Friday, April 27, 2012

Caso cerrado

Por Rogelia Castellón
Respeto y admiración por los distintos seres humanos, por sus obras y por sus trabajos, deben ser como una meta firme en la decisión de llegar al reconocimiento de esos valores quizá ajenos a uno pero siempre de beneficios a la humanidad. Lo más importante, lo que eleva el espíritu y hace más hombre al hombre y más mujer a la mujer: sentir orgullo por los triunfos de otros hermanos, de otros luchadores, de los privilegiados con la llegada al punto buscado para llegar al éxito que quizá nosotros no hemos podido alcanzar. Si pensamos en futuro lo sabemos el cambio es necesario y será la mejor ayuda para formar patria para todos, patria eterna hecha por conciencias limpias. Apreciar el esfuerzo de todos los hombres y mujeres de buena voluntad deseosos de encontrar la libertad, la paz y el amor de hermanos para todos. Calificar justamente el trabajo de todos. Qué hermoso sería aplaudir siempre a los triunfadores. Qué humano enseñar el camino a los que están equivocados usando las palabras que hermanen. Desgraciadamente una gran parte de la humanidad se ha empeñado en calificar con palabras envidiosas a los que buscan el triunfo de sus ideas y de sus sueños a través de esfuerzos y trabajos para encontrar los beneficios necesitados por otros hombres y mujeres necesitados de otros que luchen y piensen en ellos. No podemos olvidar lo más importante, el punto de llegada al cumplimiento de los deseos de todos los cubanos es volver. Volver a Cuba, volver a la libertad de la patria, volver al amor de la tierra amada, volver a ser hermanos. La tarea más importante y difícil esperándonos a nuestra llegada a la nueva Cuba ha de ser sin dudas, la modificación de la conducta de todos aquellos acogidos al sistema de la tiranía, a la envidia y a la calumnia como medio de combate y de destrucción para buscar un poder que por miserable no puede lograr frutos beneficiosos ni para Cuba ni a para los cubanos de todas las clases. El nuevo cubano deberá borrar del pasado, de este último medio siglo, a esas enfermedades contagiosas que han sido la envidia y la calumnia. Deberá recordar las cosas buenas de un ayer con defectos, pero con grandes virtudes como respeto, amistad, reconocimiento de los valores ajenos y amor. Recordar lo hermoso de saber extender la mano para el saludo al vencedor, de abrir los ojos y la inteligencia para la comprensión de la obra de otros hombres y mujeres cuando llegan al triunfo. Llegar al sueño por el camino de las estrellas para hacerlo vía de esperanzas. Soy una persona feliz porque siempre creo en las gentes que cada día buscan algo para mejorar las vidas de otros seres a los que no conocen personalmente pero saben de sus necesidades y se esfuerzan por ayudar a desaparecer esos males del panorama diario. Creo en la política como el medio más efectivo para llegar al pueblo y para ayudarlo. Creo en nuestra ayuda a los políticos para que cada mejora lograda para el pueblo contenga el deseo de amar y de ayudar de todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Hace varios años conocí al representante republicano David Rivera. Aspiraba por primera vez a un cargo electivo. Lo escuché, estudié su ideario, sus proyectos, observé sus actividades y creí en él. Desde entonces he estado a su lado en cada campaña. David Rivera, el hombre joven con sueños para lograr caminos que sirvan a los hombres y mujeres con necesidades de redenciones sigue siendo aquel muchacho que un día pensando en otros hombres y mujeres tomó el camino de la política con el deseo de ayudar a construir un mundo mejor. Desde el principio fue un triunfador. Ha recibido el voto de hombres y mujeres de todas las clases y nacionalidades. No ha defraudado a nadie. Las gentes lo saben y lo premian con su apoyo. Pero también desde el principio los contagiados con el terrible virus de la envidia y que han usado la calumnia para el ataque, se empeñaron en acusar y calumniar a David Rivera con el único propósito de vencerlo. 

David es un ser puro con pensamientos sanos para todos, nunca ha sido contagiado con los males de esta era. Mientras los protestantes de la envidia malgastan su tiempo en acusarlo de todo lo increíble, él ha continuado trabajando y luchando por todos aquellos creyentes de su obra. Hoy estoy muy feliz. Todas las investigaciones en el caso de David Rivera han producido respuestas negativas a la naturaleza de las acusaciones. Un informe dado a conocer por la fiscal estatal Catherine Fernández Rundle concluía que los funcionarios policíacos habían agotado todas las vías de investigación criminal y cerraron el caso.

 Hoy David Rivera públicamente es un hombre inocente. Es innegable, todas las acusaciones han sido siempre falsas, los detractores han continuado durante todos estos años tratando de enfangar el nombre del legislador. David Rivera ha continuado atento a las necesidades de la comunidad, siempre trabajando por la causa de la libertad. No ha cambiado, no va a cambiar. 

Será siempre la palabra firme en defensa de causas justas, la sonrisa amable en cada triunfo. El abrazo de hermano demostrando solidaridad con las causas humanas. Para los respetuosos de las leyes, los amantes de la justicia, y para los que creen que el mundo puede estar hecho de amor este es un Caso Cerrado.

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