Thursday, April 15, 2010

EL GUATON MARAMBIO Y LOS SECUACES CHILENOS DE CASTRO

MAX MARAMBIO "LACAYO DE CASTRO", USUARIO DE LOS MILLONES SAQUEADOS AL PUEBLO DE CUBA
La vinculación de Max ‘Guatón’ Marambio con la revolución cubana se remonta a un viaje que realizó a La Habana con su padre, el diputado socialista por Colchagua, Joel Marambio, en 1966. Por entonces el joven Max, recién egresado del Instituto Barros Arana, quedó prendado de Fidel. Conocerlo “fue como una especie de fuerza de la naturaleza”, ha dicho. En medio de una recepción al grupo de chilenos, Castro le preguntó qué quería estudiar. Marambio contestó: arquitectura. El comandante respondió: “fenómeno, porque nosotros nos estamos volcando por entero a la agricultura”. Entendiendo el error intencional de Fidel, Marambio comenzó a estudiar Agronomía. Pero le duró poco.

Bajo el influjo de la revolución y sus ideales Max Marambio se sumó a una generación de latinoamericanos que a fines de los 60 pasaba de las aulas de la Universidad de La Habana a los campos de entrenamiento de guerrillas inspirados por el ejemplo del Ché.

Su muerte en la sierra boliviana precipitó el regreso de Marambio a Chile con la idea de hacer su “revolución de bolsillo”, como ha reconocido. En eso estaba, concientizando campesinos de Colchagua, cuando ingresó al MIR y luego al GAP, la escolta de Allende.

En 1970 y con apenas 23 años se convierte en jefe del Grupo de Amigos del Presidente. ¿La chapa? Un nombre de película de espías: Ariel Fontana. Con Allende nunca fueron cercanos. Al “Chicho” le costaba aceptar las restricciones de movimiento que imponía su seguridad. Más difícil le era recibir órdenes de un jovencito que poco a poco se fue desencantando de su doble rol de GAP y miembro del MIR.

Para Marambio, el proyecto de revolución pacífica de la UP era “un enunciado contradictorio en sí mismo”, según dijo a La Tercera a raíz de los 30 años del golpe. Y el MIR, en tanto, una organización que había despreocupado la preparación militar de sus militantes y se alejaba peligrosamente de la unidad de la izquierda. Desde su punto de vista el proceso se encaminaba a un suicidio político. Unos y otros no estaban conscientes de lo que vendría.

Pese a que siguió realizando algunas operaciones de inteligencia a pedido de Allende, como la investigación del asesinato del edecán naval del Presidente, Arturo Araya, en noviembre de 1971 se retiró de GAP y seis meses después salió del MIR. No sin antes dar la prueba de la blancura revolucionaria, incorporándose como “instructor en un centro de entrenamiento guerrillero que el movimiento tenía en las montañas de Temuco”, escribe Marambio.

La racionalidad de su análisis 30 años después, no obstante, contraviene la pasión por la velocidad que adquirió por esos días. Acostumbrado a volar por las calles de Santiago en los Fiat 125 arreglados del GAP, el 20 de enero de 1972 Max Marambio tuvo un accidente automovilístico en el que murió su polola Valentina. Él venía al volante y el acontecimiento lo dejó “deshecho”. Sería el primero de varios grandes dolores como la tortura de su madre por el agente de la DINA, Osvaldo Romo.

El golpe militar lo haría regresar a Cuba.Tras estar encerrado diez meses en la embajada cubana en Chile, Marambio parte a Suecia sin intenciones de vivir la melancolía del exilio. “Nada de empanadas ni cuecas lagrimosas”, dijo. Las condiciones habían cambiado. Cuba. La única revolución latinoamericana que persistía no podía morir.
Max Marambio pisa suelo cubano a fines del ´74 de la mano de su primera esposa, una sueca de la cual se divorcia rápidamente e ingresa a la Universidad de La Habana a estudiar Ciencias Políticas.

Al poco tiempo, determinado por la agria lección del fracaso chileno ingresa a Tropas Especiales, el cuerpo militar de elite de Cuba.

Si el primer contacto de Max Marambio con Fidel había sido a través de su padre, la estrecha relación que mantienen hasta hoy tiene nombre y apellido: Tropas Especiales.

En Chile había estado con dos de sus más importantes oficiales: los gemelos Patricio y Antonio “Tony” de la Guardia, quienes en 1989 serían detenidos y procesados en La Habana por narcotráfico junto al general Armando Ochoa. El primero recibiría 30 años de cárcel en lo que se conoció como la Causa No1; ‘Tony’ y Ochoa, pena de muerte.

Aunque testimonios de opositores a Fidel Castro, como el del escritor Norberto Fuentes, aseguran que el chileno se salvó del proceso al hacer “informes de inteligencia en contra de ‘Tony’”, Marambio alega que él fue corsario pero no devino en pirata.

Marambio descargando en casa de Tony LaGuardia

QUIEN ERA ROBERTO BAUDRAND?
 
