Arsenio Martínez-Campos Antón | |
---|---|
A fines de 1877 eran sostenidas las conversaciones acerca de la terminación de la guerra, eran más continuadas las operaciones militares contra las fuerzas cubanas, el regionalismo gravaba la guerra, era escaso el apoyo de la emigración, se incrementaban las pugnas entre la Cámara de Representantes y el Ejecutivo, y entre los jefes militares.
Mientras el mayor general Antonio Maceo sostenía una serie de combates victoriosos contra fuerzas muy superiores del enemigo -valga tan solo señalar Llanada de Juan Mulato y San Ulpiano- lo que mostraba a las claras que las fuerzas cubanas eran capaces de derrotar a las españolas a pesar de los diez años de guerra y la concentración de efectivos enemigos en la zona donde combatía el Titán de Bronce.
El día 19 de octubre cae prisionero el presidente de la República, Don Tomás Estrada Palma. Lo sucede por reglamento Francisco Javier de Céspedes, quién fue sustituido por el general Vicente García (el conspirador de Lagunas de Varona y Santa Rita) el 10 de diciembre.
Los jefes y oficiales de Camagüey se reúnen el 13 de diciembre y, con el consenso del general Gómez, piden al general Martínez Campos un cese al fuego que diera oportunidad a los cubanos para reorganizarse y continuar la lucha.
En la Cámara de Representantes se desarrollaron entonces dos tendencias: la primera que apoyaba el planteamiento anterior y otra, escéptica, que había perdido toda la fe en la posibilidad del triunfo de las armas cubanas.
Para poder establecer las conversaciones la Cámara derogó el Decreto Spotorno y el 21 de diciembre representantes de la Cámara dialogan con los mandos españoles. Se aprueba la tregua que es renovada a petición del jefe militar de la región de Camagüey, con la aprobación de Salvador Cisneros Betancourt.
El general Vicente García se entera de su designación como presidente de la República en Armas el 15 de enero de 1878 cuando ya todos estos hechos han ocurrido. El Presidente llegó a Camagüey el 5 de febrero. El día 7 sostuvo una conversación secreta con el general Arsenio Martínez Campos la cual derivó en una reunión de consulta al "pueblo cubano" (no a los combatientes del Ejército Libertador) para determinar si se aceptaba la paz sin independencia.
La mayoría de los combatientes, desilusionados, decidió suspender las hostilidades. La Cámara de Representantes no hizo absolutamente nada por detener estos actos. Por el contrario se autodisolvió para no ir en contra de la Constitución de Guáimaro que prohibía al Gobierno convenios que no contemplaran la independencia.
El general García tampoco hizo nada por detener el cauce de los acontecimientos y regresó a su región de Las Tunas.
Se nombró entonces el llamado Comité del Centro que, de acuerdo con Martínez Campos, hizo firme el 10 de febrero el documento que concluía la Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878).
Así se llegó al Pacto o Convenio del Zanjón. Por este las fuerzas cubanas aceptaron: Capitular de modo incondicional de la fuerzas cubanas ante el Ejército colonialista; Aceptar el debilitamiento y desmoralización de las tropas independentistas; Reconocer al Gobierno español como máxima autoridad en Cuba; Formar partidos políticos que no lucharan contra el poder español; Libertad solo para los esclavos que militaban en las filas mambisas; Libertad de prensa y reunión mientras no sirvieran para atacar a España; Salida al exterior solo para aquellos que aceptaran lo planteado en el Pacto del Zanjón.
2011..... ¿Nuevo Pacto del Zanjón?
No comments:
Post a Comment