Angélica Mora
Nueva York
Apuntes de una Periodista
La lucha que llevan a cabo dos naciones para liberarse de la lastra que las oprime es una batalla a la cual deberían sumarse todas las naciones con coraje del mundo.
Si las personas se enternecen y actúan ante la visión de un ave caída del nido y se inclinan ante un niño o un ser que sufre, ¿por qué no hacerlo frente a dos pueblos -Cuba y Venezuela- castigados por regímenes dictatoriales?
Ambas naciones están hoy sometidas por el terror. Los mandatarios han sabido colocar virtuales alambres de púas a su alrededor para que su población no escape y para los que lograron escurrirse de esas garras no puedan regresar.
El mundo, tan solidario a veces con las criaturas que sufren o el ambiente que se deteriora, deberían actuar con valentía y dar a conocer sus ideas en contra de estos sistemas y actuar conforme a las leyes para que sus jefes de estado reclamen estas injusticias.
Comprendo que a este llamado no acudirán los conocidos tontos útiles del mundo, que sirven gustosos a los dictadores, los admiran y no quieren percatarse que sus acciones son en contra del pueblo. Sería imposible convencerlos ya que están --por convicción y doctrina-- de acuerdo con las tiranías.
Por esto, el llamado no es para ellos, es para el resto del mundo que todavía tiene sentimientos nobles, abrigados dentro del corazón.
No comments:
Post a Comment