14 de julio de 1999
(Leído en Logia Masónica en 7/18/1999)
Héctor Lemagne Sandó:.
"Visitar la casa del opresor, es sancionar la opresión. Mientras un pueblo no tenga conquistado sus derechos, el hijo suyo que pisa en...son de fiesta la casa de los que se la conculcan, es enemigo de su pueblo" José Martí
Me encuentro arreglando las maletas repletas de todo lo que le llevaré a mis familiares y amistades en Cuba, pues al fin recibí, de Washington DC, el pasaporte, que a mí, como cubano, se me exige para viajar a la tierra donde nací. Se me olvida el artículo #13 de la Declaración de Derechos Humanos. Se me olvida que quien engañando a un noble pueblo, dijo que la revolución no era rojo-comunista, y sí más verdes que las palmas... Sin embargo no dijo mentira, pues lo que este monstruo dirige no es ni revolución, ni comunismo, ni rojo. Es mucho peor; Es un castrismo que tiene las ideas más negras que su alma.
Se me olvida que fui robado, explotado, manipulado, usado y humillado de todas las formas imaginables. Se me olvida que estuve preso, como lo estuvieron familiares y amigos. Y que en la prisión se cometieron las más horribles injusticias, maltratos y vejaciones, que ser humano pueda resistir. Se me olvida también como desde el principio comprometió a sus allegados, y al pueblo con los Comités de Defensa.
Durante el Mariel lanzó al pueblo a la calle para que vejaran, atropellaran y agredieran a mis compatriotas con el único fin de exaltar el odio entre cubanos. El mismo odio que este mal nacido le tiene a todo el pueblo. El mismo odio conque creó las Brigadas de Respuesta Rápida para apalear, apedrear y vejar a todo el que no piense igual que él. Por eso se ampara en las mentiras para mantener el poder. Se me olvidan los presos, los torturados, los fusilados, los miles de cubanos que yacen en el fondo del mar por querer alcanzar la libertad. Se me olvida la brutal masacre del remolcador Trece de Marzo y el cobarde asesinato de cuatro valientes Hermanos al Rescate. Se me olvidan tantas atrocidades, tanto insulto a la inteligencia, tanta doble moral, tanto atropello, que he decidido ir a Cuba. No me importa que el régimen de Castro se sostenga con lo que el exilio envía. No importa que Castro, manipulando las mentes de miles de mis compatriotas, y explotando meticulosa y abiertamente, al máximo, el sentimiento familiar, miles de cubanos como yo olvidan tantas miserias, tanto bochorno, tanta desvergüenza. ¡Tanta traición!
Durante el Mariel lanzó al pueblo a la calle para que vejaran, atropellaran y agredieran a mis compatriotas con el único fin de exaltar el odio entre cubanos. El mismo odio que este mal nacido le tiene a todo el pueblo. El mismo odio conque creó las Brigadas de Respuesta Rápida para apalear, apedrear y vejar a todo el que no piense igual que él. Por eso se ampara en las mentiras para mantener el poder. Se me olvidan los presos, los torturados, los fusilados, los miles de cubanos que yacen en el fondo del mar por querer alcanzar la libertad. Se me olvida la brutal masacre del remolcador Trece de Marzo y el cobarde asesinato de cuatro valientes Hermanos al Rescate. Se me olvidan tantas atrocidades, tanto insulto a la inteligencia, tanta doble moral, tanto atropello, que he decidido ir a Cuba. No me importa que el régimen de Castro se sostenga con lo que el exilio envía. No importa que Castro, manipulando las mentes de miles de mis compatriotas, y explotando meticulosa y abiertamente, al máximo, el sentimiento familiar, miles de cubanos como yo olvidan tantas miserias, tanto bochorno, tanta desvergüenza. ¡Tanta traición!
A medida que arreglo las maletas, me siento cada vez más pequeño, cada vez más miserable, cada vez más traidor a los principios de los mártires, y más traidor a mí mismo. Y aunque será la primera vez que regrese a mi patria en 15 largos años, siento hacia mi, el mismo asco que hasta hace unos días sentía por los que viajan a Cuba dos, tres, cinco y hasta mas veces al año. Los mismos que con tan vil proceder, lucran con el sufrimiento de todo un pueblo. ¡Los mismos que vinieron a este país como perseguidos por el régimen castrista! Pues sufrieron las mismas vejaciones, golpes y atropellos mencionados arriba, si no más. Hay tantas realidades que en estos momentos se me
olvidan, que me convierten en un ser despreciable y miserable, aparte de egoísta e hipócrita.
¿Por qué?
Yo siempre he estado en contra de castro y de todo lo que huela a comunismo. ¿No han visitado Cuba otros que "al parecer" piensan igual que yo? ¿Otros que enérgicamente combaten al castrismo? Es justificable ir por una madre o un hijo enfermo. Es justificable ir y conspirar de alguna forma dentro de Cuba. Es justificable ir a Cuba, luchar por su completa libertad, y morir allá si es preciso. Lo que no es justificable que yo vaya a Cuba a restregar, en las caras de mis compatriotas, mi triunfo en Estados Unidos, con dólares, prendas y ropa. No es justificable que por mis dólares salte delante de una inmensa cola de compatriotas hambrientos victimas del sistema más oprobioso que haya conocido la humanidad.
¡No, nada justifica mi viaje a Cuba! Ni la decepción, ni el desanimo, ni los momentos amargos que, en este duro y amargo exilio he pasado, justifican mi viaje a Cuba. No puedo comparar eso con el sentimiento de egoísmo familiar que ahora me embarga. ¿Es que no me importa que un pueblo entero sufra si mi familia tiene lo que materialmente necesita? Total, yo solo no resolveré nada no yendo. Total la vida seguirá igual...
Y la miseria aumentaba, y yo me iba sintiendo más pequeño. Todo a mí alrededor iba tomando proporciones gigantescas... De pronto, siento el lejano timbre de un teléfono que cada vez se escuchaba mas cerca e iba cambiando el sonido convencional hasta convertirse en uno muy diferente. Ya eran unas campanadas, que cada vez mas cerca, su ensordecedor, pero a la vez agradable canto, me aturdió tanto, que nublada la vista, estiré la mano y descolgué el teléfono. Al otro lado una voz muy familiar dijo gritando atropelladamente: "Lemagne soy yo desde Miami; ¡SE CAYO FIDEL CASTRO!”
¡Y desperté!
Y me sentí mas miserable aun por haber tenido, aunque haya sido solo en sueños, un momento de debilidad. Sobre todo en estos momentos, cuando mas duros debemos estar. Y lloré, lloré mucho. Lloré porque me sentí el ser más cobarde que haya existido jamás. Lloré porque traicioné mis principios. Lloré porque no tuve la paciencia y la fuerza necesarias para un regreso digno. ¡Lloré porque olvidé! Olvidé que la verdad y el bien siempre triunfan. Olvidé que no importa cuán grandes sean los obstáculos y las traiciones; ¡Cuba Será Libre!
"Nunca es suficiente lo que hagamos por la libertad de Cuba mientras siga sojuzgada, oprimida y esclava"
“O algo estamos haciendo mal, o algo estamos dejando de hacer, o algo estamos dejando de sentir. Por eso Cuba aún no es libre."
"Nunca es suficiente lo que hagamos por la libertad de Cuba mientras siga sojuzgada, oprimida y esclava”
PROHIBIDO OLVIDAR
PROHIBIDO OLVIDAR
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