Para mantenerse a flote los hermanos Castro necesitan del envío diario de 53,000 barriles de petróleo venezolano que pagan con los servicios de médicos, entrenadores y asesores. Hay más de 200,000 cubanos en Venezuela, lo que transforma el régimen chavista en una válvula de escape para los hermanos Castro.
Chávez se ha embarcado en un proyecto socialista al estilo cubano que ha sido un fracaso rotundo y que ha dejado al país "cuesta abajo en la rodada". Junto a la devaluación, los venezolanos sufren de una inflación que se acerca al 40%. No contento con imponer un gobierno al estilo cubano, el señor Chávez ha nacionalizado el agro y el sector alimenticio. El año pasado encarceló al presidente del consorcio agroalimentario más grande de Venezuela, expropiando fincas y fábricas que entregaban el 70% de los alimentos que consume la población. El jefe del grupo, Ricardo Fernández Barrueco permanece en prisión acusado de fraude bancario, mientras que un imperio agroalimentario valorado en 3 mil millones de euros se deshace en manos de ineptos burócratas.
Los socios minoritarios del Grupo Fernández, la empresa norteamericana Cargill, el mayor productor de granos a nivel mundial y la mexicana Gruma también fueron intervenidas, lo que vaticina días negros para la seguridad alimentaria del pueblo venezolano. No contento con perseguir y expropiar negocios privados, el señor Chávez creó una empresa estatal, Alba Alimentos que será la encargada de manejar la producción de alimentos bajo la gestión de funcionarios cubanos.
Funcionarios que desde Panamá controlan el movimiento de los productos requeridos en el sector turístico cubano. Habida cuenta que Cuba no produce nada, importan desde la Zona Libre de Colón, la mayor zona franca en las Américas, servilletas, refrescos, papel higiénico, etc., en fin, todo lo que consumen los turistas extranjeros en el "paraíso" castrista. Operan una empresa marítima de nombre Melfi Marine que se encarga de transportar los productos comprados en la Zona Libre a los hoteles y las tiendas "duty free". Empresa que ahora maneja los negocios pesqueros venezolanos y que será la encargada de supervisar la operación de Alba Alimentos.
Conscientes de que son deficientes en el tema de los alimentos, los cubanos le propusieron a uno de los hermanos Fernández que opera otros negocios en Panamá, que estarían dispuestos a pagarle 500,000 euros anuales si él se encargaba de supervisar las operaciones del Grupo que fueron expropiadas por el señor Chávez. "Cosa más grande chico", diría el inmortal cómico cubano "Tres Patines" frente a semejante proposición.
Los expertos señalan que "el hambre es mala consejera", lo que nos lleva a especular sobre el futuro de la revolución bolivariana de Chávez, en momentos que el pueblo sufre hambre. En fecha reciente perdió las elecciones legislativas, obligando a la aprobación apresurada en la última sesión legislativa de una ley habilitante que le permitirá gobernar por decreto durante los próximos 18 meses.
Veremos si la verborrea revolucionaria es capaz de llenar los estómagos venezolanos y si el modelo cubano es capaz de alimentar a millones de ciudadanos que en su momento creyeron en las promesas del coronel golpista. Chávez sigue expropiando tierras y fincas y ha amenazado a la banca privada con nacionalizarla si no ejecutan políticas "revolucionarias", lo que presagia un negro porvenir en la tierra de Bolivar.
El fracaso del modelo económico cubano que el señor Chávez quiere implementar en Venezuela contra viento y marea depende de individuos que no han sido capaces de alimentar a su propia gente, lo que permite anticipar que la esperanza reeleccionista del señor Chávez, corre por cuenta de una revolución cubana que solo conoce de hambre y de penurias.
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