"No era una persona depresiva", aseguran amigos de Roberto Baudrand


Fuente :La Segunda



Lo describen como ''extremadamente sociable, con un ánimo impresionante, una vitalidad muy fuerte y una actitud fantástica en la vida''. Era reconocido en la industria alimentaria: Estuvo en Nestlé, Parmalat y hasta negociaba la venta de leche con el gobierno cubano.

Como alguien "muy amable", "acogedor", "revoltoso", "con una vitalidad impresionante" y "reconocido por su profesionalismo" es descrito por amigos el ingeniero químico Roberto Gabriel Baudrand Valdés.

El "Tito" -llamado así de cariño- estudió en el Saint George y pese a que de allí egresó en 1967 , mantenía férreo contacto con algunos de sus compañeros incluso estando en la isla. Con algunos se comunicaba a diario por Facebook, y cuando su generación cumplió 40 años de egreso participó activamente; además, mientras estuvo en Chile, asistía todos los primeros martes de cada mes a una cena de camaradería con ellos.

A sus 59 años, este hombre, que solía usar sus anteojos en la punta de la nariz, tenía dos matrimonios y era padre de cuatro hijos : Teresita (34 años), Nicolás (33 años), Jous (31 años) y Alejandra (quien hoy cumplía 21 años).

Desde hace dos años vivía solo en La Habana, ya que asumió como gerente general de Río Zaza (la mitad de cuya propiedad es del empresario chileno Max Marambio). Cada vez que podía viajaba a Chile para estar con su familia.

Para la última Navidad, Baudrand viajó desde la isla y su actual esposa, Elena Cavagnaro -a quien él llamaba cariñosamente "la Nena"- lo fue a visitar el 16 de enero al país caribeño.

Una semana después lo hizo su hija menor Alejandra, quien pasó el terremoto de Chile con él en la isla.

Desde Cuba el ingeniero realizó su aporte a la campaña solidaria que se hizo en nuestro país y luego viajó hasta Chile para estar junto a los suyos.

"No era una persona depresiva"

"Con Tito hablábamos por Facebook casi todos los días. Estuvo en Chile hace muy poco, tras el terremoto y estaba muy bien, porque además era una pesona muy sana", dice Elías de la Carrera, compañero de colegio del ingeniero.

-¿La situación que vivía en Cuba podría haberle deprimido?

-Para nada. No era una persona depresiva, todo lo contrario. Era una persona muy alegre, extremadamente sociable, tenía un ánimo impresionante, una vitalidad muy fuerte y una actitud fantástica en la vida, en que enfrentaba todo lo que le viniese sin angustiarse. Esto debe haber sido un infarto o algo así, no hay otra explicación.

-Y la adversidad que enfrentaba en La Habana, ¿no se la comentó por Facebook?

-No y creo que simplemente porque para él no era tema. Hablábamos de cosas cotidianas, de cómo estaba el trabajo, de la vida diaria. Era una persona muy bien armada, era un gran hombre y su partida nos provoca mucha pena.

Negociaba con el gobierno cubano

Otro compañero de colegio, Jorge Echeverría Garcés -quien además asesoró durante 8 años las empresas de Max Marambio en Cuba-, cuenta que " toda su vida profesional la hizo en la industria láctea o de alimentación".

Partió con el empresario Gonzalo Martino (hoy en Copeval) en empresas lecheras que derivaron en Parmalat, donde estuvo como gerente técnico durante muchos años y también fue gerente técnico en Nestlé.

Durante su tiempo de permanencia en Parmalat, dice Echeverría, Baudrand era el nexo y negociador de todo el abastecimiento de leche para el Estado cubano. "Quien viajaba a negociar era él, por lo tanto, se relacionaba directamente con las autoridades de la isla", dijo.

También, señaló, era proveedor de leche y materias primas para la empresa Río Zaza, donde se contactó con Marambio.

"No tenía simpatía por el régimen cubano"

Una vez que dejó Parmalat, hace 5 años aproximadamente, el ingeniero se dedicó a hacer asesorías internacionales en industria alimenticia en Centroamérica. Entre ellas, hizo asesorías técnicas al empresario chileno y finalmente "por su fortaleza profesional se quedó como gerente general de la empresa Río Zaza".

Echeverría explica que "para lograr ese puesto, el nombre de Baudrand fue aprobado por el directorio de la empresa, cuya propiedad es mitad del gobierno cubano y la otra mitad de Marambio".

Respecto de si políticamente estaba cómodo en la isla, Echeverría fue enfático: "Es evidente que Roberto no tenía simpatía política con el régimen cubano. Estaba ahí por su expertise profesional, no por sus ideas políticas. Fue reclutado por Max Marambio por su excelencia en lo que hacía, porque era muy reconocido en su trabajo. Y aunque tenía mucho respeto por el pensamiento cubano, claramente no era de izquierda".

1 comment:

  1. ¡Felicitaciones por este completo reportaje de este triste caso de dos chilenos cogidos por ppropia voluntad en la red de intrigas de los hermanos Castro!

    ReplyDelete