quedó sin verlos.
Su tercer hijo preso de la ola represiva del 2003, Miguel, está en el exilio.
Doña Gloria murió con el solo consuelo de haber cumplido con su deber de buena cubana y la satisfacción de que su familia ha cumplido con la patria.
La anciana pidió la libertad no sólo de los suyos, sino de los familiares de otras madres y esposas, separadas por desgarradores años de los jefes del hogar.


Mujeres que cuentan cada día lo largo de la separación de sus seres queridos, encarcelados por un régimen déspota que tiraniza sin piedad a su propio pueblo.
Dios nos consuele a todos.

2 comments:

  1. La segunda Mariana Grajales cubana.

    Ambas ejemplos del temple de la mujer cubana.

    "La Patria las contempla orgullosa"

    ReplyDelete
  2. Dios le de el descanso que no tuvo en Cuba y el consuelo que no pudo recibir con el abrazo de sus tres hijos...

    ReplyDelete