El blog de Tania Quintero
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ZOÉ VALDÉS.
Hace unos días, un amigo residente en La Habana me hizo llegar una extensa carta, para que se la pusiera al correo a su hermano en Estados Unidos. La carta fue escrita a lo largo de varios días, entre finales de diciembre de 2010 y la primera semana de enero de 2011. Como me pareció una ventana a la realidad de la Cuba actual, le pedí permiso para publicarla en el blog, quitándole los nombres. Marco A. Pérez López
Hermano, desde Estados Unidos me cuentas que estás debatiendo en un sitio web con estudiantes de Matanzas sobre esos famosos lineamientos económicos que estos señores del gobierno están imponiendo. Y son imposiciones, que nadie se llame a engaño porque en la reunión de mi trabajo, a la tipa del PCC que vino, una del público tuvo que decirle que, por favor, no interrumpiera más a los que exponían sus criterios y se limitara a recogerlos en el acta, porque la otra, con el “tumbao” de “aclarar” cuestiones, lo que hacía era desalentar a que aparecieran planteamientos en el acta. Y eso que prácticamente fueron dos los que hablaron, porque el resto estaba mudo como piedras.
De hecho, hermano, y se lo dices a los chiquitos esos, la primera falta de respeto con los ciudadanos (no me gusta eso de “pueblo” que suena a masa indiferenciada, a rebaño necesitado de guía) es que todavía no han celebrado el famoso congreso de los comunistas que supuestamente debe aprobar esos lineamientos y YA publicaron en la Gaceta Oficial las disposiciones legales que norman el proceso de desemplear a medio millón de gente en una primera etapa y que se incrementará ulteriormente hasta alcanzar el millón 800 mil, además que se dictaron las normas que regularán la actividad por cuenta propia, los impuestos, etc.
Entonces todo es una falacia, una burla del gobierno. Han sido tan arrogantes, tan engreídos, que no fueron capaces ni siquiera de darle un barniz de orden a todo el asunto. Simplemente decidieron hacerlo así y lo hicieron, como si la gente fuera tonta. Y nosotros aquí no podemos ni chistar, pero cualquier persona que analice todo eso se da cuenta de la burda estratagema de darle un viso de democracia a algo que no lo tiene. Bueno, ha sido tanta la petulancia de los usurpadores del poder durante todos estos años de totalitarismo que ellos se consideran por encima del bien y del mal y piensan que nunca responderán de sus actos.
El otro día, un primo de la mujer de un amigo, operado de cáncer del colon, fue al famoso Hospital Ameijeiras a ponerse el suero citostático que le correspondía por una metástasis en el riñón, y el médico le dijo tranquilamente que volviera el mes siguiente porque no había suero. Tan fácil como eso. Cuando el hombre le dijo “Entonces ¿espero la muerte sentado en mi casa? El médico le respondió “No tengo otra respuesta que darte”. Y al carajo. Si se muere, se murió.
Hace dos días, una vecina tuvo uno de sus ataques de pánico (de los que padece) y fue a la guardia de siquiatría en la antigua Clínica Covadonga, hoy hospital. No había médico, solo un enfermero muy cómico, según ella, que no pudo recetarle nada y estaba lidiando allí con varios desquiciados. Cuando ella le preguntó, le dijo que no había ido ningún médico y que si esos locos se ponían malcriados, él les metía una inyección y los ponía a dormir hasta que apareciera un médico.
En mi opinión y en la de muchos aquí, y así se lo dices a los estudianticos esos, cuando empiecen a botar gente para la calle, gente que no va a tener dinero no ya para abrir un negocio por cuenta propia sino ni siquiera para comer, es cuando se va joder esto. De hecho, el propio periódico Granma dijo que más de 60% de los que han pedido licencia hasta ahora son gente que no tenía vínculo laboral. O sea que cuando empiecen a aparecer los desempleados, no van a tener mercado donde poner sus ofertas como trabajadores por cuenta propia, suponiendo que logren organizar un negocito.
Si vieron la lista de las actividades que se autorizan ejercer, se dan cuenta de la miseria espiritual de este gobierno. Cobrarle una licencia a los “buzos” que rebuscan en la basura, o a las cartománticas, es increíble. Hay que tener una indigencia moral que roza la demencia para llegar a esos extremos.
