MAURICIO VICENT - La Habana - 16/11/2010
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) ha echado a andar. Su primer paso ha sido la realización de un "seminario nacional" de cuatro días que ha contado con la participación de Raúl Castro y ha puesto puntos importantes sobre las íes. Uno de ellos, y principal, es que en Cuba "no habrá reforma económica, como algunos medios de la prensa extranjera quieren hacer ver", comentó ayer el diario Granma.
El órgano oficial de los comunistas cubanos citó palabras del ministro de Economía, Marino Murillo, ante los 523 dirigentes políticos que participaron en ese encuentro: "No hay reforma, es una actualización del modelo económico. Nadie piense que vamos a ceder la propiedad, la vamos a administrar de otra forma".
"Se están trazando las líneas de lo que será Cuba mañana", publica un diario
El seminario concluyó el sábado en la capital cubana y le seguirán otros hasta el 1 de diciembre. A partir de ese día, esa cúpula partidista deberá guiar un proceso de debate nacional que durará tres meses y en el que cientos de miles de cubanos discutirán el Proyecto de lineamientos de la política económica y social, el documento teórico que servirá de base para "ajustar" el viejo modelo económico o elaborar uno nuevo, según se mire.
La terminología difiere según quien la emplee, pero de cualquier modo las expectativas son elevadas. "Más allá de un documento se está trazando sobre el papel las líneas de lo que será la Cuba de mañana", publicó el domingo Juventud Rebelde.
Al inaugurar el seminario, Raúl Castro aseguró que la "participación masiva" era clave para asegurar el éxito del Congreso y reiteró lo que ha dicho en otras ocasiones, a saber, que el PCC ha de asumir que "la diversidad es fundamental y que la vida se enriquece cuando hay discrepancias", aviso para navegantes, como para ablandar las resistencias internas o superar viejos modos de pensar. Así lo interpretan los analistas.
Uno de los temas abordado en el seminario fue el de la descentralización y el incremento de la autonomía empresarial. Según el proyecto, la mayoría de las empresas seguirán en manos del Estado, pero ahora dispondrán de mayores facultades y decidirán sobre sus inversiones, moverán sus precios, definirán sus directivas y podrán estimular a sus trabajadores según sus resultados. Otro punto importante es el de la extensión del sector cooperativo, que ahora podrá incluir "la pequeña industria y el sector de los servicios. Murillo admitió que "hay cosas que bajo fórmulas estatales no funcionan", y anunció que habrá que legislar para introducir estos cambios "con orden".
La cuestión, llámesele ajuste o reforma, parece clara. El cogollo del asunto es económico y hay consenso en la necesidad de cambio: la reforma tributaria, la eliminación de la dualidad monetaria, la eliminación de los subsidios o el incremento de los salarios está a debate.
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