Lo único que resolvería el problema de este país y que no serán precisamente los vendedores de pizzas de mala muerte y los zapateros remendones, es la inversión directa en la economía pero, eso sí, con las garantías y libertades con las que deben contar los inversionistas para estimularlos y proteger su capital. Que inviertan sin límites, con las mínimas restricciones y las mayores facilidades, para que se sientan tentados, sin descuidarse de proteger a aquellos que trabajen para ellos. Pero aquí, con eso de que Cuba controla el 51% de cualquier inversión sin poner un centavo, no se va a ninguna parte.
El otro día leíamos una filtración de WikiLeaks en la que un funcionario de la SINA (Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba) informa de un almuerzo que organizó con los consejeros comerciales de Italia, Francia, Japón, China, España, Canadá y Brasil, entre otros países. Todos coincidieron que no ven perspectiva alguna para la economía de este país y el chino, precisamente, era el más encabronado. “Les hemos dicho mil veces que hagan algo y no hacen nada”, algo así dijo.
Pero, como le decía el otro día a un hombre con quien estaba hablando, al cubano le han enseñado a temerle a la palabra “política” y yo le decía que política no es otra cosa que línea de conducta en relación con un tema determinado. Política no es sólo cantar La Chambelona (canción para animar los mítines del Partido Liberal en la Cuba prerrevolucionaria) y votar por Fulano o Mengano, eso son sólo acciones para lograr el fin político que se persigue.
Le decía al señor que aquí la gente dice esa tontería de que “El cubano no es político” y que “la emigración es económica”. No, la emigración existe porque hay un gobierno que con la política que lleva a cabo ha cerrado las posibilidades para que el ciudadano pueda prosperar en su propia tierra, lo ha privado de sus derechos individuales y cada día lo oprime más. Entonces a ese ciudadano no le queda de otra que gemir por su mala suerte por los rincones en voz baja o simplemente largarse. El hombre, un obrero de la construcción, me entendió bien. Se lo dije “Mientras no reconozcamos que el rey está desnudo, aquí no va a pasar nada”.
Ayer me dieron una copia de una entrevista a Norberto Fuentes publicada en El Mundo de España y dice cosas interesantes, pero no estoy de acuerdo con él de que esta gente está obligada a hacer cambios, porque en ese mismo Lineamiento se dice que la empresa nacional socialista es la base de la economía de este país. La misma empresa ineficiente, gastadora, improductiva, cuya actividad está controlada y planificada centralmente por el gobierno-partido-estado que lo controla todo. Es impensable que este país vaya a dar a otro lugar que no sea el abismo. Si en el propio Lineamiento dicen claramente y lo han repetido todos ellos, que no se permitirá la concentración de riquezas ni de propiedades, ¿a dónde va a dar todo esto? A la misma debacle que supuestamente ellos están tratando de evitar.
En medio de todo esto se siguen favoreciendo los caprichos de la cumbre. La Marielita Castro dice que no se van a cobrar las operaciones de cambio de sexo porque los 'pobres homosexuales' deben tener la libertad de operarse para no sentirse frustrados. Pero a ella no le interesa que aquí haya un montón de gente que está frustrada porque sus hijos no pueden tomar leche, no tienen un mísero cuarto donde vivir, no tienen qué comer, no consiguen la medicina que les hace falta, tienen que luchar cada día para coger la guagua (ómnibus) que los lleva al trabajo, se les va la luz, no tienen agua, solo tienen un abrigo de mala muerte para taparse del frio. La lista sería infinita. Pero a esa niñita no le importa y a su padre mucho menos. Y a su tío, requetemenos.
La gente con la que uno tiene cierto grado de confianza y otros no tanto con los que he comentado de esta situación, coincide en que esto va a terminar mal. Ahora estamos a fin de año, pero cuando empiece el que viene, comienzan a botar gente de los trabajos. De esa gente, los que pueden, van a tratar de abrir sus negocitos pero con la cantidad de impuestos y restricciones establecidas, lo más seguro es que la mayoría de esos negocios fallen y, cuando fallen ¿qué va a hacer esa gente si ya no hay trabajo con el estado?
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